
Aunque parezca ya un punto fastidioso por la repetición de la repetidera, sobre las consecuencias económicas del desconcertante nocaut que Márquez le propinó a Pacquiao, luego de haber combatido entre los dos en tres combates a 12 asaltos cada uno, donde no se vio ni un mísero resbalón, y con ese nocaut se desmoronó la mejor oferta económica que se ha hecho en la historia del boxeo.
En efecto, la oferta que les hiciera el promotor Bob Arum a los dos boxeadores que estaban en su momento en lo más alto del pugilismo, rodeados por el entusiasmo de miles sobre miles de aficionados como en 3 ó 4 continentes, de 50 millones de dólares para cada uno, tanto a Manny Pacquiao como a Mayweather, era propuesta como para arrebatarle el brazo y pedirle que la fecha no fuera nada distante, sino “a la vuelta de la esquina”.
Por lo menos Pacquiao le dijo si, de inmediato al promotor Aaron, preguntándole, ¿“dónde le firmo”? y no era para menos. 50 millones de dólares (túmbele lo que se le quiera tumbar por razones de impuestos, pago de sparring partner, etc. quedan entre 35 y 40 millones de dólares. Como para decirle adiós al oficio de aporrear caras y caretas y que se lo aporreen a uno, que puesta esa suma en una empresa de crédito para el 1% que fuera, ya era para vivir gozoso y tranquilo. A rascarse la barriga y otros ‘aditamentos’, vida mía!
Mas, ¿qué hace la ‘belleza’ del Maywehather? Parecía calmadito y como indiferente, como si fuera el hijo del mexicano, del que dicen que es el primer multitudinario del mundo. Simplemente, no le contesta al promotor, sino que se reúne con sus amigotes, “a estudiar las condiciones que había que imponer en ese combate”, ¡bendito sea Dios! Una gente que viene del arroyo y que han pasado filo hasta decir no más, mostrándose como gallina ‘que mira a sal’ ante semejante y única oferta más alta de todos los tiempos.
En EU dicen que cuando un púgil negro se rodea de otros negros, ‘hay chochete’, como se decía en la vieja Barranquilla. Le dieron largas al asunto, mientras el propio Bob Arum por su parte también metía el ‘guayacán’, permitiendo que Pacquiao quedaba en libertad de ‘oír ofertas ajenas’ y pelear con el que fuera, incluyendo un Márquez con el cual había peleado 3 veces, ganando 2 y empatando una. ¿Había derecho a semejante estupidez? El Mayweather la oferta de 50 millones, ahora le sabe a gato.
Ya les contamos a nuestros lectores cómo era que se protegía en el pasado un combate de muchos ceros a la derecha, en contraste con el ‘guayazo’ del momento. Ahí queda eso...
Palestra deportiva, por Chelo De Castro C.