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Óscar Muñoz, de 27 años, es medallista olímpico. Cortesía
Sociedad

Olímpico: un hombre de pocas palabras y mucha acción

Óscar Muñoz regresó a ‘El Desafío’ con el deseo de volver a ganarlo. Tras su retiro del taekwondo ahora es entrenador y tiene un gimnasio.

Óscar Luis Muñoz Oviedo es un deportista costeño que le ha dado múltiples alegrías al país. La medalla de bronce que obtuvo como taekwondista en los Juegos Olímpicos de 2012 y su triunfo en El Desafío Súper Humanos 2018, son algunas de las hazañas con las que enseguida se relaciona a este habilidoso joven de 27 años, oriundo de El Difícil, Magdalena.

Aunque desde los cuatro años se crió en Valledupar, su padre Pompilio Muñoz asegura que jamás se olvida de sus orígenes campesinos y que tras mejorar su situación económica y ganar popularidad, su esencia se mantiene intacta.

“Sigue siendo de pocas palabras, es idéntico a su madre (Nancy Oviedo), él prefiere ser un hombre de acciones y lo ha demostrado. A nosotros nos ha ayudado mucho, pese a que tiene su hogar sigue pendiente de sus padres, y no deja de sorprendernos con sus logros. Él va a darla toda en El Desafío, me dijo que lo quería ganar otra vez y siempre cumple lo que promete”.

En pocas palabras su madre dice que lo apoya en cada capítulo de El Desafío The Box y que se le hincha el corazón de orgullo cuando lo escucha hablar como capitán del equipo Alpha. “Él es un líder, lo poco que dice está lleno de sabiduría y eso será clave para el equipo”.

Tras sus retiro del taekwondo fundo el club London.

Olímpico, como se le conoce en este reality, según Pompilio es buen hijo, hermano, padre, esposo y amigo. “Ha sabido mantener los pies en la tierra y su mirada enfocada en el triunfo. Para mí no tendría nada de raro que gane este concurso por segunda vez, allá hay competidores buenos, uno no puede asegurar que ganará, pero entre los buenos mi hijo es el número uno”.

Este orgulloso padre admite que en su mente jamás imaginó que Óscar alcanzaría metas gigantescas, y cuenta a manera de anécdota que cuando se marchó a Londres muchos no le tenían fe. “Varios periodistas a nivel nacional dijeron que la plata de los tiquetes de ese flaco se perdería, pero gracias a Dios Óscar les calló la boca y todavía es la hora y no para de enorgullecernos”.

Pompilio, que se retiró de su oficio de jardinero, actualmente ayuda a Olímpico en sus negocios y está convencido que aquel niño que se inició en el taekwondo por hobbie, continúa con la misma sed de triunfo. “Comenzó con toda ganando el duelo de capitanes, luego entraron en una racha negativa, pero de a poco han levantado su nivel. El miércoles pasado dije que si no ganaban me lo dejaba de ver, pero gracias a Dios se recuperaron, esa es una buena señal”.

Su familia es el gran motor de este atleta costeño.

“Para enamorarme habló bastante”

Su esposa Liz Cañas advierte que aunque Olímpico se retiró del dojang hace dos años, sigue siendo todo un atleta. “Trota, nada, maneja bicicleta, él no para de entrenar. Se levanta a las 4:30 de la madrugada y por las tardes va al gimnasio. Él dice que el deporte hace parte de su estilo de vida”.

El retiro del también campeón bolivariano y múltiple campeón nacional fue anunciado el 17 de noviembre de 2019. Según manifestó, lo hizo porque quería enfocarse en su gimnasio y escuela de taekwondo ‘London’, algo que requería de mayor tiempo y por eso tomó la sorpresiva decisión.

“Él tenía un gimnasio pequeño que construyó después de ganar la medalla olímpica, pero tras el premio de El Desafío Súper Humanos consolidó el proyecto y construyó una edificación de tres pisos en el barrio Don Carmelo. Allí también funciona la escuela de taekwondo. Él quiere ser entrenador de deportistas olímpicos, por eso estudia Licenciatura en Educación Física en la Universidad de Pamplona, está a punto de graduarse y también trabaja en las escuelas de formación de la Gobernación del Cesar”, dijo Liz.

