El crimen de Ada Luz Pérez Santana, la mujer de 30 años que trabajaba en un restaurante del barrio La Paz y fue baleada el pasado 10 de julio en plena jornada laboral, fue uno de los hechos que, sin dudas, volvió a mostrar la grave situación por la que hoy pasan pequeños y medianos comerciantes de Barranquilla y el departamento del Atlántico debido a la violencia extorsiva.
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Aquel episodio, que sucedió en el lugar de trabajo de la víctima, en donde ella atendía, tomaba pedidos telefónicos y cobraba a los clientes, llamó la atención del propio alcalde de la ciudad, Alejandro Char, quien, a través de su cuenta de X, exigió a las autoridades llegar al fondo de este caso y de otros de extorsiones ocurridos en la localidad Suroccidente, una de las más permeadas por las temidas estructuras delincuenciales que sostienen su funcionamiento a través de esta renta criminal.
Unos diez días después del homicidio de la mujer, las autoridades entregaron los primeros resultados de una investigación adelantada por el Grupo Gaula y que derivó en la detención de Jean Pierre Santiago Suárez, un joven de tan solo 18 años de edad que, según las pesquisas, fue quien accionó el arma de fuego en contra de la humanidad de la mujer oriunda de Plato, Magdalena.
Durante el operativo de captura, de acuerdo con la Policía, se incautaron dos teléfonos celulares y un par de zapatos, elementos que, al parecer, habrían sido utilizados el día del crimen. Así mismo, la Policía indicó que el capturado presentaba dos anotaciones judiciales por porte, fabricación y tráfico de armas de fuego.
Santiago Suárez cayó en el mismo barrio La Paz, en donde es real que la juventud está siendo cooptada por esas organizaciones criminales que han mostrado una supuesta voluntad de paz, según lo que ha transmitido el propio Gobierno nacional. Y la investigación precisó además que el joven venía ejerciendo presión sobre comerciantes de la zona a nombre de ‘los Costeños’, entregando panfletos y haciendo seguimiento a potenciales víctimas.
Más de 600 denuncias
El mayor Julián Alberto Cañas, comandante del Grupo Gaula de la Policía Metropolitana de Barranquilla, indica que de enero a julio de este 2025 se reportaron ante la unidad policial que dirige un total de 668 denuncias de víctimas de extorsión, 41 casos menos que en el mismo lapso de 2024.

El oficial manifiesta una reducción del 6 %, claro está en el número de denuncias. No obstante para las personas, colectivamente, hoy el panorama podría ser peor con menos denuncias y más casos sin reportar por el temor a la muerte.
Dicho eso, el jefe del Gaula reconoce que si bien hubo una reducción en comparación con el año pasado, en el mes de mayo se tuvo “un pico en el que se presentaron 147 denuncias”. “Es el pico más alto que hemos tenido”, agrega.
Descubre además que los hechos de extorsión que se vienen presentando, basado en esas denuncias, un 57 % corresponden a extorsiones de modalidades clásicas y un 43 % que son extorsiones bajo modalidades digitales.

“Dentro de las modalidades digitales, que es ese 43%, tenemos un modos operandi que es el que predomina aquí en el área metropolitana de Barranquilla. Se trata de la suplantación del grupo al margen de la ley, modalidad delictiva en la que llaman vía telefónica de manera indiscriminada a personas que cumplen funciones comerciales, entre ellos nuestros comerciantes, que tienen muy pública su información en medios de comunicación o en redes abiertas, en fuentes abiertas, en internet y por redes sociales”, explica el oficial.
En ese sentido, menciona que los delincuentes comunes aprovechan esa información que está al alcance de todos y generan “una ingeniería social y organizan un libreto que les permite intimidar y constreñir a la víctima”.
“Los llaman (a las víctimas) y se hacen pasar por grupos delincuenciales que tienen injerencia en la región del país que supuestamente están llamando. Si están llamando aquí, por ejemplo, en la metropolitana, pues van a llaman y se identifican como los grupos delincuenciales que delinquen aquí en la jurisdicción. Y generan exigencias que son de difícil consecución para sus víctimas, como cajas de munición, material de intendencia, radios de comunicación. Por eso la gente termina generando los pagos de dinero mediante transferencias bancarias”, apunta.
En total, bajo esa modalidad de extorsión digital y ejecutada por grupos de delincuencia común que se hacen pasar por miembros de estructuras criminales, las autoridades lograron identificar 243 casos del global de denuncias del Gaula, en los siete primeros meses de 2025.
El jefe del Grupo Gaula de la Policía reiteró que para atacar a las estructuras dedicadas a la extorsión es de vital importancia la denuncia. “Recordarles a todos que existe una línea de emergencia nacional del GAULA, la línea 165, que está disponible las 24 horas, hay funcionarios especializados activos, para dar orientación y asesoría contra el secuestro y la extorsión”. De igual manera está disponible la línea 147 del Gaula Ejército que también recepciona denuncias a nivel local.
Fuentes de expertos consultados por EL HERALDO señalan que esta forma de delinquir suele ser más fácil y provechosa para los delincuentes comunes, pues solo se remiten a llamadas telefónicas para intimidar y hacer exigencias a las víctimas, que es mucho menos riesgoso que un careo o la comisión de otros delitos como el hurto, que también muestra una reducción en cifras de la Policía.

