El partido entre las selecciones de Colombia y Senegal, por la tercera fecha del grupo H en el Mundial de Rusia 2018, fue muy tensionante para los hinchas y apasionados por el fútbol que siguieron minuto a minuto el encuentro futbolístico. Ese estrés fue el que ocasionó la muerte al docente Antonio María Castillo Pacheco, de 78 años, quien sufrió un infarto mientras veía el cotejo.
Según contó un familiar, Castillo Pacheco se levantó muy temprano, se bañó y se puso la pinta perfecta: camisa de la selección y sombrero tricolor.
Pasadas las 8:30 de la mañana se fue hacia al kiosco de su vivienda en la calle 18 # 16-100, del barrio Centro de Sabanalarga, para ver el juego junto a unos familiares y conocidos del sector.
Cuando el cronómetro marcaba el minuto 17, el árbitro sanciona un penalti para Senegal y Antonio María se emociona, se levanta y grita: 'Eso no fue penal, nos van a robar'. Inmediatamente, molesto camina hacia el baño para hacer una necesidad fisiológica y no ver la pena máxima.
El penalti al final no se dio ya que el VAR (video assistant referee, árbitro asistente de vídeo) anuló la decisión del central serbio Milorad Mazic.
Posteriormente una de las personas presentes en la vivienda ingresó a los cinco minutos al baño y lo encontró en el suelo.
El docente fue llevado a la clínica San Rafael de Sabanalarga, los galenos intentan reanimarlo, pero nuevamente sufrió un paro cardiorrespiratorio y falleció.
Los familiares manifestaron que padecía de hipertensión y hace dos años sufrió arritmia cardiaca y estuvo en Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) por unos días.
Vida a la educación
A personas como Fernando Colón Carrillo, quien dijo ser amigo de toda la vida de Antonio Castillo, lo tomó por sorpresa su muerte.
Indicó que no se vio el partido con él por lo temprano que fue el juego, pero que tenían pensado, como cada 20 días, ir a una finca hoy en inmediaciones de Sabanalarga. 'Lo habíamos planeado ayer (miércoles) y estaba contento por ir', agregó.
Colón señaló que Castillo estaba bien de salud, pero cree que en esta ocasión las grandes emociones le jugaron una mala pasada.
Antonio Castillo fue rector del Colegio Industrial de Baranoa y Sabanalarga, docente en Ciénaga y Bogotá. Además, por más de 20 años fue supervisor de educación departamental.