Son múltiples los factores por los cuales en los últimos años se ha incrementado el costo de las tarifas de energía en Colombia. Pero si hay una región que más se ha visto afectada, sin duda ha sido el Caribe colombiano, que a diferencia de los usuarios del interior del país pagan hasta un 30 % más en sus facturas de energía, aseguran los expertos.
El anuncio del presidente Petro, en el mes de mayo en la ciudad de Barranquilla, encendió una luz de esperanza. El jefe de Estado dijo en su momento que la nación asumiría el costo de la Opción Tarifaria, uno de los componentes que más impactan en las tarifas de energía de los costeños.
Sin embargo, a la fecha, esto no se ha visto reflejado en las facturas y, por el contrario, el descontento por la situación energética en la región, en especial, en los departamentos del Atlántico, La Guajira y Magdalena, ha venido incrementando.
¿La razón? La empresa comercializadora de energía Air-e había decidido el pasado 20 de julio aplicar la medida denominada Período de Continuidad, que consistía en suspender el servicio de energía durante seis horas al día, ante la dificultad del recaudo de su cartera morosa en los barrios subnormales y de difícil gestión.
En el Atlántico, en rechazo por estos cortes de energía, en algunos municipios los habitantes salieron a protestar, bloqueando vías y quemando llantas. Esta situación fue de gran preocupación para los alcaldes, porque esta medida los tenía a las puertas de un estallido social, dijo en su momento el alcalde Luruaco, Ameth Juan Hanna.
Esta medida quedó suspendida luego de varias reuniones que lideró el gobernador Eduardo Verano, quien con una comitiva conformada por 20 alcaldes viajaron hasta la ciudad de Bogotá y lograron con el ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, y la empresa Air-e una serie de acuerdos temporales para subsanar esta crisis.
En la mesa de trabajo participaron congresistas de la Bancada del Atlántico, quienes reiteraron su compromiso en apoyar las iniciativas legislativas tendientes a los ajustes tarifarios necesarios para resolver la situación de la región Caribe.
Para el senador Carlos Meisel, quien participó activamente de estas reuniones, es necesario integrar a todos los actores de la cadena energética del país para que exista una solución “que de verdad impacte de manera notoria en el bolsillo de los caribeños”.
¿Por qué son altas las tarifas?
Dos de los componentes que hacen parte de los costos de las tarifas energéticas son la Opción Tarifaria y las pérdidas técnicas y no técnicas. En la región Caribe, estos son los costos que más impactan en las facturas.
Las pérdidas técnicas son la que se cobran por la energía que se pierde debido al mal estado de las redes y transformadores, y las segundas, es decir las no técnicas, son aquellas que se refieren a los robos o fraudes de energía y que terminan pagando los demás usuarios en sus facturas.
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A esto se le suma otros factores que disparan el consumo de energía por la condición climática de este territorio, que obliga a los habitantes a tener más de un abanico o un aire acondicionado, esto sin mencionar que una nevera tiene mayor consumo energético para conservar el frío por las altas temperatura de la región.
Las pérdidas son, sin duda, de los componentes más altos. Mientras a nivel nacional está en un promedio del 14 %, en el Caribe colombiano está en el 30 %. Un claro ejemplo es que en el interior del país este componente se factura al usuario en promedio en $70 pesos por kilovatio y en el Caribe colombiano, está en más de $200.
Otro factor que incrementa considerablemente el costo de la factura de energía en la Costa es la opción tarifaria. Este componente se refiere al porcentaje de aumento de tarifas que no se aplicó durante la pandemia.
Para Norman Alarcón, coordinador de la Liga Nacional de Usuarios en la Costa Caribe, uno de los factores que más incide en las altas tarifas es “el régimen tarifario contra los costeños, este cobro de las pérdidas y los fraudes que no ocurren en el resto del país”.
Adicional a esto, dice el líder, está la opción tarifaria “que el Gobierno se comprometió en pagarla y todavía no se ha visto reflejado. Y ya van 256 pesos por kW lo que nos está cobrando Air-e”.
Y agregó que otro factor que incrementa la tarifa es la sobretasa a la comercialización. Aseguró que está se está cobrando desde el año 2000. Solo en la Costa esta sobretasa es del 20 %. “Esto no se cobra en el interior”.
