Llega la prehistórica ‘Titanoboa’
El contenido de esta muestra es una adaptación de la exhibición: "Titanoboa: Monster Snake"
“Es Caribe, es nuestra, es de La Guajira y su nombre científico es la Titanoboa cerrejonensis”, dijo con orgullo Jaime Escobar, director del Instituto de Desarrollo Sostenible de la Universidad del Norte al ver llegar en un furgón las cajas de madera que contenían la réplica de “la serpiente boa más grande que haya existido jamás”, expresó.
La Titanoboa fue una serpiente gigantesca que vivió hace 58 millones de años en La Guajira. La superboa medía 13 metros comparables con el tamaño de un bus de Transmetro y pesaba una tonelada semejante al peso de 20 hombres de 1.80 de estatura o de avioneta en pequeña escala. En 2009 salió publicado el primer artículo científico sobre la Titanoboa descubierta por un grupo de investigadores del Instituto Smithsonian y de la Universidad de la Florida, entre ellos los colombianos Carlos Jaramillo, Fabián Herrera y Edwin Cadena.
Fue durante una de las explosiones en la mina de carbón del Cerrejón a cielo abierto que abrió una veta en el tiempo hace 58 millones de años tiempo en el que vivió este gigante prehistórico. “Estamos presenciando la llegada de un animal que se extinguió hace millones de años debido posiblemente al cambio climáticos y por ello hoy nos preguntamos si el ser humano está preparado para enfrentar un cambio climático similar al de esta especie”, reflexionó Juan Guillermo Martin, director de Mapuka. Pero el camino para la llegada de esta exhibición a la ciudad tuvo un camino culebrero.
Debido a varios errores en los formularios de importación de la réplica desde Estados Unidos y demás trámites aduaneros tuvieron a la Titanoboa esperando veinte días en el puerto de Barranquilla a la espera de ser exhibida. La Universidad del Norte comenzó las gestiones para traer la exposición desde octubre del año pasado. “Fue hacer un guion para la exposición, porque no es solo traer la Titanoboa sino saber qué nos puede enseñar este organismo”, expresó Juliana Campuzano coordinadora de educación del Museo Mapuka.
Más que una muestra la exposición es una experiencia sobre el cambio climático que se divide a través de diversos paneles en el que sus organizadores explican los aspectos informativos de la superboa elaborados por el equipo MediaLab en el que trabajaron profesores y estudiantes de la Universidad del Norte. “Nosotros queremos darle todo un enfoque sobre cambio climático sobre todo en este momento de sequía”, resaltó Juliana. Adentro de Mapuka reposará el modelo de la Titanoboa a escala natural. El director del Instituto de Desarrollo Sostenible de la Universidad del Norte comentó que este descubrimiento es “la evidencia más antigua que se tiene de selva húmeda tropical”.
El tamaño de este animal nos permite inferir cómo era el clima del pasado en el momento en que este organismo vivió. “Las boas son animales de sangre fría porque no pueden regular su temperatura interna”, indicó Escobar. Se especula que la Titanoboa era un organismo acuático por su mismo peso, por ello se cree que vivió en pantanos y grandes zonas húmedas. “Para que estos animales tuvieran estos tamaños se necesitan ambientes con temperaturas más altas, calientes y húmedas a pesar de que era una selva húmeda tropical”, explicó Andrés Cárdenas del Instituto Smithsonian de la corporación de Geología Ares.
Durante las investigaciones en el Cerrejón no solamente se encontraron fósiles de animales sino también restos de plantas antiguas del trópico como la guanábana, el frijol o el coco. “Los asistentes a la muestra no van a ver una fantasía sino todo un trabajo científico que lo soporta con el fin de que entendamos que el cambio climático son unos procesos que se han dado en el tiempo y que la naturaleza cuenta con los mecanismos de adaptación para soportarlos”, señaló Campuzano.
La serpiente de los misterios. Ver en vivo la réplica de este asombroso espécimen dejó a los científicos más preguntas que respuestas y muchos secretos por descubrir. “Lo que encontraron sugiere que esta especie tuvo un periodo existencia corto a pesar de que fue un animal común en ese periodo”, reveló Escobar. Además de la Titanoboa, en ese periodo de tiempo, hace 58 millones de años también hubo tortugas y cocodrilos de gran tamaño. “Todo en aquel entonces era mucho más grande, pero todavía no sabemos porque estos animales eran tan grandes, solo existe una hipótesis que arroja que en aquel momento debía hacer mucho calor”, expuso Cárdenas. La desaparición de la Titanoboa también es un misterio que todavía discuten los especialistas. “Hace 56 millones de años la tierra entra en una etapa de enfriamiento y pudo haber sido una de las causas para que esos organismos no hubieran podido mantener ese tamaño”, agregó Cárdenas.
Los restos originales de la Titanoboa todavía se encuentran en estudio en la Universidad de la Florida.
Juliana Campuzano coordinadora de Mapuka observa el interior de la caja que contiene una parte de la serpiente.
La Titanoboa inicia su recorrido en Barranquilla y luego parte al Instituto Humbold en Villa de Leyva y estará en varias ciudades del país. Al final de su viaje la serpiente reposará en el Museo Descubre Guajira, como una donación del Instituto Smithsonian en el mismo departamento donde fue encontrada.
La Universidad del Norte y Mapuka espera que esta exposición sea visitada por estudiantes de colegios de toda la región Caribe.
La exposición estará abierta al público desde el lunes 4 de agosto, entre 9 a.m. y 5 p.m. de lunes a viernes y, de 9 a.m. a 12 m., los sábados. Las boletas tendrán un costo de $9.000 para adultos y $7.000 para niños.
El contenido de esta muestra es una adaptación de la exhibición: "Titanoboa: Monster Snake", una colaboración entre el Servicio de Exhibiciones Itinerantes de la Institución Smithsonian, el STRI, el Florida Museum of Natural History de la Universidad de Florida en Gainesville y la Universidad de Nebraska-Lincoln.
