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Un avión Harrier Fighter de 23 millones de dólares era el premio que la empresa Pepsi ofrecía a través de medios publicitarios a la persona que canjeara 7 millones de puntos acumulables por la compra de su bebida. Un hombre junto a su amigo emprendieron la tarea de acumular esa cantidad y al tratar de reclamar su botín se llevaron una gran sorpresa que los llevó hasta los estrados judiciales.

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El hecho se remonta a 1995 cuando Pepsi anunció que por cada compra de la bebida gaseosa se generaban una serie de puntos, por ejemplo, la compra de seis botellas significaban 4 puntos.

Los premios consistían en gorras o camisas que se canjeaban por 1.500 puntos. Sin embargo, la empresa de estadounidense no se quedó ahí y decidieron que para llamar más la atención y que su campaña tuviese más eco, recompensarían con un avión a quien acumulase 7 millones de puntos.

Un objetivo poco alcanzable pero atractivo al mismo tiempo, fue precisamente eso lo que atrajo a John Leonard, un joven estadounidense que para la época quería hacerse con el avión y fue cuando se decidió a empezar a acumular los millones de puntos.

Se puso a la tarea junto a un amigo alpinista adinerado que se encargaría de comprar los cuatro millones de dólares en latas de Pepsi, que eran las necesarias para la acumulación total de los puntos.

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Le comunicaron a la compañía sus intenciones pero esta no les creyó y tras ver que habían logrado el objetivo intentaron hacer un acuerdo con los jóvenes, propuesta que ambos rechazaron pues solo querían su avión. Al incumplirles demandan a la empresa.

Uno vez en los estrados judiciales Pepsi argumentaba que el avión Harrier Fighter se podría reclamar con la acumulación de 700 millones de puntos y no con 7 como decía en un principio la publicidad. Asimismo, la letra chica del comercial debía aclarar que era una broma lo del avión.

La empresa añadió que el comercial había sido ajustado y que por eso no incurrió en publicidad engañosa. Para los tribunales norteamericanos esos argumentos fueron suficientes como para darle la razón a la en el litigio.

Y aunque John Leonard y su amigo perdieron ante la justicia de su país, recientemente ganaron notoriedad tras el lanzamiento del documental de ‘Pepsi, where’s my jet?’ (Pepsi, ¿dónde está mi avión?) en noviembre de 2022, donde cuentan su inusual historia y el desenlace.