Compartir:

Los estudiantes del último semestre de la Maestría en Periodismo de la Universidad del Norte y EL HERALDO, presentan la primera entrega de los trabajos realizados en el Laboratorio de Experimentación Periodística (LEP), que hace parte del proyecto final de entrega de un portafolio de producción individual y colectiva.

Las Malvinas coronó a su virreina popular

Lo curioso de las reinas es que casi siempre están sonriendo. No importa si por dentro tienen ira o inmensas ganas de llorar, si hay una cámara en frente sonríen, principalmente si sobre su cabeza hay una corona.

Precisamente por eso fue que Jocelin Karovis Moreno Galvis se dio cuenta que de verdad era una reina, pues el sábado 15 de febrero, estando sobre una tarima, con unos tacones matadores, el vestido algo ajustado y lágrimas bajándole por las mejillas, ella sonrió. Tenía una corona sobre su cabeza.

Esa noche, en la Plaza de la Paz, la joven de 19 años se convirtió en virreina popular del Carnaval de Barranquilla 2020, luego de casi cuatro meses representando a Las Malvinas. Cientos de mapalés y cumbias bien ejecutadas le otorgaron un título que por primera vez llegaba a su cuadra. Sin embargo, una verdad era inocultable, Melanee Cantillo, del barrio Evaristo Sourdís, era la ganadora.

'Sí, tuve varios baches durante el reinado, pero pa’ lante. Seguí demostrando lo mejor de mí y bueno, conseguí este lugar tan importante que yo no me esperaba. Pensé que las cosas iban a ser de otra manera, muchos están descontentos con el resultado, pero estoy orgullosa de ganar este título', dijo Jocelin con el mentón en alto –para que no se le cayera la corona– y tratando de pestañear lo necesario para que no se le salieran las lágrimas nuevamente.

Cuando bajó del escenario su mamá la abrazó. Sus lágrimas cayeron en la banda que la etiquetaba como la 'primera perdedora' o la sucesora de la reina si algo inesperado llegara a suceder. 'Mija, tenías que ser tú', le susurró al oído su progenitora.

'A fin de cuentas a la que me tiene que gustar el resultado es a mí y yo estoy feliz –aseguró Jocelin horas más tarde–. Sé que la que quedó de reina también hizo un buen trabajo. Nosotras antes de presentarnos esa noche nos agarramos de las manos y dijimos que en alguna de las dos quedaba la corona. La gente murmura que ella no lo merecía, pero yo no le pongo atención. No lo esperaba, pero no estoy desagradecida', se repetía a sí misma una y otra vez de camino a su casa esa misma noche.

Al llegar la esperaban familiares, amigos y vecinos que, entre vítores y aplausos, la coronaron de nuevo. La fiesta siguió hasta las 3:00 de la madrugada. Paradójicamente sintió un aire de frescura cuando se desenganchó la corona y la guardó en el espacio que le tenía preparado hacía varios días en su closet.

En ese momento, cuando no podía con el cansancio, Jocelin revivió en su mente cada paso de punta-talón que había dado durante su reinado. No desde octubre del año pasado cuando se inscribió, sino desde que nació, porque sus padres la habían preparado para sonreír siempre, 'como las reinas' de la televisión.

'Mi familia siempre ha estado en esto. Las comparsas, bailes y todas estas cosas de Carnaval han estado en mi vida desde pequeña, por eso me gané el título de reina de la Cumbia y Tambó. Yo siempre supe que iba a ser reina, pero estaba esperando. Cuando cumplí la mayoría de edad todo el mundo, incluso los vecinos, dijeron que ya era hora'.

Recordó también a cada una de las personas que la apoyaron durante el reinado. Los gritos que escuchaba de su comitiva cuando salía a la tarima de la Plaza de la Paz.

No se olvidó tampoco de las horas que había pasado delante de un espejo mientras se maquillaba y mucho menos todas las veces que le quedó doliendo el abdomen de tanto bailar. Pero tanto trabajo no le había dado la corona más grande, el título principal.

'Eran sentimientos encontrados. Estaba emocionada porque me había ido bien, pero a la vez no sabía qué pensar porque obviamente yo quería ganar, yo sé todo lo que tengo para dar', desveló.

Mientras se cambiaba, Jocelin escuchaba los gritos y las risas de celebración de los que se habían aglomerado en la terraza de su casa para felicitarla y, por supuesto, felicitar a sus padres, unos hacedores del Carnaval que esperaban que ella siguiera el legado que venía de sus abuelos.

Poco a poco los pensamientos se fueron reorganizando. Ya no se veía a sí misma como una simple perdedora, sino como esa mujer sencilla, 'con defectos', pero que lo había dado todo. A fin de cuentas, en sus manos tenía la posibilidad de empezar a cumplir el sueño de su vida: estudiar Comunicación Social. Ni siquiera pensaba en los dos millones de pesos que había ganado, pues lo que hasta entonces era un imposible, estaba por materializarse con la beca que le otorgó el reinado.

'Yo me siento bien, me siento ganadora', pensó Jocelin antes de cerrar los ojos esa madrugada de domingo. Además, al Carnaval de Barranquilla aún le faltan sus mejores cuatro días.

Por: Camila Luque y Alejandro Rosales

Éxitos y fracasos: la vida de una reina después del carnaval

¿Qué pasa con una reina después de que acaba el Carnaval? ¿Cambia su vida tras ser elegida? ¿Recibe algún premio que le da un vuelco a su futuro?

Lea la historia completa aquí.

La importancia del barrio detrás de su Reina

La esencia de los barrios es la gente. Por eso no se hace extraño que en el Reinado Popular, la comitiva de cada una de las candidatas, esté compuesto por sus vecinos y amigos de la cuadra.

Lea la historia completa aquí.

{"titulo":"El precio de la corona","enlace":"https://www.elheraldo.co/columnas-de-opinion/el-precio-de-la-corona-725192"}

Ilusión infantil y real

Mira la historia completa aquí: Ilusión infantil y real

Memorias reales

Acompáñanos a explorar el universo carnavalero desde las memorias de las Reinas del Carnaval aquí