El consumo de licor adulterado se ha convertido en una de las principales alertas de salud pública. La ingesta de este tipo de bebidas representa un grave riesgo debido a la presencia de sustancias altamente tóxicas, entre ellas el metanol, solventes industriales y alcoholes no aptos para el consumo humano.
Tras la situación presentada este martes en el barrio El Boliche de Barranquilla en el que las autoridades reportaron el caso de expendio y consumo de licor fabricado en un lugar sin las mínimas condiciones de salubridad, el cual ha causado la muerte de 7 personas, EL HERALDO consultó a una experta en el tema para determinar las consecuencias de esta práctica.
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La toxicóloga Julia González advirtió que el consumo de licor adulterado representa un grave problema de salud pública, especialmente en América Latina, donde se han registrado múltiples brotes de intoxicación masiva en los últimos años. El riesgo radica en que estas bebidas suelen contener metanol u otras sustancias no aptas para el consumo humano, como solventes industriales, alcoholes de fusel, etilenglicol, colorantes o contaminantes metálicos.
De acuerdo con la especialista, los efectos sobre la salud se presentan en distintas etapas. En un inicio, las personas pueden experimentar mareo, vómito, dolor de cabeza y una sensación de embriaguez atípica. Posteriormente, aparecen síntomas más graves como dolor abdominal, visión borrosa y acidosis metabólica. En fases avanzadas, el cuadro clínico puede derivar en ceguera irreversible, convulsiones, coma e incluso la muerte.
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El metanol, principal componente tóxico en estos casos, se transforma en ácido fórmico dentro del organismo, lo que causa lesiones severas en el nervio óptico y en el sistema nervioso central. Por ello, González resaltó que el tratamiento debe ser inmediato e incluye la administración de etanol o fomepizol como antídotos, bicarbonato para controlar la acidosis, ácido fólico o folínico y, en casos críticos, hemodiálisis para depurar las toxinas.
Más allá del impacto médico, el consumo de licor adulterado genera un fuerte impacto social. Brotes de intoxicación masiva, secuelas permanentes y altas tasas de mortalidad han sido reportados en distintas comunidades. Frente a este panorama, la toxicóloga enfatizó que la prevención depende de reforzar los controles sanitarios y, sobre todo, de evitar la ingesta de bebidas de origen desconocido.
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