Lamentablemente no todo se queda en una cancha de fútbol. La disputa del balón y de un título se puede transformar en irracionalidad y violencia. La conquista de la estrella 16 de Millonarios al superar al Atlético Nacional en definición por tiros desde el punto penal tuvo una cara triste y reprochable.
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No todo fue felicidad. La gloria deportiva también trajo sangre, destrozos y caos en algunos sectores de Bogotá en los que hinchas de ambos bandos se enfrentaron en medio de los festejos azules.
El licor y el fanatismo desbordado derivó en batallas campales con piedras, machetes, puñales y otras armas cortopunzantes, que obligaron la intervención de la Policía.
En Engativá, Bosa, Ciudad Bolívar y Suba, localidades de la capital de la República, se presentaron peleas entre ‘Verdolagas’ y ‘Embajadores’, que fueron controladas por la Fuerza Pública, según la alcaldesa Claudia López.
'Ha habido algunos eventos tensos en algunos puntos, controlados rápidamente por los equipos de diálogo y policía', trinó la mandataria capitalina en su cuenta oficial en Twitter.
La Alcaldía destacó que en el estadio, sus alrededores y en el parque Simón Bolívar no se presentaron hechos para lamentar.
'40 mil personas vieron el partido en el Simón Bolivar y no hubo actos de violencia ni alteraciones graves a la convivencia. 34 mil hinchas fueron al Campin, vieron el partido y celebraron en paz y tranquilidad', expresó Felipe Jiménez Ángel, secretario Distrital de Planeación, de Bogotá.
Aunque es un equipo antioqueño, Nacional posee una numerosa afición en territorio bogotano.




















