La clasificación de la Selección Colombia al Mundial de la FIFA 2026 ya no solo es un motivo de celebración en las canchas. También se ha convertido en una oportunidad para reencontrarse con referentes históricos que, durante décadas, han acompañado a los hinchas en los momentos más memorables de la Tricolor.
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Nombres como Mario Yepes, Francisco Maturana, Faryd Mondragón y Óscar Córdoba —símbolos de distintas generaciones de la Selección masculina— se suman ahora a figuras de la actualidad como Daniela Montoya, referente del equipo femenino, y a voces infaltables de la narración y el análisis deportivo como Hernán Peláez, Nicolás Samper y Javier Fernández. Todos ellos coinciden en un mismo mensaje: el fútbol es la excusa perfecta para reconocernos como una familia.
Más allá de la competencia deportiva, la antesala al Mundial se perfila como un espacio de memoria y de reencuentro. Las calles, las casas y hasta los bares volverán a teñirse de amarillo, azul y rojo, no solo para revivir glorias pasadas sino también para forjar nuevas historias colectivas alrededor de la Copa.
El discurso de unión no es casual. En un país que encuentra en el fútbol un punto de coincidencia —aun en medio de sus diferencias—, esta cita mundialista se proyecta como un momento para cantar, celebrar y, sobre todo, compartir con los cercanos, sean de sangre o elegidos en el camino.
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“Después de ocho años, Colombia vuelve a esta cita deportiva y lo haremos como sabemos: en familia”, afirmó Erick Strauss, director de Marketing e Innovación de Diageo Colombia, al explicar el trasfondo de esta iniciativa cultural que busca acompañar el regreso de la Tricolor a la competencia más importante del planeta.
En los próximos meses, distintas ciudades del país vivirán experiencias de esta campaña de Buchanans, que mezclarán la nostalgia del pasado con la ilusión del presente. Será, en últimas, un llamado a que cada gol, cada narración y cada abrazo se conviertan en parte de la memoria compartida de los colombianos.





















