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Algunos se niegan a hablar, otros lo hacen con miedo. Así son los efectos del rostro de la extorsión, el cual por años ha venido atemorizando a los comerciantes de varios sectores de la ciudad de Barranquilla, como es el caso de Barrio Abajo, Montecristo y Modelo.

A través del servicio de Wasapea, a EL HERALDO han llegado reportes de dueños y empleados de diferentes locales de estas zonas, quienes manifestaron que este delito se ha vuelto el pan de cada día. A pesar de no identificarse por temor a que los delincuentes les hagan algún tipo de daño, expresaron su total descontento por la situación, pues muchos de ellos aseguran que han tenido que irse y entregar los negocios, debido a que no quieren ser una nueva víctima de este flagelo.

Este medio conoció que el ‘modus operandi’ de los extorsionistas sigue siendo el mismo: llegan a tiendas, misceláneas, locales de comidas y hasta a donde se ponen los vendedores ambulantes, exigiendo cifras de dinero a cambio de 'cuidarlos'.