Su garganta lo delata. Ni murmurando lo consigue. No hay forma de que la voz de Ramiro Alfonso Jiménez pase desapercibida en algún lado. El trueno que sale de sus cuerdas vocales desde niño le permitía vender más fácilmente la yuca y el ñame que su papá ofrecía en el mercado, y lo llevó a convertirse en el original e inconfundible narrador deportivo que es hoy en día.
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El hombre que nunca pierde la fe en medio de los partidos y cree que en cinco minutos “se quema continente y medio” ya tiene 45 años relatando los goles de “tu Ju, de mi Ju, de nuestro Junior, nuestro equipo del alma”.
Casi 50 calendarios gritando a todo pulmón: “¡Sí sí, gol gol! ¡Sí sí, gol gol! ¡Sí sí, gol gol! ¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! ¡Sí!...”.
Tanto tiempo al lado del ‘Tiburón’, surcando y sumergiéndose en sus aguas, han sacado a flote innumerables anécdotas que Ramiro Alfonso decidió contar en un libro de 177 páginas.
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‘Entre goles, viajes y pasiones’, se llama la publicación que será presentada este viernes, a partir de las 6:30 p. m., en el Centro Cultural Museo Bibliográfico de Autores del Caribe (calle 68 # 53-56, en la que el relator barranquillero revela un montón de historias que ha vivido durante sus seguimientos a las campañas del cuadro rojiblanco, y en todos los cubrimientos que ha hecho sobre fútbol y otros deportes. Muchos de ellos al lado de Ricardo Ordoñez Simmonds, otro destacado periodista deportivo currambero.
“Una amiga que ya se lo leyó me dijo: ‘me hiciste llorar y reír con ese libro’. Yo cuento cosas de mi vida y muchísimas anécdotas, cosas curiosas y pasajes cómicos que se nos han presentado”, expresó Jiménez en diálogo con EL HERALDO.
Uno de los capítulos más conmovedores es el primero, ‘Un ángel me indicó el camino’, que rememora el instante en que Ramiro comenzó a soñar con convertirse en narrador.
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“Yo soy de los estratos populares de Barranquilla, mi papá vendía yuca y ñame en el mercado público de Barranquilla, y un día cualquiera, acompañando a mi papá después de mis deberes escolares, el viejo apiló unas yucas para rematar el producto. Yo empecé a vociferar para ayudar al viejo: ‘¡Pilas de yuca a 100 pesos!’. De pronto una señora me queda mirando y me dice: ‘¡pelao e carajo, tú tienes voz de locutor!’. Esa vaina se me metió a mí en la cabeza y me dije: ‘¿yo qué hago chupando sol aquí si yo tengo voz de locutor?’”, recordó Jiménez.
Ramiro empezó a incursionar muy joven en los medios y terminó graduándose como abogado de la Universidad Simón Bolívar, a donde llegó gracias a una beca parlamentaria que le concedió José Name Terán.
Aunque le gustaba el derecho y alcanzó a ejercer, su pasión era la narración deportiva. La situación que confirma su preferencia es que una vez, trabajando para Abogados y Asociados, le encargaron un caso en el que debía embargar a un reconocido futbolista caribeño por una extensa deuda.
Jiménez, que tiene especialización y maestría en derecho, conocía y admiraba al deportista, así que decidió contarle la situación y pedirle que conciliara con la parte demandante para no verse involucrado en el pleito legal con el jugador del que había cantado varios goles.
“Me dio mucha pena con él y no le dije que yo era el encargado directo del tema. Yo he ejercido el derecho, pero el periodismo deportivo es como un virus que uno no puede sacarse”, apuntó el barranquillero de 61 años.
“¡Ra-mi-ro Ji-mé-nez!... ¡La sintonía, tú la tienes!”. El tradicional jingle radial con la voz de Mike Char que acompaña las transmisiones futboleras del relator en Emisora Atlántico, se podría descomponer un poco para presentar su obra: “Ramiro Jiménez… ya tu libro tienes”.