A las 2:00 de la mañana de este lunes 11 de agosto falleció en Bogotá el senador Miguel Uribe Turbay, precandidato presidencial por el partido Centro Democrático, luego de permanecer por más de dos meses en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Fundación Santa Fe. El congresista, de 39 años, no logró sobreponerse a las complicaciones derivadas de múltiples procedimientos quirúrgicos practicados como consecuencia del atentado que sufrió durante un acto político en la capital del país.
Desde el momento del ataque, perpetrado presuntamente por un menor de edad en el barrio Modelia, occidente de Bogotá, Uribe Turbay había permanecido en estado crítico. Recibió varios impactos de bala, dos de ellos en la cabeza, y fue trasladado inicialmente a la Clínica Medicentro antes de ser remitido a la Fundación Santa Fe, donde los equipos médicos realizaron las primeras intervenciones de urgencia.
Desde su ingreso al centro hospitalario, el pronóstico fue reservado. La primera intervención, practicada la misma noche del ataque, consistió en un procedimiento neuroquirúrgico de urgencia, acompañado de una operación en el muslo izquierdo.
En los días siguientes, el estado del congresista se mantuvo crítico, aunque con algunos signos de respuesta positiva. El equipo médico reportó en su momento una “tendencia hacia la estabilización hemodinámica” y “una disminución del edema cerebral”, lo que generó esperanzas de recuperación.
Pese a estos indicios alentadores, su estado de salud nunca dejó de ser delicado. Posteriormente, se reportó una leve mejoría asociada a una disminución de la presión intracraneal, y se planificó la realización de nuevos estudios imagenológicos para evaluar su evolución. Sin embargo, el cuadro clínico volvió a agravarse, lo que llevó a una prolongada cirugía de aproximadamente siete horas, en la que se evidenció un “edema cerebral persistente”, lo que convirtió su condición en “extremadamente crítica”.
En medio de la incertidumbre sobre su evolución, la Fundación Santa Fe comunicó que, por decisión de la familia, no se emitirían más reportes públicos sobre su estado de salud, salvo por los canales oficiales.
No obstante, días después, el centro médico emitió un parte alentador, en el que informó que Uribe había entrado en una “nueva fase subaguda” al superar más de dos semanas desde el incidente. Según el documento, el congresista había sido sometido a nuevos procedimientos médicos, entre ellos una traqueostomía y una gastrostomía, como parte de la desescalada de su estado crítico. A pesar de ello, su condición seguía siendo grave y su pronóstico neurológico reservado, por lo que continuaba en la Unidad de Cuidados Intensivos.
En medio de esa situación, su esposa, María Claudia Tarazona, había anunciado públicamente que el senador sería sometido a un nuevo procedimiento médico. A través de un emotivo mensaje en redes sociales, pidió a los ciudadanos continuar orando por su recuperación. “Hoy Miguel entra a un nuevo procedimiento. En nuestras palabras, un nuevo milagro. Siento la necesidad de comunicarles este paso porque se han convertido, cada uno de ustedes, en mi fuerza y mi soporte”, escribió.
Sin embargo, pese a los esfuerzos del equipo médico y al respaldo masivo expresado por sus simpatizantes, Miguel Uribe Turbay no resistió las complicaciones derivadas de ese último procedimiento y falleció.
Durante su permanencia en cuidados intensivos, la familia del congresista solicitó a la opinión pública que la información sobre su salud se canalizara únicamente a través de los reportes oficiales emitidos por el hospital.
Decenas de simpatizantes, colegas y figuras del ámbito político se congregaron durante días en las afueras del centro médico, y en distintas marchas a lo largo del país, para expresar su apoyo y participar en cadenas de oración. Varios sectores del Congreso, así como líderes de distintos partidos, se solidarizaron con su familia y condenaron el atentado.
Miguel Uribe Turbay era una de las figuras más visibles del uribismo. Fue el senador más votado en las elecciones legislativas de 2022 y mantenía una postura crítica frente al gobierno del presidente Gustavo Petro, en especial en temas de seguridad y orden público.
Su trayectoria en la vida pública estuvo marcada por su paso como secretario de Gobierno de Bogotá durante la administración de Enrique Peñalosa, su candidatura a la Alcaldía en 2019 y su posterior ascenso al Senado.
Hijo de la periodista Diana Turbay, secuestrada y asesinada en 1991 por el cartel de Medellín, y nieto del expresidente Julio César Turbay Ayala (1978-1982), Uribe Turbay provenía de una familia con un largo historial de participación política en el país.