
Los restos óseos de 17 víctimas de grupos armados ilegales, fueron entregados por funcionarios del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía y la Unidad de Justicia y Paz a sus familiares en Valledupar. Se trata de osamentas de 16 hombres y una mujer que habían sido reportados como desaparecidos entre 1989 y 2005.
Su identificación se logró por cotejos en pruebas de ADN, logrando acabar con la angustia de sus familias que por años estuvieron buscándolos. “Podrán estar muertos, pero seguirán vivos en nuestros corazones”, dijo María de los Ángeles Ospino, luego de recibir los restos de su padre Ángel Ospino.
“17 familias salieron de la incertidumbre de no saber dónde se encontraban sus seres queridos. A pesar de la tristeza, pueden estar tranquilas porque van a poder darle sepultura”, sostuvo Nibaldo Jiménez, fiscal coordinador de la subunidad de apoyo de la Unidad Nacional de Justicia y Paz.
Fueron entregados en la ceremonia que se llevó a cabo en el salón de eventos de un hotel en la ciudad los restos de Ángel Ospino, Ángel Cavieres, Argemiro Quiroz, Esteban Rutilio, Euclides Mendoza, Federico Medina Arrieta, Jairo Enrique Toncel, Jorge Lemus Carrascal, Miguel Ángel Santiago, Miguel Polo Angarita, Nilson Luna Guerrero, Olmis José Peralta, Rafael Tarifa, Rubén Amador, Víctor Melo y Viviana Gámez.
Jiménez señaló que en el Cesar han sido exhumados 216 cadáveres en 172 fosas comunes, de los cuales han sido entregados a sus familiares 51.
Los restos de estas personas fueron exhumados en los departamentos de Caquetá, Magdalena, Atlántico, Antioquia y Cesar. “Con la entrega de los restos podemos tener la tranquilidad de darles sepultura, visitar sus tumbas y dejarlos descansar en paz”, sostuvo María de los Ángeles Ospino, cuyo padre fue secuestrado y asesinado por un grupo armado en 1997, cuando salió a trabajar fuera de Valledupar, siendo sepultado en una fosa común en La Jagua de Ibirico.
Por Miguel Barrios
Valledupar.