Así mismo, a través de la extorsión, delincuentes comunes podrían estar siendo reclutados por estructuras criminales para que ya actúen a su nombre, pues ya tienen un entrenamiento y conocen zonas, según las fuentes.
Por otro lado, en lo que corresponde a la extorsión clásica, conforme a lo divulgado por el oficial Cañas, se describe como los casos que se generan de manera directa y son ejecutadas por los propios miembros de grupos al margen de la ley, como el caso de la mujer víctima del restaurante Arroz Paisa, en el barrio La Paz, en el que se evidenció la intervención de miembros de ‘los Costeños’.
“Allí tuvimos 352 denuncias. Esas son extorsiones que son dinamizadas por los grupos delincuenciales de aquí de la ciudad. Que son de manera directa”, puntualiza.
“Lamentablemente nuestros comerciantes también son el segmento poblacional más afectado por la extorsión clásica. Criminales llegan de manera presencial y entregan el panfleto, entregan el número telefónico, a veces les hacen una misma videollamada para que hablen con el actor criminal que está dinamizando la extorsión y se identifican como grupos de delincuencia común organizado de aquí de la metropolitana. Hacen exigencias económicas y si no pagan son objetivos militares por estas organizaciones. En estas extorsiones obviamente hay que tener muy en cuenta que hay que informar de manera inmediata a las autoridades”, advierte.
Para tener una visión de lo que sucede en el país, la quinta versión del Reloj de la Criminalidad, un proyecto institucional que busca pormenorizar los once delitos de mayor impacto en Colombia y es realizado anualmente por la Corporación Excelencia en la Justicia —CEJ—, mostró que en el primer semestre de 2024 se registraron 5.972 casos de extorsión en Colombia, un promedio de 33 casos diarios que equivalen a 1 caso cada 44 minutos.
Los principales medios empleados por los delincuentes para extorsionar fueron la llamada telefónica (43,5 %), la extorsión directa (24,1 %), las redes sociales (15,6 %) y la carta extorsiva (5,2 %), las modalidades que evidencia el jefe policial.
Zonas en riesgo
La Policía Metropolitana de Barranquilla sectoriza las zonas de vigilancia por distritos y, de acuerdo con el comandante del Gaula, hoy hay unos distritos que tienen mayor afectación que otros por el delito en mención.
“Tenemos unos distritos que son donde se evidencia la mayor cantidad de denuncias. Tenemos un distrito, que es el de Soledad y Malambo. Tenemos otro distrito que está en segundo lugar en denuncias que corresponde al barrio El Bosque y Silencio y un tercer Distrito que corresponde lo que es a San José y Simón Bolívar”.
El oficial aclara que no son los barrios puntualmente los afectados sino que se identifican así por las estaciones de Policía.
Capturas y cárcel
Para el jefe del Gaula es importante indicar que, en un trabajo articulado con la Fiscalía General de la Nación, hoy han afectado “con contundencia” a las organizaciones criminales y a la delincuencia común que se lanzan a exigir cobros extorsivos.
Según sus registros, la Policía Metropolitana de Barranquilla consiguió 235 capturas entre enero y julio, de las cuales el 98 % se obtuvieron medidas de aseguramiento.
“Esa es una data importante, pues nosotros investigamos dos delitos que son sensibles: el secuestro y la extorsión, uno que afecta al patrimonio económico y otro que afecta la libertad personal”.
Especifica que de esas 235 capturas, 142 correspondieron a integrantes de ‘los Costeños’; 84 del GDCO ‘los Pepes’, 2 de los ‘Rastrojos-Costeños’, 3 del Clan del Golfo.
Sin embargo, el oficial descubrió las detenciones de cuatro de integrantes de las disidencias de las FARC, que se trató de unos criminales que intentaron incursionar en Barranquilla y su área metropolitana, con instrucciones puntuales de cabecillas de disidencias de FARC que venían del sur de Bolívar y pretendían afectar a grandes superficies y a grandes empresas.
“Se lograron judicializar y capturar y desarticular esa comisión de esa estructura aquí en la metropolitana”, afirma el jefe del Gaula.
El mayor Cañas finaliza con que el grupo que dirige no descansa, que no paran de sensibilizar a la comunidad, con un impacto de más de 199 mil habitantes de esta jurisdicción, y que está presto a atender las denuncias a través de canales que son ampliamente conocidos.