Compartir:

Tomás Rohenes es la tercera generación de dueños del tradicional negocio El Triunfo, ubicado en uno de los costados del recién remodelado Mercado de Granos, que hace unos meses volvió a abrir sus puertas tras el proceso de recuperación al que fue sometido por parte de la Alcaldía.

Lea más: Cuidado con las instalaciones navideñas: evite emergencias y ahorre energía

El negocio lo empezó su abuelo en 1913, justo a las semanas de haber abierto el mercado originalmente. Hoy en día, 112 años después, Tomás vende en su negocio toda clase de elementos para el campo, así como el alimento para la cría de animales y también algunos ejemplares para el consumo humano, mismo que sabe se disparará en los próximos días con la Navidad.

“Esto es una tradición de cada año. Sé que la gente viene aquí al mercado a buscar sus aves, sus gallos, sus gallinas, su pavo, para hacer sus sancochos y sus rellenos, todo con aves domésticas”, explicó.

Los últimos siete años fueron complicados para comerciantes como él, mientras se daban por finalizadas las obras de remodelación del mercado.

La despensa de la ciudad

JEISS0N GUTIERREZ EL HERALDOMercados de Barranquilla se alistan para la Navidad.

Por eso, este año se la jugó para que la gente encuentre todo lo que necesite y el mercado de Barranquilla vuelva a ser la despensa navideña que por tradición ha acompañado a las familias.

Es por eso que tiene apartado en un corral a un espécimen de pavo robusto, de moco largo y plumaje brillante, aguardando por el que quiera venir por él.

“Ese pavo viene de una finca de criadero, y está criado con maíz y millo. Vale $200 mil pesos, tiene trece libras. Come toda la familia”, aseguró Tomás.

Para él, que lleva tantos años vendiendo para las familias, acompañando a su abuelo y padre como primeros propietarios del negocio, la época de Navidad y fin de año guarda un significado especial y siente el remodelado espacio que tiene es su regalo de ‘Niño Dios’: “Ahora con este arreglo que se hizo por la Alcaldía es algo que, de verdad, necesitábamos, porque aquí pasamos mucho trabajo, por los deterioros, por estar en la calle, mucha gente ambulante y no se veía esto como ahora. Es un cambio, pero de un cien por ciento, y esperamos que sigan cambiando cada vez más, y que la gente venga, que de verdad que esto está muy bonito por acá”.

De otro lado, a unos pasos de ahí está el Mercado del Playón 2, otro de los espacios remodelados y que entró a operar con fuerza en los últimos meses, congregando a muchos vendedores, comerciantes y, por supuesto, clientes.

Ahí labora Zuleima Flórez, quien tiene su puesto donde vende las populares hojas de bijao, pieza fundamental para elaboración de los pasteles, plato insignia de la gastronomía barranquillera para fin de año.

JEISS0N GUTIERREZ EL HERALDOMercados de Barranquilla se alistan para la Navidad.

Con mucho juicio, Zuleima ordena los rollos que llevan 50 hojas, los cuales vende a $10 mil pesos. Eso sí, la pita para hacer los envueltos la vende por aparte, a partir de tres mil pesos.

Tiene el entusiasmo por las nubes. Para la fiesta de velitas vendió muchas hojas y ya tiene muchos pedidos para las fechas previas al 24 y 31 de diciembre: “Este año ha sido mejor mil veces. El año pasado no hubo tanta acogida como este, pero como el mercado ha cambiado mucho eso ha sido impulsado a que mejoren las ventas. Ya tenemos pedidos, porque la gente no viene a comprar el mismo 24; vienen desde el 15 en adelante y ahí es cuando se mueve más el mercado”.

Hasta para arreglarse la pinta

JEISS0N GUTIERREZ EL HERALDOMercados de Barranquilla se alistan para la Navidad.

Savoy Henríquez es un vendedor de zapatos y ropa de segunda mano, que desde hace 40 años frecuenta y trabaja en el sector de los mercados populares.

Sabe que la fiesta de la Navidad es la fecha ideal para rebuscarse, pues el mercado no solamente es despensa de comida, es un enorme escaparate comercial donde hasta la ropa se puede arreglar, si se sabe dónde buscar.

Savoy tiene su puesto en el Mercado de Granos y cuando atendió al equipo periodístico estaba con trapo en mano dándole una lustrada para dejar los zapatos en su mejor condición, para que los clientes terminen de arreglar su pinta ‘estrenando’ el calzado.

“Sí, aquí la gente viene y se acomoda. Vienen por la pinta, vienen por el par de zapatos, compran el pantalón, la camisita y ahí la gente sale de su Navidad y con su ropita que se acomoda el cliente acá. A veces la gente no tiene muchos recursos y vienen acá y resuelven, eso es lo importante, que no te quedes sin nada para el 24, por lo menos llévale un zapatico al niño”, apuntó.

Savoy tiene colgada en el perchero todo tipo de ropa de segunda: “Claro, hay zapatos de niños, tenis, clásicos, para grados, vestidos enteros también de buena calidad, smoking; acá hay variedades. Acá, por lo general, las personas que vienen y ya conocen lo que es el Mercado de Granos, dan por los zapatos entre $25 mil y $60 mil”.

Pedaleando los regalos

JEISS0N GUTIERREZ EL HERALDOMercados de Barranquilla se alistan para la Navidad.

Un poco más retirado de ahí está el Mercado de La Magola, uno de los que apunta ser intervenido en los próximos meses.

Ahí tiene su local Carlos Pérez, quien se la jugó por lo que nunca falla en los regalos que se depositan en el árbol de Navidad para la Nochebuena: las bicicletas, patines y patinetas.

Carlos expresa que han logrado transformar el entorno del mercado, gracias a las estrategias planteadas con la Alcaldía y la Policía Metropolitana, quien tiene a gran cantidad de efectivos desplegados haciendo patrullaje a pie por todo el sector.

“Estamos intentando hacer todo lo posible para que la gente nuevamente llegue al mercado con confianza, ya no está el tema del ‘raponeo’, y otra cosa es que tenemos algunos de los mejores precios en Barranquilla. Hay bicicletas baratas, hay de 200 mil pesos a $300 mil, dependiendo del tamaño y la calidad de la bicicleta. Tenemos patines, patinetas, baratos a 85 mil pesos. Hay muchas cosas, hay mucha variedad, gracias a Dios”.

Lea más: Gobernación del Atlántico gestionó ayudas ante la FND para el sur del departamento

Así las cosas, en medio del avance del tiempo y los cambios que exige la modernidad, los comerciantes del sector del mercado luchan por recuperar el brillo de sus locales y volver a ser un epicentro donde las familias encontraban no solo precios bajos, sino la conexión a la tradición culinaria de las cocinas de las matronas caribeñas, a la ambición de lucir la pinta debajo de las luces navideñas y al regocijo de regalar algo inolvidable.