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El parto que debía marcar el inicio de la vida de Lyam David terminó en tragedia. Su madre, Dania Pabón, de 20 años, denunció en diálogo con ‘Caracol Radio’ que la Clínica General del Caribe en Cartagena ignoró sus súplicas y que la demora en practicarle una cesárea habría desencadenado la muerte de su primer hijo.

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Su ingreso al centro asistencial se dio el 27 de agosto por una infección urinaria. Durante siete días permaneció hospitalizada bajo tratamiento y con ecografías y monitoreos diarios. Aunque aseguraba que ya tenía 38 semanas de embarazo, los especialistas repetían que todo estaba dentro de la normalidad.

El 3 de septiembre le informaron que le inducirían el parto. Ella rogó una cesárea, pero la respuesta fue tajante: “Vamos a inducirte y vamos a ver cómo te va”.

Sus súplicas fueron ignoradas

Ese mismo día comenzó el proceso de inducción. A las pocas horas, el dolor era insoportable y las contracciones se intensificaron. Pasada la medianoche, aún con apenas cuatro centímetros de dilatación, insistió en que la intervinieran.

Dania se arrodilló, lloró y pidió a los médicos que atendieran sus súplicas; no obstante, asegura que los profesionales le respondieron que debía esperar al cambio de turno.

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A las seis de la mañana, una nueva revisión mostró seis centímetros de dilatación. Según la joven, la médica minimizó un hecho que aumentó su angustia: la presencia de meconio (primera materia fecal de un recién nacido) en el líquido amniótico.

Minutos después la hicieron pujar, asegurándole que el bebé estaba por nacer. El ambiente se tornó tenso, los médicos se consultaban entre sí y finalmente llamaron al ginecólogo. Su decisión fue llevarla a cirugía de inmediato. Para entonces, Dania ya sentía que su hijo se había detenido dentro de ella.

Lyam nació muerto

Durante la cesárea, asegura, nadie explicó lo que ocurría. En la sala no escuchó el llanto de su bebé ni lo vio en brazos de los doctores. Solo en recuperación, cuando su madre entró con el pequeño en brazos, supo la verdad: Lyam había muerto.

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El relato de la familia es desolador. Dania asegura que hasta la fecha la clínica no le ha entregado un informe claro sobre las causas del deceso ni un acompañamiento psicológico adecuado. “Nadie me dijo que mi hijo había muerto, nadie me dio una razón”, expresó entre lágrimas. Su madre, Rosaida Hernández, fue testigo de todo y cuestionó que, pese a las súplicas por una cesárea, la joven fuera sometida a un parto natural hasta el último momento.

El Dadis abrió una investigación contra la clínica

El Departamento Administrativo Distrital de Salud (Dadis) confirmó que abrió una investigación. Su director, Rafael Navarro, explicó que ya solicitaron la historia clínica y un análisis detallado del caso. Aseguró que, si se detectan fallas en la atención, se tomarán medidas disciplinarias. El organismo también informó que brindó acompañamiento psicosocial a la familia desde el primer momento.

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Mientras tanto, Medicina Legal tiene un plazo de 26 días para entregar los resultados de la necropsia del bebé, que permitirán esclarecer la causa exacta de la muerte. El sepelio de Lyam se realizó el 11 de septiembre en el cementerio del barrio Olaya Herrera, mientras su familia enfrenta un duelo marcado por la indignación y la incertidumbre.

Hasta ahora, la Clínica General del Caribe no ha emitido un pronunciamiento oficial. La versión de los médicos sobre lo ocurrido sigue siendo una incógnita, y la joven madre insiste en que lo que debió ser el día más feliz de su vida se convirtió en el recuerdo más doloroso.