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Fortalecer la ruta de la atención a las mujeres víctimas de la violencia desde las diferentes entidades garantes de derecho, es una de las conclusiones a la que llegaron los participantes de la Tertulia de EL HERALDO sobre el Día Nacional de la dignidad de la mujer víctima de violencia sexual en el marco del conflicto armado.

Esta ruta está integrada por un equipo interdisciplinario de abogados, sicológos y trabajadoras sociales cuyo objetivo es encausar a estas mujeres que acuden en busca de ayuda, pero los procesos son 'bastante largos y a veces muy lentos'.

A juicio de Zandra Vásquez, secretaria de la Mujer del Departamento, las rutas de atención en vez de ser una solución se están convirtiendo en 'talanqueras' para los procesos con las víctimas.

'En la secretaría se les da la atención y se identifica por donde va su proceso y de allí empezamos a tener el contacto con la entidad que define la situación. Hemos logrado muchas cosas, pero el tema ya es estructural, es un tema del mismo sistema, que no sabemos donde se estancan las cosas, pero por las víctimas sabemos que es tema que hay que revisar'.

Los participantes en la Tertulia de EL HERALDO coincidieron en que las rutas de atención se han convertido en un 'cuello de botella' para que las mujeres resuelvan sus problemas, al tiempo que propusieron crear una comisión de la verdad en el Atlántico.

Se estima, según cifras estatales, que 3,4 millones de víctimas de las más de 6,9 millones que ha dejado el conflicto armado colombiano en sus más de 50 años de historia, son mujeres. De estas, se han contabilizado 6.900 casos de violaciones entre 1985 y 2014, el 90% contra mujeres.

'Hay un 70% de violencia sexual en el país que no se conoce porque solo un 30% denuncia', según cifras de Medicina Legal.

Según Vásquez, la violencia sexual se ha convertido para las víctimas en 'un sello de discriminación y un motivo de vergüenza, lo cual ha generado que este tipo de violencia haya sido negada u ocultada'.

Según la funcionaria, conmemorar el Día Nacional por la dignidad de la mujer víctima de la violencia sexual en el marco del conflicto armado, es ratificar el compromiso del Estado colombiano en la reparación de las víctimas, y hacer una apuesta para que ellas pasen de víctimas a sobrevivientes.

Por su parte, Alfredo Palencia, representante de la Unidad de Víctimas, resaltó el trabajo que realizan las entidades territoriales con las mujeres. Recordó que el Registro Único de Víctimas indica que en el país hay 8 millones 421 mil víctimas reconocidas, de las cuales 4 millones 188.561 son mujeres y de ese universo hay registrados 19.411 víctimas por violencia sexual. De ellos, 867 son hombres y 18.544 mujeres.

Destacó que la Unidad para las víctimas tiene el deber de ofrecer una atención integral, no solo de manera individual sino a través de todas las instituciones del Estado.

Al hacer una radiografía de la atención que ofrecen, Martha Gutiérrez, comisaria de Familia, dijo que diariamente reciben hasta 5 denuncias de violencia intrafamiliar, pero después se desaparecen porque sienten temor de denunciar.

Por ello pidió replantear la forma de buscar a las víctimas que muchas veces están sometidas al amedrentamiento que el hombre ejerce sobre ellas.

El especialista en temas de posconflicto, Luis Fernando Trejos, al referirse al temor de las mujeres señaló que puede estar ocurriendo que las víctimas todavía convivan en el territorio donde hay actores armados.

En cuanto a los subregistros de víctimas dijo que esto se puede dar porque no tienen acceso a la justicia.

'Esto ocurre muchas veces en zonas rurales y no hay juzgados y si es difícil una ruta de estas en un Distrito, imagínese en un corregimiento o vereda', afirmó.

Indicó que de los 18.544 casos que plantea Palencia un porcentaje importante son menores de edad, y advierte que esta práctica criminal no es solo violación sino esclavitud sexual.

