Hay luto carnavalero debido al fallecimiento de Vicente Pérez Barranco, destacado gestor cultural y fundador de la tradicional Danza Micos y Micas Costeños, una de las expresiones folclóricas más queridas y representativas del Carnaval de Barranquilla.
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Nacido el 30 de diciembre de 1932, Vicente Pérez dedicó su vida a mantener viva la alegría, la tradición y el espíritu popular de la fiesta, siendo un ejemplo de compromiso, talento y amor por la cultura del Caribe. Su danza, nacida en el barrio El Ferry, popular sector del suroriente de la ciudad, ha sido una tradición desde 1967 y una de las agrupaciones que aportaron a la declaratoria del Carnaval como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La Danza Micos y Micas Costeños, que ha ganado 10 Congos de Oro en los últimos 10 años, sigue viva gracias al legado familiar de Vicente Pérez. Su hija Norelis Pérez continúa el legado del grupo, en el que han participado sus hermanas Ninette, Sheila, Xasxia, Xazsheiny, al igual que los nietos y bisnietos, y junto a ellos, cerca de 40 niños y niñas entre 2 y 17 años, vecinos del barrio El Ferry, quienes le dan vida a esta danza de relación que suma ya casi seis décadas en la fiesta patrimonial.

“Con la partida de Vicente Pérez Barranco, se despide un gran cultor del Carnaval, un hombre que entregó su vida al folclor y al amor por su danza. Su ejemplo seguirá vivo en las nuevas generaciones que mantienen encendida la llama de nuestra tradición”, expresó Juan José Jaramillo, director de Carnaval de Barranquilla.
Un enamorado del Carnaval
Vicente se enamoró del Carnaval y empezó a disfrazarse desde los nueve años.
Su primer atuendo fue el de toro, luego de tigre, pasó a vestirse de negro campesino –por una comparsa en la que participaba–, hasta finalmente, en 1965, que lució el de mico. Fue el primer primate de esta camada, y por el que llega a medio siglo la danza.
“La primera idea de la danza surgió porque una vez mi mamá me llevó a ver el desfile del Carnaval por el Paseo Bolívar. Allá vi a un muchacho disfrazado de mico que me llamó la atención y después, casualmente, me di cuenta de que él vivía en la misma calle que yo”, le contó a EL HERALDO Pérez Barranco en 2016 durante la celebración de los 50 años de su danza.
Esta idea se fortalecía cada vez que Vicente visitaba el campo y observaba los movimientos que hacían los primates de la zona.
Por esta danza pasó su hija Norelis, quien lleva más de 10 años como directora de los Micos y Micas. Además, también han estado las cinco nietas del ‘mico’. Nineth, la mayor, tuvo su primera participación a los 3 meses de nacida. ‘Ese día en la tarde, ya cuando se había acabado el desfile, empezó hacer una brisa helada y nos criticaron bastante las personas que nos veían con ella’, recordó Gregorio Acuña, padre de las niñas y yerno de Vicente.
El disfraz de los Micos y Micas está conformado por un enterizo de pantalón y camisa marrón, una máscara hecha en papel maché, una cola y, para las ‘micas’, una falda.
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Por otro lado, la coreografía de los micos consiste en movimientos libres. No tiene parámetros establecidos. Los participantes de la danza imitan los movimientos y el sonido de los primates en su hábitat natural, además de hacer bromas al público.