El presidente de Fenalcarbón, Carlos Cante, manifestó que los efectos de la carga tributaria ya sacuden el sector carbonífero, y todo esto, por culpa de los impuestos de la conmoción interior a comienzos de 2025.
En ese sentido, el dirigente gremial expuso durante el Congreso del gremio en Barranquilla, que les preocupa el ajuste de la tarifa de la retención de renta a 4,5% y la posibilidad de que esta sea aún mayor si el proyecto de reforma tributaria del Gobierno Petro se aprueba en el Congreso de la República.
Cante sostuvo que las regalías que dejará la actividad de los carbones tendrá una disminución de $3 billones, dado que pasaría de $8 billones en 2024 a $5 billones en 2025.
“Es un clamor de toda la economía nacional, de todo el empresariado. Hay que devolverle la competitividad al país. Y en el caso particular, eso significa es que hay que restarle a la persecución del sector porque esa persecución tributaria, realmente no conduce a un mayor recaudo. Si ustedes se dan cuenta, no es que exista un mayor recaudo efectivo por efecto del mayor volumen de tributación, porque lo que está sucediendo es que como no hay margen, como no somos competitivos, como no es posible sacar los carbones y los coques por el elevado costo de los fletes de los productos que tenemos que mover 1000 km a puerto, pues lo que está sucediendo es que está reduciéndose la producción y reduciéndose las exportaciones. Esos son menos impuestos y sobre todo menos regalías”, expresó Cante.
El presidente de Fenalcarbón manifestó que por los choques generados por la mayor carga tributaria, decisiones administrativas, la devaluación del dólar y la caída en la cotización de los minerales, el sector estima que la caída en las ventas externas del carbón colombiano en lo corrido del año es de 10,8 millones de toneladas menos frente a 2024.
A su vez, resaltó que la mayor parte del desplome se fundamenta en el carbón térmico, del cual se han exportado 10,5 millones de toneladas menos mientras que el carbón metalúrgico es del orden de 300.000 toneladas, traduciéndose en una reducción de 34 % en un año.
Carlos Cante se mostró preocupado por lo que ha sucedido en los últimos meses, y es que muchas de las operaciones de pequeña minería están teniendo muchísimos problemas para seguir operando.
“Ha habido un bajo volumen de movimiento porque el margen no da, porque el impuesto a las ventas los tiene bastante afectados, y seguramente algunas operaciones han tenido que entrar en fase de mantenimiento, han tenido que disminuir sus volúmenes de producción, han tenido que salir de un importante número de trabajadores para poder sobrevivir, pero las reservas están ahí. La pequeña minería sigue abierta y sigue dispuesta a contribuir con los volúmenes que requiera el país”, indicó.