Zandra Vásquez (secretaria de la mujer)

La violencia sexual relacionada con el conflicto armado tiene que ser entendida en su contexto social y cultural. Además de los sistemas patriarcales basados en la dominación y la discriminación de género, hay otros factores de riesgo tales como la marginación social, política y económica. La violencia contra las mujeres colombianas ha sido exacerbada por el conflicto y se ha cometido en muchas formas. Incluye características tales como: la tortura y la mutilación, el asesinato de niños no nacidos, la violación en presencia de miembros de la familia, y la violación en grupo.

Alfredo Palencia (Unidad de Víctimas)

De las 18.544 víctimas por violencia sexual, la Unidad de Víctimas ha indemnizado cerca de 7.000 mujeres víctimas de violencia sexual y ha invertido la suma de $131.503 millones. En el caso del Atlántico están registradas 643 mujeres víctimas de violencia sexual. De ellas, hay 230 mujeres reparadas, es decir, un 33%, y han invertido unos $4.445 millones. Palencia dice que no todo puede reducirse al dinero y la mayor actividad es una estrategia de acompañamiento que comprende acercamiento y orientación, perspectiva de derechos y un momento de intercambio de saberes.

Helda Marino (Oficina de la mujer)

La oficina pondrá a disposición una unidad móvil de atención a la mujer con atención sicosocial y jurídica. Para nosotros es importante hacer presencia in situ, donde las mujeres pueden visibilizar cómo se trabaja la ruta de atención, que es una de las principales quejas y dificultades. A través del eje de paz y participación, el Distrito estableció una red de mujeres por la paz, para hacer un estudio que determine cuáles son los tipos de violencia que se están generando y prestar la atención requerida e implementar acciones pedagógicas con mujeres, hombres y niños.

Marianela Figueroa (Gestión Social)

En Barranquilla, en el Registro Único de Víctimas hay 72.788 mujeres y 518 víctimas de delitos sexual. En opinión de Figueroa hay un subregistro de este tema, porque dentro de los años que han estado acompañando el proceso muchas mujeres no se quieren visibilizar como víctimas porque eso hace parte de su intimidad, afloran sus sentimientos de culpa, vergüenza y eso ha traído consecuencias graves en la desintegración familiar. Lo que hemos hecho en el punto de atención a víctimas es el acompañamiento sicosocial y la atención individual a nivel sicológico.

María Nohemi González (Unisimón)

Desde la academia estamos haciendo esfuerzos para que la ciudadanía comprenda cuál es la real dimensión. Es importante preguntarse ¿por qué el cuerpo de las mujeres que no éramos guerreras y combatientes se volvió un arma de guerra? Es importante comprenderlo en relación a que fue un acto premeditado, sistemático y generalizado, es decir, el cuerpo de las mujeres se tornó en una pedagogía de la crueldad, porque es a través de la profanación de los cuerpos donde se dedicó a enviar mensajes y las mujeres nos convertimos en las víctimas de sacrificio de un conflicto.

Nayibe Solano (Policía del Atlántico)

En la actualidad tenemos 18 patrulleras asignadas a igual número de municipios, que han sido instruidas en temas de género y familia. Así mismo, reciben capacitación permanente sobre la prevención y sanción de formas de violencia y discriminación contra las mujeres (Ley 1257 de 2008). Las mujeres necesitan el acompañamiento de un grupo interdisciplinario para que pierdan el temor y se den cuenta que valen bastante y que no pueden permitir que un hombre las este maltratando a ellas y a sus hijos, por ello llegan con una campaña denominada el 'violentómetro'.

Coronel José Palomino (Mebar)

Aunque parezca fuera de contexto es importante que los participantes en esta tertulia sepan que el Código Nacional de Policía en Barranquilla ha aplicado 10.600 amonestaciones o comparendos. Esto ha impactado el consumo de bebidas embriagantes y alucinógenos en vía pública, pero nos ha traído una reflexión que del 30 de enero a la fecha, nos encontramos con un fenómeno que no pensábamos que fuera a impactar allí y es precisamente en la violencia intrafamiliar. En los 114 días de implementación del código la disminución es del 37%, y esto equivale a 390 casos menos.

