El Heraldo
Partido de fútbol que se llevó a cabo en la Vía 40 con calle 85, barrio Siape de Barranquilla, en medio de un bloqueo por parte de jóvenes.
Barranquilla

La historia detrás del partido de fútbol entre policías y jóvenes en Siape

Una muestra de que la violencia no es la vía para ser escuchados o demostrar el descontento frente a temas de interés nacional. 

Un balón de fútbol comenzó a rodar sobre la Vía 40 con calle 85. Era la tarde del jueves 6 de mayo de 2021 y a la altura del barrio Siape un grupo de jóvenes tenía esa zona de la ciudad sumergida en una tensa manifestación que había detenido el tráfico desde hacía más de una hora. 

Un adolescente con un suéter de color blanco puso a rodar sobre el pavimento la pelota y arrancaba un ‘toque toque’ con el fin de calmar el ambiente, pues muchos de los presentes creían que la protesta iba a terminar en enfrentamientos con la fuerza pública, que en cualquier momento recibirían la orden de despejar el bloqueo.

Los moradores de ese populoso barrio salieron de sus casas expectantes de lo que podría ocurrir, pero no terminaron corriendo a sus residencias a tratar de resguardarse de los gases lacrimógenos y tampoco de las bombas aturdidoras que lanzan las autoridades para dispersar a manifestantes, sino que gritaban agitados por el enfrentamiento futbolístico que se jugaba en esa calle entre jóvenes al que se incorporaron los uniformados.

Los conductores que quedaron represados sobre la vía se contagiaron de la energía y también apoyaron la actividad. Durante el encuentro se escuchaban opiniones y análisis típicos de esos que se suelen presentar en los compromisos del Junior de Barranquilla u otros equipos de talla internacional.

Con la plena certeza de que la violencia no es el camino, Óscar Jiménez Guerrero, de 30 años, residente de este barrio, fue uno de los líderes de ese plantón sobre la agitada vía que terminó dándole una lección a muchas personas que lo vivieron presencialmente, pero a otras tantas que lo observaron a través de los videos y fotografías que comenzaron a viralizarse en las redes sociales.

“Decidimos cerrar la vía para hacernos sentir en esta sociedad porque somos humanos y necesitamos ser escuchados. En ese momento llegó la Policía y muchos se asustaron porque a veces la actuación  de los uniformados no es la mejor, entonces, algunos comenzaron a lanzarles piedras y otros objetos contundentes”, dijo Jiménez Guerrero.

“Decidimos cerrar la vía para hacernos sentir, somos humanos y necesitamos ser escuchados”.
Jóvenes y policías dialogando para evitar enfrentamientos violentos.

El hombre aseguró que la tensión en ese momento “era muy alta” entre los jóvenes y los policías que estaban en el sitio que con el diálogo lograron romper esa barrera de diferencias y odios que había en medio del plantón.

“Hubo un mayor de la Policía que antes de reaccionar con violencia se acercó a nosotros y comenzó a proponernos la vía del diálogo y no el de la violencia. Fue un momento muy duro porque no había esa confianza o ese respeto para poder realizar esa actividad”, agregó.

Fueron varios los minutos de intercambio de palabras los que, aseguran los testigos, se vivieron en esa importante arteria vial de la ciudad.

“En medio de todo lo que estaba pasando, los policías y la comunidad aceptaron ese ‘toque toque’ de balón que terminó calmando los ánimos de todos y mostrando que por medio de la recreación podemos dar a conocer nuestras diferencias frente a esta sociedad y a las autoridades, ya sean civiles o armadas”, precisó el líder.

“Los que atendemos casos somos humanos”

El mayor Gustavo Pérez, jefe de Prevención de la Policía Metropolitana de Barranquilla, fue uno de los oficiales que ayudó a mediar la situación que era bastante compleja en la zona, pues los estaban agrediendo con piedras, palos y hasta bombas incendiarias.

“Nosotros llegamos y la vía estaba bloqueada. Varios jóvenes comenzaron a lanzar piedras y todo lo que tuvieran a su alcance. Ese día yo estaba liderando la reacción policíal y fui a dialogar con ellos con el fin de evitar la violencia. Llegamos a los que parecían ser líderes en medio del grupo y se logró convencerlos para bajar el nivel de violencia a la situación”, dijo.

A los uniformados no les importó ‘la temperatura’ que había en la zona y lograron jugar durante 15 minutos que para muchos representó algo mayor: no responder con violencia y ser ejemplo ante una ciudad que ha sido blanco de los vándalos.

“Como servidores públicos siempre estamos abiertos a dialogar, a ser pedagogos para enseñar el porqué de las normas y las leyes que rigen en nuestro país. Entonces, si la comunidad entiende eso podemos construir una mejor sociedad y tener respeto frente a las autoridades”, dijo el uniformado.

El oficial también sostuvo que las vías de hecho solo conllevan a las personas a realizar actuaciones que con el pasar del tiempo pueden llegar a arrepentirse.

El  mayor Oscar Manrrique Quiroga, subcomandante de la Policía de Tránsito de Barranquilla, también participó en esta iniciativa que logró, en ese momento, despejar una importante vía de la ciudad.

“Lo único que hicimos fue escucharlos porque eso era lo que ellos necesitaban, pues querían visibilizar su descontento frente a los diferentes temas que se debaten en Colombia, pero les hicimos entender que la violencia no era el recurso”, dijo.

Unas palabras 

El subcomandante detalló cuáles fueron esas palabras que quizás hicieron entrar en razón a estos jóvenes que estaban agobiados por diversos factores.

“En medio de los diálogos, les explicamos las consecuencias penales que tenía realizar estos actos de violencia y les propusimos marcar la diferencia haciendo algo distinto. Vimos un balón de fútbol, les propusimos jugar sobre la vía y de una aceptaron”, contó orgulloso el oficial Manrrique. 

Fueron los 15 minutos de ese ‘toque toque’, donde los policiales y jóvenes sudaron por los ágiles movimientos que realizaban y por el calor característico de Barranquilla, pero sobretodo limaron esas diferencias y fueron ejemplo frente a la sociedad de que la violencia no es la vía.

Los moradores del sector dijeron sentirse contentos por la “inteligencia de la Policía en atender el caso”.

“Un aplauso para los policías y también para los jóvenes que accedieron a realizar esta actividad sin ningún tipo de violencia. Hubo una muy buena inteligencia de la Policía para atender el caso”, dijo Etelvina, una mujer residente del barrio Siape.

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