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Amenazados con el fantasma de la humillación, Jalen Brunson rescató este jueves a los New York Knicks con una contundente victoria por 111-93 que dejó las Finales del Este 3-2 contra los Indiana Pacers para forzar el sexto partido en Indianápolis.

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Los Knicks habían perdido los dos anteriores partidos de la serie en el Madison Square Garden y hoy corrían el riesgo de ser eliminados en Nueva York ante su gente, que había esperado 25 años para volver a ver al equipo en unas Finales del Este.

Brunson lideró a Nueva York con 32 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias, mientras que Karl-Anthony Towns, clave en el primer tiempo antes de cargarse con personales, terminó con 24 puntos y 13 rebotes.

Los Knicks anularon al quinteto titular de los Pacers y dejaron a Tyrese Haliburton y Pascal Siakam, las principales armas ofensivas de Indiana, con 23 puntos entre los dos.

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De hecho, el banquillo de los Pacers aportó más del 60 % de los puntos del equipo (57 de 94). El máximo anotador de los Pacers fue el suplente Bennedict Mathurin, que rozó el doble-doble con 23 puntos y 9 rebotes.

El de esta noche fue el primer partido de los 15 que han disputado en estos ‘playoffs’ los Pacers en el que los de Indiana se quedaron por debajo de los 100 puntos. Hasta hoy, eran el único equipo en estos ‘playoffs’ con más de 100 puntos en cada partido.

Pero los Knicks se hicieron fuertes en defensa, superando a los Pacers en el rebote 54-47 (incluyendo 11-8 ofensivos) y forzando 19 pérdidas para Indiana, por solo 15 Nueva York.

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La serie se traslada ahora a Indianápolis para el sexto partido, que se jugará este sábado.

La misión para los Knicks sigue siendo titánica: apenas 13 equipos han logrado remontar un 3-1 en las 297 ocasiones en que un equipo ha estado en esa situación en la historia de la NBA.

A Indiana o Nueva York les esperan en las Finales de la NBA los Oklahoma City Thunder, que anoche se proclamaron campeones del Oeste, tras derrotar por 4-1 a los Minnesota Timberwolves.

Los Knicks se atrincheran en defensa

Los New York Knicks saltaron esta noche al Madison Square Garden con la lección aprendida del cuarto partido en Indianápolis: endurecer su defensa y evitar pérdidas de balón.

Anotaron en sus tres primeras posesiones —los seis primeros puntos de Jalen Brunson— y forzaron pérdidas en las dos primeras jugadas de los Indiana Pacers.

Los Knicks dominaron el partido de inicio a fin, sin permitir siquiera que los Pacers llegaran a igualar.

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Brunson y Karl-Anthony Towns hicieron volar a los Knicks, que se jugaban el orgullo de Nueva York al borde de la eliminación. El dominicano firmaba un doble-doble con 17 puntos y 10 rebotes al descanso, mientras que Brunson había anotado 14.

Los Knicks cerraron el primer cuarto 27-23 y el primer tiempo 56-45. Su máxima ventaja en el segundo cuarto llegó a ser de 14 puntos.

Con un demoledor inicio del segundo tiempo, los Knicks se pusieron a 20 (72-52), jugando a una marcha más que los Pacers, que pérdida tras pérdida recibieron una dosis de su propia medicina.

Sin embargo, la cuarta falta personal de Towns en el ecuador del tercer cuarto hizo que Tom Thibodeau le sentara y cambiara momentáneamente el rumbo del partido.

Los Pacers firmaron entonces un parcial de 2-12 para acercarse a solo 10 puntos y poner el miedo en el cuerpo del Madison, pero los Knicks supieron responder con otro parcial de 12-0, que llevaba el duelo a una nueva máxima ventaja de +22 para los neoyorquinos.

El resultado al finalizar el tercer cuarto era de 90-73.

Los Pacers volvieron a inquietar a unos Knicks incapaces de cerrar el partido cuando se pusieron a 12 puntos al inicio del último cuarto. Pero de nuevo, el esfuerzo de Indiana fue insuficiente ante unos Knicks que mantienen viva la serie.