Sandra Hernández (Fiscalía)

En los últimos meses hemos tenido colaboración de la Gobernación y de la Alcaldía para acercarse a la sociedad y decirle qué son los delitos sexuales y qué es la violencia intrafamiliar. Antes eso era algo normal dentro de la pareja, hoy en día las mujeres tienen conocimiento que hay una violencia no solo física, sino sicológica. También hay una violencia sexual, patrimonial y económica. Trabajamos no solo en brindar justicia, sino también no revictimizar a las mujeres y sacarlas adelante. Si bien es cierto estamos para judicializar, sí queremos ir más allá apoyando a las mujeres.

Luis Trejos (Académico)

Hay que entender que el conflicto armado colombiano es una guerra de baja intensidad y es una guerra irregular y una característica de este tipo de conflictos es que la distinción entre combatientes y civiles se pierde, y para los actores armados es legitimo el ataque a la sociedad civil. Lo otro es que también es un conflicto degradado por su longevidad y esto es una practica que evidencia la degradación del conflicto porque los registros de la agresión sexual de mujeres en el marco del conflicto se da a finales de los 80, 90 hasta la actualidad.

Ligia Cantillo (Uniatlántico)

La realidad es perversa por todo el sufrimiento que genera el conflicto armado a la persona que lo sufre y de paso lo sufre la sociedad y por otro lado, la perversidad está desde el punto de vista institucional porque no tienen las capacidades logísticas, de personal, ni económico para atender el gran flagelo que produce el conflicto armado. La sociedad y el Estado no estamos previendo lo que nos va a suceder. El tema de la mujer en el conflicto armado hace parte de una cultura patriarcal que genera la utilización de la mujer, y particularmente de su cuerpo, como objetivo militar.

Martha Gutiérrez (Comisaria de familia)

Cuando en las comisarías de Familia nos toca atender esta crudeza de la violencia, llámese sexual, física, sicológica o verbal, lo primero que hacemos es darle a la persona una protección policiva, atendemos el caso, dictamos medida de protección y hacemos el seguimiento en cuanto a atención sicosocial. Los comisarios nos hemos convertido en sicólogos y atendemos a las víctimas. Muchas veces no contamos con el equipo interdisciplinario, pero eso no nos amilana y, por el contrario, acudimos al Icbf, a las EPS.

Alina Mendoza (Movimiento social de mujeres)

Desde las organizaciones sociales trabajamos por las mujeres en los diferentes municipios de la región Caribe y hacemos atención sicosocial a las mujeres víctimas en general. Hay un documento construido con 300 mujeres en los que relatan lo que les ha sucedido. Ellas han visto que se ha hecho la denuncia, pero no pasa nada. El victimario está ahí, no hay forma cómo protegerlas porque no se les puede poner un policía para que la cuiden y lo que hacen es mantener el silencio.

Deyanira López (Víctima)

Si bien se ha avanzado en la atención de las mujeres, desde el 2004 cuando llegué desplazada por la violencia a la fecha, debo decir que al declarar me sentí más desnuda que lo que me habían hecho, porque en el sitio donde me atendieron había más de cinco personas. Regresé como cuatro días en el mismo proceso y veía el mismo personal hasta que un día le dije a la funcionaria que no regresaría. Allí todos escucharon lo que me estaba pasando y debe haber privacidad en una declaración de estas. Les pido que no nos revictimicen

María* (Víctima)

Desde que llegué desplazada de la violencia he recibido apoyo sicológico y eso me ha ayudado mucho. La familia se desintegra, le acaban la vida a uno de un momento a otro, pero hoy para la gloria de Dios siento que soy una nueva persona porque he recibido mucha ayuda sicológica. El gobierno me indemnizó y con ese dinero monté una pequeña microempresa. Quiero que el país viva en paz y que las mujeres pierdan el miedo, denuncien y busquen ayuda de personas especializadas.

Subintendente Yeison Silva

Estamos llegando a los municipios con lo que se ha denominado el ‘violentómetro’, como una herramienta pedagógica con la que se busca crear conciencia sobre los comportamientos violentos, que no han sido detectados, en contra de las mujeres, y así evitar futuros feminicidios. En la actualidad, venimos implementando esta estrategia en las distintas intervenciones que se realizan en el área de prevención y educación ciudadana. Es un termómetro en el que se indican situaciones que pueden pasar desapercibidas en una relación.