“Desde que desapareció tenía la sensación que la iba a encontrar en la casa”: hijo de mujer hallada enterrada en el patio
Familia sindica a pareja, que se encuentra huyendo. Sería el quinto feminicidio en el Atlántico en 2018.
Héctor Manuel Díaz excavó el patio de la casa en la que su mamá vivía hasta que la encontró a dos metros de profundidad, sentada, bañada en cal y en descomposición entre el barro.
Buscaba a María de la Cruz Otálora Pérez desde que se acabó el 31 de diciembre de 2017. La última vez que la vio se fue de una reunión familiar. Según cuenta, discutía con su pareja Robin Ballestas Cantillo en el camino hasta donde residían en la calle 52 # 1F-40 del barrio Ciudad Paraíso en Soledad.
Héctor asegura que este hombre, con quien su madre convivía desde hace cuatro años, ya la había maltratado, pero en esta ocasión la asesinó y la enterró en el patio. “Desde que desapareció tenía la sensación que la iba a encontrar en la casa”, sentenció su hijo.
Al día siguiente, de acuerdo con vecinos, le preguntaron por ‘la Cucha’, como la llamaban, y su respuesta sembró dudas en los seis hijos de la víctima.
“Ella se fue con una prima a Santa Marta y de ahí va para Bogotá a trabajar”, parafraseó el hijo la excusa que daba Robin Ballestas cuando le preguntaban donde estaba ‘Cucha’.
Pero esto no era típico de la mujer de 47 años, que se dedicaba a la venta de pescados, no contestarles sus llamadas e irse sin avisarle a ninguno de sus familiares adonde iba.
En la casa vivía la pareja junto a los tres hijos menores de edad de Ballestas Cantillo. Desde el 1 de enero el hombre se llevó a los niños a la casa de la madre de estos, pero continuó viviendo en su hogar por 24 días con su pareja enterrada en el patio. El 23 de enero, los familiares de ‘Cucha’ pusieron la denuncia de desaparecida ante la Fiscalía
El 24 de enero, sin aviso alguno y atosigado por la constante visita de los hijos de la desaparecida, preparó una maleta con pocas cosas, cerró la vivienda con candado y partió con rumbo desconocido.
Ese mismo día, Héctor afirma que recibió una llamada anónima que le manifestó que su madre estaba enterrada en el patio.
Se desplazó hasta esa dirección, a pocas cuadras de donde vive él, y junto a vecinos vulneró el cerrojo y comenzaron a excavar. Hallaron bolsas de basura e incluso los restos de un perro, pero ningún rastro de ‘Cucha’.
No obstante, su hijo no renunció y día tras día, entre diligencias que adelantaba para empezar el proceso judicial en la Fiscalía y su trabajo diario, continuaba cavando. Con el paso del tiempo, el olor también daba pistas de que algo había en ese terreno enlodado.
A las 3:45 de la tarde, dejándose guiar por las moscas que empezaban a revolotear el patio, por fin la encontró.
De inmediato llamó al CTI para que hicieran el respectivo levantamiento del cadáver.
Hasta el momento se desconoce el paradero del señalado por la familia como homicida. De comprobarse esta versión sería el quinto feminicidio que se presenta en el Atlántico en 2018.