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La socavación de un tramo del tajamar occidental de Bocas de Cenizas ha prendido las alarmas desde este fin de semana en Barranquilla, debido a la importancia de esta estructura para el desarrollo de la ciudad.

Expertos advierten que, como un “efecto dominó”, el posible rompimiento del tajamar traería consecuencias desde distintos frentes, especialmente el ecológico y económico.

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Nelson Rangel, geólogo de la Universidad del Atlántico, señaló que el colapso generaría “inestabilidad y degradación” ecológica en la desembocadura del río Magdalena, y estarían en riesgo la navegabilidad, los humedales costeros (especialmente la ciénaga Mallorquín), los manglares, los recursos pesqueros y las playas.

“La estructura controla el flujo del río hacia el Caribe; sin ella, el caudal se dispersaría y la velocidad disminuiría, lo que aumentaría la sedimentación y pondría en riesgo la navegabilidad del canal de acceso al puerto de Barranquilla. Además, la ciénaga de Mallorquín y los manglares sufrirían cambios bruscos en salinidad y oxigenación, con posibles pérdidas de hábitat y biodiversidad”, explicó Rangel.

Asimismo, aseveró que las comunidades locales y del puerto de Barranquilla entrarían en vulnerabilidad por posible erosión e inundaciones.

Cabe señalar que esta estructura es vulnerable por su antigüedad (lleva más de 90 años construida); por la fuerza constante de las corrientes del río Magdalena y el mar Caribe; el aumento de eventos extremos de oleaje, erosión y del nivel del mar por el cambio climático, y la falta de un programa sostenido de mantenimiento, lo que también incrementa el riesgo del tajamar.

Más allá de lo ambiental

Es de resaltar que otros expertos locales apuntaron que las consecuencias no serían principalmente ambientales, sino económicas y estructurales.

Daniel Rivillas, Ingeniero Civil experto en costas de la Universidad del Norte, afirmó que las condiciones a nivel ambiental no son “tan complicadas”, ya que el verdadero problema está en la estructura del tajamar.

Explicó que la obra atraviesa una falla de estado límite último de servicio, que es la etapa en donde el enrocado pierde su funcionalidad de protección debido a un proceso de socavación fuerte.

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“Esto abriría un ingreso de aguas saladas al río, pero el río ya recibe agua salada por el tema de la cuña salina que ingresa por Boca de Cenizas. Entonces, ambientalmente no hay ningún problema”, dijo el especialista.

A su turno, Hernando Sánchez, biólogo de la Universidad Simón Bolívar, señaló que los impactos serán más económicos que ambientales y que, por el contrario, se recuperarían formaciones naturales que se habían alterado con la construcción de este complejo.

“Si el tajamar colapsa, realmente se va a volver a sedimentar y a formar bancos de arena que, con el tiempo, se cubrirán de bosques de manglar. En ese sentido, el impacto sería más económico que ambiental, pues afectaría la operación portuaria”, expuso el catedrático.

Una intervención inmediata

Los expertos aseguraron que el mantenimiento a esta estructura es urgente y debe ser inmediato. Humberto Ávila, especialista en Hidráulica de Ríos y Costas de la Uninorte, mencionó que las labores de diagnóstico deben culminar pronto para garantizar la financiación oportuna.

Además, especificó que las intervenciones deberían iniciar, preferiblemente, en el último trimestre del año 2025 y no pasar del primer semestre del 2026.

“El tajamar lleva más de 90 años de construido y se tiene proyectado que siga operando indefinidamente. Por lo tanto, como toda obra de ingeniería expuesta a la intemperie y más aún, a condiciones naturales exigentes, debe tener un programa de inspección permanente para identificar oportunamente puntos o tramos deteriorados”, finalizó Ávila.

“Barranquilla está dispuesta a aportar”: Char

Frente al escenario extremo del rompimiento del tajamar, el Distrito anunció que tiene “la plena disposición” para unir esfuerzos y recursos para adelantar los estudios, diseños y obras que permitan recuperar la infraestructura del tajamar occidental y su área de influencia.

Cortesía Alcaldía de BarranquillaLa propuesta busca unir esfuerzos y recursos para adelantar los estudios, diseños y obras que permitan recuperar el tajamar.

El alcalde Alejandro Char realizó una visita de inspección por el lugar junto con directivos de la Corporación Autónoma Regional del Río Grande de la Magdalena (Cormagdalena) e ingenieros del Distrito, y anunció que el tramo colapsado es superficial y no estructural.

“Vinimos a revisar la estructura que socavó en el Tajamar Occidental, afortunadamente, la afectación es superficial y no estructural”, expresó el mandatario a través de X.

Asimismo, dijo que la entidad encargada (es decir, Cormagdalena) se comprometió a intervenir el tajamar de forma inmediata, e indicó que se avanza en los estudios definitivos por parte de la Universidad de Cartagena.

“En este momento hay un estudio muy potente de la Universidad de Cartagena. Estamos hablando de miles y miles de millones de pesos. Y Barranquilla le ha dicho a Cormagdalena que está dispuesta a aportar para hacerlo”, sentenció.