Sequía acabó con 800 hectáreas de arroz en Badillo, Cesar

En los 50 años que Manuel Daza lleva cultivando arroz en la región de Badillo, al norte del Cesar, es la primera vez que vive una sequía tan fuerte. Así lo manifestó este productor que acaba de perder 16 hectáreas por efectos del clima.

Este corregimiento de Valledupar, es tierra arrocera por tradición, pero el verano intenso, propio del fenómeno de El Niño, ya arrasó con 800 hectáreas, de las 1.100 que se cultivaron en la zona para la presente cosecha, el resto también está en riesgo de perderse, sino llueve en los próximos 15 días.

El río que lleva su nombre, que incluso ha servido de inspiración para canciones vallenatas, está reducido a su mínima expresión. De las fuertes corrientes, solo quedan pequeños ‘hilos’ de agua, en medio de gigantescas piedras, producto también de la ausencia de las lluvias.

Hasta ahora las pérdidas en esta zona se calculan en 3.200 millones de pesos, si se tiene en cuenta que por cada hectárea cultivada se invierten cuatro millones de pesos. La situación podría empeorar, considerando que aún quedan en pie unas 300 hectáreas que se resisten a morir.

“Estamos rogándole a Dios que meta sus manos para que caiga un aguacero, porque de no ser así, todo lo vamos a perder”, sostuvo Julio Enrique Argote, otro productor, al que el verano le acabó 50 hectáreas del cultivo.

El panorama es desalentador, y no se vislumbran soluciones. “Estamos conformando una delegación para que gestione ante el Gobierno Nacional ayudas, pero hasta ahora no tenemos respuestas. Los únicos que han venido por aquí son funcionarios de Fedearroz a darse cuenta del estado de los cultivos”, señaló Jairo Ramos, también arrocero.

“La sequía nos ha perjudicado a todos, las acequias no tienen ni gota de agua, en estos momentos estamos en una situación de quiebra”, sostuvo. En Badillo hay 50 productores de arroz, todos están en crisis. 

Alimento para ganado 

Los cultivos de arroz que se secaron ya no darán cosecha, por lo que la única alternativa que tienen los productores es dejar la siembra para alimento de ganado. El arroz seco sirve para que pasten las reses.

“A mí se me perdieron 16 hectáreas de arroz en las que había invertido 46 millones de pesos, me tocó venderlas a ganaderos en un millón de pesos para que se alimenten los animales. Es triste ver como el ganado se come lo que tanto me costó, pero también es una forma de recuperar algo”, señaló el productor Jairo Ramos.

Los agricultores están decididos a no sembrar este semestre, ni el año entrante, debido a que el verano se prolongará hasta 2015, según el Ideam. Esto incrementará la catástrofe económica del sector, debido a que además de las pérdidas, se disminuye el empleo en el campo.

Para cultivar una hectárea de arroz se requieren ocho jornales, es decir que si se dejan de producir las 2.500 que tradicionalmente se siembran solo en Badillo, se perdería la oportunidad para unas 20.000 personas.

Rafael Mendoza Hinojosa, otro arrocero en este corregimiento, indicó que “esto está completamente acabado, lo que yo tenía sembrado ya se me perdió y lo que no  está en riesgo”. La presente cosecha debía recogerse en agosto, para nuevamente preparar los suelos en septiembre y continuar para la segunda, pero bajo las condiciones actuales, dicen, que no hay futuro.

Jairo Francisco Manjarrés Mendoza, también productor indicó que “le estoy debiendo a los bancos, a los almacenes de insumos, estoy quebrado porque se me han perdido las cosechas”.

El vicepresidente del Comité de Arroceros del Cesar y La Guajira, Joaquín Tomás Ovalle, manifestó su preocupación por la fuerte sequía que azota a la región y pidió la intervención del Gobierno Nacional.

“Estamos llamando a las fuerzas vivas del departamento, para que se unan y de esta manera tratar de enfrentar esta emergencia que se nos ha presentado.  La invitación es hacer una cruzada a nivel local y nacional para que el gobierno nos escuche”, indicó.