Las personas mayores tienen un refrán que en esta ocasión es acertado: 'Téngale miedo a los vivos, no a los muertos', ¿y cómo no?
Cráneos tirados en los pasillos, cajones desmigajados, restos de ropa, esqueletos completos al aire libre, tumbas abiertas, olvido, irrespeto y demás. Todo, productos de manos humanas. El panorama actual de algunos cementerios locales coloca en duda el término descanso, pues a sus instalaciones suele llegar gente 'inescrupulosa' a cometer actos que atentan, según los dolientes, contra el reposo de los fallecidos que yacen allí.
En varios de estos camposantos la práctica de las profanaciones y exhumaciones ilegales sigue en pie. A su vez, muchos ingresan a robar.
Es bien sabido que las visitas para estos días siempre aumentan y que hay quienes con sus propias manos ponen 'bonitas' las afueras de las bóvedas donde tienen a sus familiares.
{"titulo":"Habilitan punto de inmunización en Parque Cementerio de Galapa","enlace":"https://www.elheraldo.co/atlantico/habilitan-punto-de-inmunizacion-en-parque-cementerio-de-galapa-861571"}
Ese es el caso de Yolanda, quien hace 35 años visita el Cementerio Nuevo de Soledad, lugar en el que reposan los restos de su mamá. Cuando va lo hace en compañía de su hijo Brayan, pues teme ser víctima de un atraco, debido a que más de una vez le ha tocado interrumpir su visita y salir corriendo por aquello de la inseguridad.
Sin embargo, hay algo que le preocupa más que eso.
'Hace un año vine y vi la bóveda de mi mamá partida, ahora llego aquí y veo los restos de un bebé encima de donde está mi madre y diagonal hay una osamenta metida en una bolsa. Aquí nadie arregla esto', sostuvo Yolanda.
Por su parte, Juan Vásquez, un sepulturero de ese cementerio de Soledad, aseguró que en sus 35 años de estar laborando ahí hay algo que le ha quedado bien claro: 'Yo tengo 67 años y en todo el tiempo que llevo aquí solo me he asustado cuando vienen los pandilleros, porque aquí asustan son los vivos', mencionó.
El hombre, quien comanda una de las tres cuadrillas de trabajadores del camposanto, concluyó asegurando que 'las personas ingresan en la noche a hacer cosas que no deben'.
A su vez, Don Felipe, otro sepulturero veterano de este panteón, señaló que allí 'día tras día la gente abre las tumbas para sacar los restos porque a ellos les compran los huesos para cosas malas y eso lo hacen por cualquier ‘liga’ '.
Malambo y Santa María
En el cementerio municipal Wilfrido Antonio Camargo Suárez, de Malambo, tomaron medidas para que los 'inoficiosos' dejaran de ingresar a robar, ingerir alcohol y consumir drogas dentro de las instalaciones.
Así lo contó el vigilante de turno de este lugar, quien pidió reservar su nombre. 'Aquí la administración decidió subir la paredilla porque era normal encontrar gente consumiendo marihuana y cosas así', dijo el hombre.
En este camposanto la situación no es tan crítica. 'Que yo sepa aquí no pasa eso de las profanaciones, ni que asustan ni nada', finalizó el celador.
En cuanto al vandalismo y los robos dentro de las instalaciones, el cementerio del barrio Santa María, localidad Metropolitana de Barranquilla, no se queda atrás.
Así lo detalló uno de los trabajadores del lugar. 'La gente se salta el alambrado y pican las tumbas para llevarse el hierro y venderlo. Aquí es normal encontrar pandilleros haciéndolo y es por eso que los restos de los difuntos quedan al aire libre'.
Y es que el irrespeto y la desfachatez deambulan por este panteón, pues uno de los moradores indicó que incluso ha llegado gente a hacer 'cosas extrañas'. 'Hace tiempo vimos a dos mujeres y un hombre todos raros, cuando les llamamos la atención corrieron y tiraron unas patas de chivo, un polvo como blanco y unas monedas, después nos tocó recoger eso y tirarlo lejos, con decirle que ni los perros se le acercaban', detalló, agregando además que las puertas las mantienen cerradas para evitar ese tipo de visitas.
‘Jardines del olvido’.
Francisco Echeverría lleva 30 años, de los 65 que tiene, arreglando tumbas en el cementerio Jardines del Recuerdo, de Puerto Colombia. Él es testigo de cómo ha cambiado el estado de este camposanto, así como de sus males.
'Aquí son los vivos quienes vienen a joder, porque se roban los arreglos florales en las noches', dijo.
Asimismo, Eduardo, de 60 años, a quien le dicen ‘Popeye’, otro de los 80 experimentados trabajadores de este lugar, aseguró que verdaderamente el cementerio 'está un poco abandonado'.
Sostuvo que en todo el tiempo que lleva laborando la tranquilidad del cementerio es interrumpida por 'la gente que se mete a robarse las flores, sobre todo los lunes porque no viene mucha gente aquí'.
En dicho panteón de Puerto Colombia, aunque no se han registrado profanaciones, muchas tumbas están enterradas en la maleza, las lápidas perdieron su color y el olvido ‘vaga’ entre las pequeñas calles también desgastadas.
'Los muertos no tienen dolientes'
'Lo que pasa aquí es que los propietarios de las bóvedas, que son privadas, vienen y las arriendan por un tiempo determinado y en muchos casos esos familiares a los que se las alquilan se desaparecen, entonces los dueños vacían los lugares porque la colocarán al servicio nuevamente, ese es el negocio que hay aquí', así explicó un funcionario de la Oficina Estadística de Soledad, adscrita a la Secretaría de Gobierno, quien pidió omitir su nombre, la problemática de las exhumaciones ilegales que se suelen presentar en el Cementerio Nuevo de ese municipio.
Continuó: 'Sí hay profanaciones y exhumaciones ilegales porque no hay dolientes y por eso pueden encontrar regados restos óseos en los callejones'.
El servidor aseguró que por año el número de casos podría ascender a 20, aproximadamente. 'Hasta ahora no hay denuncias por desaparición forzada de restos, pero nosotros haremos un proyecto para migrar la deposición final de estos', finalizó.
Por su parte, EL HERALDO conoció que la Policía de B/quilla no ha recibido querellas por este tipo de prácticas en lo que va del 2021.




















