El vallenato y las mujeres. Las mujeres y el vallenato. Se trata de una simbiosis que ha permeado la historia del género femenino en la Costa Atlántica colombiana, así como de otro género: el del acordeón, recientemente nombrado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco. Y en tiempos de lucha por la equidad entre hombres y mujeres, la discusión sobre la relación las féminas y el vallenato se agudiza, porque toca temas álgidos, como el amor, pero también el maltrato.
Esa reflexión abrió una conversación vallenata, sostenida en uno de los largos sofás del mítico bar La Cueva, entre un par de expertos periodistas y enamorados de la música de Francisco el Hombre. Juan Gossaín y Daniel Samper Pizano se encontraron, a propósito del lanzamiento del álbum del productor José Gaviria -10 mujeres por Colombia-, para hablar de vallenato. Y cantarlo. Y escucharlo.
Gossaín comenzó planteándole a Samper la pregunta: ¿el vallenato nació para contar historias o para enamorar mujeres? El periodista de San Bernardo del Viento se contestó a sí mismo eligiendo la segunda opción. E incluso, se animó a cantar Las mujeres amarillas, el primer paseo que escuchó. Samper le contestó verseando El amor amor, y aseverando que 'el vallenato, cuando habla de amores, está contando una crónica'.
Y de repente, fueron levantándose, desde el público, caras no nombres representativos para la esfera vallenata. Los compositores Gustavo Gutiérrez y Camilo Namén se pusieron de pie, seguidos de Ivo Díaz, hijo del fallecido Leandro Díaz, a quien Gossaín llamó 'el mejor cantante vallenato de la actualidad'.
'La Costa en general y Colombia son regiones machistas. Su gran contribución ha sido admirar a las mujeres', continuó Samper Pizano, quien se atrevió a abordar el tema maltrato femenino y la falta de inclusión de este género en el vallenato, en el que 'la mujer no ha sido suficientemente protagonista'. Y en ese camino largo, valió la pena un recorrido musical, uno colmado de versos y mujeres, como lo ameritaba la ocasión.
Temas como Espinita, de Gustavo Gutiérrez; Mercedes, de Adolfo Pacheco, y Mírame fijamente, de Tobías Enrique Pumarejo, fueron recordados y coreados por los periodistas y por el público, que los seguía atentos.
'Leandro Díaz es el autor del verso más bello que se haya escrito en el vallenato', anticipó otras líneas Gossaín, y prosiguió: 'cuando Matilde camina hasta sonríe la sabana', para presentar la clásica Matildelina, del compositor ciego. La celosa, Honda herida, entre otras canciones, demarcaron los pasos de este trayecto, que tocó desde el enamoramiento hasta el despecho, pasando por el matrimonio y la 'liberación'.
'Realmente no hay nada que el vallenato no pueda lograr', sentenció Gossain.

El productor José Gaviria junto a las intérpretes Gaby Moreno, Sole Giménez, Adriana Lucía, Martina la Peligrosa y Gisele Lacouture.
Las mujeres tuvieron voz
Para la cantautora Adriana Lucía fue 'emocionante' hacer parte de una producción llena de mujeres. Un proyecto que, según ella, reúne la emotividad con la que se hace vallenato. 'No es casualidad que el vallenato sea reconocido como Patrimonio de la Humanidad en este momento'.
En este trabajo, que la artista cordobesa define como 'un bonito homenaje al género', Adriana cantó la canción Por eso estoy aquí, compuesta por Esteban Ovalle e interpretada anteriormente por el fallecido Rafael Orozco. 'Escogí esta canción porque es la del Binomio de Oro que más le gusta a mi papá, y la que más se escucha en mi casa. Es una canción preciosa', reiteró.
El testamento (Sole Giménez), Por eso estoy aquí (Adriana Lucía), Espinita (Gaby Moreno) ¿Qué será de mí? (Martina la Peligrosa) y Momentos de amor (Giselle Lacouture) fueron los temas vallenatos que entonaron las cinco intérpretes asistentes al evento, mostrándoles al público parte del lo que trae 10 Mujeres por Colombia, volúmen II, donde la mujer va agarrada de la mano del vallenato.





















