El jueves 25 de marzo de 2021 resultó muerta en medio de un caso de atraco la abogada Claudia Patricia Rodríguez Delgado, mientras en encontraba dentro de un automóvil en la calle 57 con carrera 25, sector del barrio Los Andes, en la localidad Suroccidente de Barranquilla.
En su momento se dijo que la mujer recibió un impacto de bala en su cabeza cuando, al parecer, trató de oponer resistencia al robo de su teléfono celular, el cual revisaba en el momento del hecho criminal. Ella aguardaba frente al Colegio Jorge Nicolás Abello de la salida de un acompañante que adelantaba un trámite en la institución educativa distrital. Eran las 8:15 de la mañana.
Por ese caso, unos tres días después, fue detenido Alejandro Esteban Ávila Romero, de 21 años y conocido con los alias de El Cacha o El Cachaco. En su momento, la Policía Metropolitana de Barranquilla y la Fiscalía General de la Nación lo señalaron como el presunto responsable del asesinato de la abogada.
A este hombre se habría llegado, según las declaraciones del oficial comandante de turno de la Policía, gracias a la 'colaboración de la ciudadanía'. 'Hubo fuentes humanas que aportaron información muy valiosa y, de igual manera, la experiencia de los peritos de la Fiscalía y la Sijín permitieron que se diera esta captura en pocos días', detalló el uniformado.
Vinieron las audiencias preliminares, una solicitud de medida de aseguramiento y el traslado a prisión de Ávila Romero por los delitos de homicidio agravado en concurso heterogéneo con los delitos de secuestro simple y fabricación, tráfico, porte y tenencia de arma de fuego y municiones.
Secuestro simple, pues se recordará que el sospechoso obligó a un hombre que estaba en un vehículo en la escena del crimen para que lo sacara del lugar.
En el año 2022 se surtieron las audiencias posteriores ante Juzgado Tercero Penal del Circuito con Funciones de Conocimiento de Barranquilla, llegando a octubre de ese año a la última etapa donde el juzgado anunció el sentido del fallo de carácter absolutorio.
¿Qué pasó?
Los abogados de la defensa, Ricardo Cuentas Pérez y Ángel Modesto Urueta González, con un exhaustivo trabajo de investigación logaron desvirtuar y desacreditar la tesis de la Fiscalía que señalaba a Alejandro Esteban Ávila Romero como el responsable del hecho.
Cuentas Pérez, en diálogo con EL HERALDO, señaló que se logró determinar que su defendido no fue quien accionó el arma de fuego contra la humanidad de la víctima, pues en el momento de los hechos —así quedó sentado en la sentencia— el joven estaba trabajando en una obra en el barrio Lipaya, en la misma localidad, pero algo retirado de la escena.
Cuentas Pérez, quien fue por varios años funcionario e investigador de la Fiscalía, también aportó que era 'imposible' que los testigos presentados por el ente acusador señalaran a Ávila Romero como el autor del ataque, en sentido que en videos de cámaras de seguridad se evidenció que el atacante llevaba puesto un tapabocas. 'Era imposible que pudiera identificársele el rostro', repitió.
Finalmente el abogado defensor detalló que, en las mismas labores investigativas por el caso en mención, se consiguió al supuesto verdadero autor del atentado de la abogada.





