Cuestionó que esto no se tuvo en cuenta en los acuerdos asumidos en la reciente reunión de los alcaldes en Bogotá con el Ministerio de Minas, así como tampoco se tuvo en cuenta, aseguró, la rentabilidad de toda la cadena energética. “Entre ellas la distribución y la comercialización”.
También se refirió al costo por generación de energía. “Hay que tener en cuenta que la mayoría de la venta que hacen los generadores a los distribuidores y comercializadores son a largo plazo. Entre el 80 y el 85 % de la energía que compran Air-e son contratos a largo plazo y con tarifas estables y solo entre el 15 y 20 % la compra en bolsa. Y en bolsa sí hay una situación más complicada. Eso hay que modificarlo”.
Ajustes por parte de la Creg
Desde el sector privado y los gremios se ha señalado que tomar decisiones en materia de estructura de mercado basándose en la coyuntura no es una buena aproximación para resolver los problemas. El tiempo parece darles la razón, ya que justo esta semana, luego de análisis técnicos y la participación de diversos actores, la Comisión Reguladora de Energía y Gas (Creg) ha propuesto ajustes.
En el tema de tarifas son varias las propuestas que se han venido planteando, en una de ellas ya el Gobierno ha tomado cartas en el asunto, como es asumir a través de subsidios –con recursos del presupuesto nacional– la opción tarifaria de los estratos 1, 2 y 3 en todo el país.
En la región Caribe, el alivio por este componente de acuerdo con el Gobierno, se debió ver reflejado desde el mes de junio; sin embargo, esto no ha ocurrido, según lo manifestó el senador de Cambio Radical, David Luna.
“Ya han pasado meses. No se ve reflejada la tarifa, no se ve reflejado en el recibo. Seguimos pagando los recibos más costosos de todo el país. Vuelvo y lo repito, con el Caribe hay una inequidad, una desigualdad enorme que necesariamente tiene que ser subsanada.
Además, ha lanzado una propuesta para fijar unos techos máximos al mercado de la bolsa de energía, la cual es acompañada por empresas como Isagen, ya que la encuentran con un soporte técnico razonable que puede ayudar a evitar la volatilidad de los precios en ese mercado y beneficiar las compras que realizan las comercializadoras que se encuentran expuestas y trasladan estos impactos a las tarifas de los usuarios finales.
Por su parte, Natalia Gutiérrez, presidenta de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (Acolgen), destacó que son conscientes de las dificultades asociadas al costo del servicio de energía en la Costa Caribe. Por ello, desde hace más de un año, han presentado al Gobierno varias propuestas para aliviar las tarifas en esta región.
Entre las medidas están revisar el consumo básico de subsistencia, especialmente en zonas donde el calor excesivo aumenta el consumo, y promover las comunidades energéticas como una forma de independencia para los usuarios vulnerables, entre otras iniciativas.
Distintos actores
Desde diferentes sectores como el público, privado y legisladores le vienen pidiendo al Gobierno tomar medidas de fondo en políticas públicas que realmente impacten de manera positiva a los usuarios en sus facturas de energía.
Algunos sectores, aducen que la principal subida de las tarifas en los últimos años es la especulación de las empresas generadoras. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el mercado es altamente regulado y cuenta con controles y mecanismos para evitar que esto suceda o que se obtengan “ganancias extraordinarias” atípicas en la bolsa de energía.
El actual presidente del Senado, Efraín Cépeda, señaló días atrás, que no es necesario reformar la Ley de Servicios Públicos para bajar las tarifas de energía, “basta aplicar las normas existentes y que el Gobierno haga un esfuerzo fiscal para responder a las necesidades de la región Caribe”.
Ahora bien, para Acolgen el debate de las tarifas es loable y es necesario trabajar en pro de disminuirlas, pero sin descuidar otro objetivo igual de importante: “contar con energía en todos los momentos, que es lo que llamamos confiabilidad y es un activo que no podemos perder”.
Desde el sector energético, asegura, es importante atender la coyuntura, pero sin dejar de reconocer que los precios de la energía en Colombia son competitivos, que se ha construido un sector eficiente en precios sin renunciar a la confiabilidad frente a otros referentes en América Latina y, lo más importante, sin apagones desde los años 90.
Reiteran la invitación a “construir soluciones que beneficien a los usuarios con tarifas competitivas, asegurando una Creg eficiente y técnica que genere las condiciones para la transición y expansión eléctrica que necesita el país”.




