Olímpico al lado de su hija Thalía y su esposa Liz.

Sobre su faceta de enamorador, ella cuenta que es distinta a todas, ya que se torna bromista y en excelente conversador. “Óscar cuando tiene confianza con las personas no es tan tímido. Nos conocimos cuando yo practicaba básquet, en ese tiempo tenía el cabello largo y me decía que era una india linda. Luego iba a ver mis partidos junto a una amiga en común la cual me advertía que él era de pocas palabras, pero a través de sus bromas comenzó a coquetearme. Luego se fue para los Juegos Olímpicos y pensé que hasta ahí llegaba todo, pero llegó decidido a proponerme un noviazgo serio. Óscar es una persona muy detallista y para enamorarme habló bastante”, contó la joven que acto seguido soltó una carcajada.

Hace un año y tres meses esta pareja trajo al mundo a Thalía, una hija que Óscar anhelaba hace tiempo y que lo tiene más motivado que nunca. “Él quería hijos hace rato, yo era la que le decía que aún no porque debía terminar mis estudios, luego me dijo que ya me había esperado el colegio, la universidad y que ya era hora (risas). Hace poco llegó Thalía y él está encantado con ella porque dice que ya patea y lo hace con buena técnica”.

Nancy Oviedo y Pompilio Muñoz, padres de Óscar.

Un amigo infalible

La taekwondista vallenata Erika Pedrozo, amiga de Olímpico, entre bromas comenta que la televisión es la que lo ha hecho hablar. “De niño era apasionado por entrenar, siempre estaba media hora antes en los entrenamientos, era el primero en llegar y no era necesario que hablara para que se notaran esas ganas que tenía de comerse el mundo. Es la hora y dice que el ama el combate, eso es lo que lo hizo diferente a toda nuestra generación, él puso el centavo de más”.

Pedrozo lamentó su pronto retiro de las competencias porque a su parecer aún tenía mucho por dar. “Sigue igual de competitivo, analítico y guerrero, eso lo estamos viendo en El Desafío, pero ahora sus sueños están enfocados en ser un gran entrenador y compartir sus conocimientos con las nuevas generaciones”.

En cuanto a su rol de amigo, lo define como un gran respaldo, como un “amigo infalible” que ha ayudado a muchos no solo en lo económico, “sino con esa voz de aliento”. Óscar, señala, no es el más expresivo, “pero lo poco que dice es certero”.

“Muchos de los amigos que crecieron con él en su barrio (Villa del Rosario- sector Cola de Caballo) hoy están presos y él es ese amigo que va a visitarlos a la cárcel, que va al hospital también y los ayuda, él habla con sus acciones”, agregó Pedrozo.

Erika Pedrozo es la mejor amiga de Olímpico.

“Consigue lo que se propone”

 Irma Gómez, quien descubrió sus habilidades para el taekwondo en el colegio Francisco Molina, también lo define como bromista, pero por encima de todo como una persona que siempre quiere mostrar lo mejor de sí. “Hoy sigue siendo ese muchacho alegre, mamador de gallo, pero centrado en sus metas, siempre lucha por conseguir lo que se propone, eso no ha cambiado”.

Irma Gómez fue su mentora en el taekwondo.

La ‘profe’ Irma coincide con Erika en que Muñoz se retiró muy temprano y que lo veía nuevamente en estos Juegos Olímpicos de Tokio. “Es una decisión que no se compartió, pero que respetamos”.

Asegura que como entrenador lo ve muy organizado y que les brinda a sus pupilos buenos consejos y les habla basado en sus experiencias internacionales.

“En El Desafío veo que anda analizando a sus adversarios y a sus compañeros para saber cuáles son sus habilidades o debilidades. Siento que le falta un poco más de temple para que despierte al equipo así como lo hace en el taekwondo, pero sé que lo logrará, porque es muy sagaz”.

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