Junior ha convertido canciones inolvidables en ‘himnos’ que quedan marcados en el corazón. Por ejemplo, adaptó el ‘Quiéreme siempre’ de la Orquesta Aragón a una canción que hoy simboliza al ‘juniorismo’ puro. Y con José Enamorado pasó algo parecido. Su nombre ya está identificado con la canción ‘Estar Enamorado’ de Ray De La Paz —su nombre de pila es Ray Hernández—, la cual suena una y otra vez en Barranquilla cada vez que el talentoso jugador atlanticense nos deleita con un gol, una asistencia o una gran presentación.
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“Estar ‘Enamorado’ es, descubrir lo bella que es la vida… Estar ‘Enamorado’ es, confundir la noche con los días… Estar ‘Enamorado’ es, caminar con alas por el mundo… Estar ‘Enamorado’ es, vivirrr con el corazón desnudo…
Estar ‘Enamorado’ es, ignorar el tiempo y su medida… estar ‘Enamorado’ es, contemplar la vida desde arriba… Estar ‘Enamorado’ es, divisar la estrella más pequeña… Estar ‘Enamorado’, olvidar la muerte y la tristeza…”.
Precisamente ese es el personaje de esta gran historia: José David Enamorado Gómez, el ‘10’ que nos trajo la once.
Si bien los triunfos se logran gracias a un colectivo, cada una de las once estrellas que hoy reposan en el escudo rojiblanco tienen un héroe para la posteridad. En 2023, por ejemplo, la insignia de ‘la décima’ fue el porteño Carlos Bacca con sus 18 goles trascendentales. Y en este 2025, si hay un jugador que simbolizará eternamente la undécima estrella, ese es Enamorado.
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Y es que el aporte del talentoso jugador nacido en el municipio de Soledad, un 13 de enero de 1999 —tiene 26 años—, va más allá de los ocho goles y las cuatro asistencias que dio a lo largo de la Liga II-2025. El extremo sacó su prime para guiar, juego tras juego, al Junior en ese espinoso camino hacia la estrella.
“Espero volver al nivel que me conocen en Junior”, dijo el creativo a los periodistas que un 26 de junio esperaban atentos la llegada de los jugadores rojiblancos al primer día de trabajos. Esa frase tomaba relevancia al ver lo mal que le había ido a José en el último año. Y miren que cumplió, porque desde que arrancó el torneo vimos a otro Enamorado, uno muy diferente al que se había paseado por el gramado del ‘Metro’ en los últimos 365 días. Uno más intenso, desequilibrante, inquieto, productivo, pensante y eficaz. Uno que arrancó el semestre de suplente y supo esperar, y ganarse, su momento de protagonismo, ese que llegó por allá en la novena fecha, cuando agarró realmente la titularidad por ese costado derecho para no soltarla nunca más.
En septiembre, antes de enfrentar a La Equidad, por la jornada 11, Enamorado le concedió una entrevista a EL HERALDO donde reveló el motivo de su cambio.
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“La mejoría es porque me están dando toda la confianza. Para nadie es un secreto que después de quedar campeones —en 2023—, que se cambió de entrenador, que el equipo empezó a jugar de otra manera, no tuve continuidad, me faltaba, yo creo, esa confianza que hoy en día tengo. Un jugador cuando le brindan la confianza o cuando uno se da cuenta que puede aportar y confían en uno, no solo el técnico sino lo compañeros, eso lo ayuda a uno a mejorar”, afirmó.
“El profe Arias me ha dado mucha confianza, tanto en los entrenos como en los partidos. Antes de los juegos habla conmigo, me da herramientas, me dice las cosas que debo mejorar. Eso me ha ayudado mucho, porque cuando alguien te dice las cosas de buena manera, te ayuda para mejorar día a día”, agregó.
Ese día comprendimos —prensa y afición— muchas cosas que por ahí se desconocían. Enamorado se sintió desplazado por el técnico anterior, el venezolano César Farías, y eso radicó en un bajón notable de rendimiento.
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“Yo creo que uno no siempre va a agradar a todos los entrenadores, no siempre va a llenar las expectativas que tiene cada persona. Yo entré en un momento donde no tuve continuidad, donde entraba un partido sí y otro no, y en otros donde ni siquiera me convocaban. Eso igual me ayudó en lo personal para mejorar, para saber que debía trabajar más para volver a sentirme importante y conseguir las cosas que hasta el momento estoy consiguiendo”, manifestó.
De ahí en adelante, lo demás es historia. Enamorado fue subiendo su nivel, aumentó su protagonismo y ya se veía como el líder futbolístico del equipo de Alfredo Arias.
Confianza que se ratificó con un gesto que marcó esta inolvidable campaña. El 29 de octubre, antes de enfrentar a Santa Fe, por la fecha 18, Junior decidió darle el emblemático dorsal número ‘10’ a Enamorado —portaba el ‘99’—, que hasta ese partido no tenía dueño. Ese gesto potenció aún más al extremo atlanticense de cara a los cuadrangulares semifinales, donde su figura se engrandeció.
Junior se aferró a su estrella y con él al mando derribó a cuanto rival se le atravesó en el denominado ‘grupo de la muerte’. Al ‘10’ lo sufrieron Medellín, Atlético Nacional y América de Cali, pero el que más lo recordará será el Deportes Tolima y Lucas González, entrenador de los ‘Pijaos’, porque fue Enamorado el que desquició a un equipo que hasta esa gran final había hecho la mejor campaña del año, con la defensa menos vencida. Enamorado marcó un doblete en el juego de ida y se sacó de la ‘chistera’ otro golazo en la vuelta para sentenciar la final y bajarle a los barranquilleros esa anhelada undécima estrella, la que tiene y tendrá siempre su firma, la que dejó a todos enamorados de este Junior batallador.
Y sí, como dice la canción de Ray De La Paz: “Estar ‘Enamorado’ es, descubrir lo bella que es la vida… Estar ‘Enamorado’ es, confundir la noche con los días… Estar ‘Enamorado’ es, caminar con alas por el mundo… Estar ‘Enamorado’ es, vivirrr con el corazón desnudo…
Estar ‘Enamorado’ es, ignorar el tiempo y su medida… estar ‘Enamorado’ es, contemplar la vida desde arriba… Estar ‘Enamorado’ es, divisar la estrella más pequeña… Estar ‘Enamorado’, olvidar la muerte y la tristeza…”.
























