Cerros de Puerto están siendo deforestados, ¿quién controla?

La ola invernal en el Atlántico puso en evidencia una gran problemática en Puerto Colombia que cercena los ecosistemas y pone en riesgo a decenas de personas. Se trata de la deforestación que están sufriendo los cerros de este municipio para el asentamiento de invasiones.

Las intervenciones que se han hecho en estos terrenos y las fuertes lluvias caídas en las últimas semanas fueron la bomba de tiempo que dinamitó gran parte de esta zona, provocando remoción en masa, arrastre de sedimentos y desbordamientos de arroyos, que dejaron —según el último censo– a 650 familias afectadas en todo el municipio.

El equipo periodístico de EL HERALDO llegó al sector hasta ahora detectado y evidenció la colonia allí establecida, apostada en el cerro Cupino y que lleva por nombre Villa del Rosario 1 y 2.

Son áreas de difícil acceso por encontrarse en terrenos con cierta elevación. Las calles están erosionadas por las fuertes precipitaciones y las transformaciones de sus suelos, no hay red de alcantarillado y solo hasta cierta área llegan los servicios de agua, energía y gas.

Muchas de las familias que allí residen, unas 200 aproximadamente según el secretario de Planeación de Puerto Colombia, viven en condiciones precarias y sin los recursos necesarios –expresaron– para pagar un arriendo en cualquier otra zona.

Santander Muñoz Castro, habitante de Villa del Rosario 1, cuenta que llegó a este lugar debido al desplazamiento forzado que sufrió por cuenta de la ola de violencia y el asesinato de uno de sus hermanos en el municipio de Sabanalarga.

Precisó que le tocó por seguridad, hace 20 años, trasladarse y formar su hogar en Puerto. 'La criminalidad siempre le da a uno por donde más le duele y me tocó desplazarme. Ahora me encuentro cada día luchando con mi familia'.

Indicó que la tierra donde construyó su vivienda fue comprada por él y posee la documentación que lo hace propietario de la misma. Denunció que hay 'testaferros haciéndose pasar por dueños de los terrenos' emitiendo 'amenazas' seguidas a los ya radicados en esas zonas.

Otra historia es la de Alejandra Medina, migrante venezolana y madre de dos niñas, quien desde hace tres meses se encuentra viviendo en Villa del Rosario 2. Manifestó que también compró el terreno en $3 millones y por ello procedió a construir en las dimensiones correspondientes.

La mujer de 26 años sostuvo que la difícil situación económica que atravesaba la obligó a mudarse del barrio en que vivía pagando un arriendo de $500 mil para situarse en este lugar en el que está actualmente. Manifestó que espera no ser desalojada y que se busquen soluciones concertadas y una posible reubicación.

Wilman Vargas, alcalde de Puerto Colombia, precisó que en los últimos años en el municipio se ha presentado una 'gran expansión urbana incontrolada de bajos ingresos con un impacto en el medio ambiente'.

Indicó que las condiciones socioeconómicas de Puerto y su ubicación estratégica han propiciado que nativos y migrantes se ubiquen en zona de los cerros del municipio.

'Desafortunadamente han llegado a talar árboles y a atentar contra la naturaleza provocando la gran deforestación y con ello, ante la temporada invernal, el arrastre de sedimentos. La comunidad ha ocupado el espacio de los cauces y el espacio público atentando contra el funcionamiento urbanístico del municipio', dijo.

Sostuvo que son más de 10 hectáreas de los cerros las que han sido intervenidas y por ello, señaló, se ha diseñado –desde la Oficina de Infraestructura, de Ambiente y Planeación– un esquema que comprometerá a las cinco instituciones educativas públicas del municipio, así como también a los privados, para la protección y posterior reforestación de estas zonas.

'Este comité permitirá definir unas zonas ambientales de protección que serán entregadas de forma simbólica a estos grupos para su cuidado y que podamos con nuestros niños, jóvenes y la misma comunidad comenzar una tarea de concientización frente al cambio climático y sus afectaciones', contó.

Fue enfático en que 'todos somos culpables', haciendo referencia a un Estado 'por ser permisivo en determinado momento' y la comunidad 'por creer que si se coge un área de terreno tiene más'.

'Todos sufrimos las consecuencias de los daños al medio ambiente. La invasión y estos crecimientos urbanos incontrolados lo que traen consigo son rezagos y necesidades. Sabemos la necesidad de la gente, pero debemos pensar en llave y es el llamado al Gobierno nacional y departamental para que nos ayuden a sacar adelante un gran proyecto para la reubicación de la gente, sin maltratarla', señaló.

Por último, el alcalde de Puerto Colombia anunció que se trabaja en el diseño de una estrategia y el lanzamiento de un proyecto de vivienda 'bien organizada'.

Mauro Suárez, secretario de Planeación de Puerto Colombia, indicó que el proceso de deforestación arreció exactamente sobre los últimos 8 años en el municipio cuando comenzó el éxodo masivo de los migrantes venezolanos al país.

'Lastimosamente un problema que se le salió de control al Gobierno nacional lo estamos asumiendo hoy los gobiernos locales que nos quedamos sin herramientas cuando se va a producir un desalojo, no hay manera de controlar a 200 familias con niños, en donde el mismo Estado pone talanqueras para realizar estas acciones', expresó.

El funcionario informó que se han practicado cuatro diligencias para desalojo en ese sector, las cuales han sido frenadas —según dijo– por la Contraloría, ICBF y Migración Colombia debido a que se tiene que encontrar la posibilidad primero de una reubicación.

Suárez apuntó que la condición de Puerto Colombia es 'atípica' y 'no es fácil de solucionar'. 'Es una solución millonaria que depende de muchísimas inversiones, donde hoy el único que está haciendo un esfuerzo para solucionar sus problemas es el municipio. Es un problema tan grande que no lo solucionas de la noche a la mañana'.

De acuerdo con Néstor Escorcia, presidente de la Sociedad de Ingenieros del Atlántico, entre más pronunciadas las pendientes de las laderas o cerros más riesgo de deslizamiento en masa puede haber.

Indicó que inicialmente el tema es de prevención y de mantener bien reforestadas estas zonas para tratar que no se erosionen y que —según la herramienta de planificación de cada municipio– se eviten las construcciones de viviendas u otro tipo de edificaciones.

'En Puerto Colombia tenemos laderas con mucha inclinación, lo que hace fácil su erosión. Si se permite que se construya en esas zonas es posible que haya deslizamientos y se ponga en riesgo a la gente. Al deforestar y construir cambiamos también el drenaje natural de las aguas permitiendo grandes afectaciones', puntualizó.