Como un acto de solidaridad y generosidad, la francesa Cécile Lavergne, quien reside hace más de una década en Barranquilla, decidió trasladar hacia París a siete adolescentes de distintas zonas vulnerables de la ciudad, para vivir una experiencia única en los Juegos Olímpicos que acaban de iniciar.
Por medio de su Corporación CLEO, Lavergne hizo una recaudación de fondos para cumplir el sueño de estos jóvenes con ganas de conocer el mundo, pero al mismo tiempo ha creado en ellos responsabilidad y compromiso para conseguir lo que se propongan en la vida.
Esta organización sin ánimo de lucro, trabaja en barrios e invasiones donde hay mucha violencia y uno de los puntos en los que se enfocan con mucha fuerza, es el sistema de responsabilidad penal adolescente, ya que en estas zonas de la ciudad, hay niños y adolescentes que han cometido delitos.
“Para mí es muy gratificante hacer este tipo de actividades con los jóvenes, sobre todo porque cuando llegué a Barranquilla me di cuenta que habían muchísimas desigualdades y que había violencia dentro de barrios específicos de la ciudad”, expresó Cecile.
Los jóvenes aportaron
Aunque esta es una iniciativa que Cécile tomó junto al equipo de la corporación, establecer metas y objetivos ha sido clave para enseñar a los jóvenes.
“La corporación corrió con la mayoría de los gastos, pero para que ellos sepan que tienen que valorar las cosas y situaciones de la vida, le dimos la responsabilidad de pagar su pasaporte”, afirmó Cécile.
Para los chicos y Cécile, ha valido la pena cada esfuerzo, es por eso que desde que empezó esta travesía en Colombia, sus corazones latían con fuerza y alegría.
“Salimos el 16 de julio para llegar a Cartagena, el 17 estuvimos en Bogotá, de ahí llegamos a París, cogimos un tren que iba directo hacia Lyon, pero ya estamos en París de nuevo para presenciar la ceremonia de apertura y participar en las olimpiadas que estamos haciendo con la organización que nos hospeda”.
¿Cómo fue aterrizar en París?
La primera impresión al recorrer las calles de París para estos adolescentes, fue sentir una vibra distinta a la que están acostumbrados en su cotidianidad.
María Morrillo perteneciente al barrio Villas de San Pablo, se enamoró de ‘La Ciudad de la Luz’ desde que llegó.
“Cuando me enteré de que vendría a París, lloré mucho porque esta es una gran oportunidad. La gran enseñanza que esta experiencia me dejará, es que hay que luchar por los sueños y que sí se puede elegir un mejor futuro”, expresó María.
Por su parte, Mariluz Bedoya del barrio La Loma, se siente muy agradecida con Cécile y con la corporación por haberla escogido para hacer este viaje.
“Quiero agradecerle a la profe Ceci, porque aunque ella siempre tiene cosas que hacer, está muy pendiente de nosotros y de lo que necesitamos. Con esto nos hicieron un bien, porque nos permite ver la vida de otra manera”.
Seguir realizando viajes donde se inviten a varios jóvenes que quieren salir adelante y hacer cambios positivos en sus vidas, sin duda es un ejemplo de inspiración. Para Cécile es importante construir un mundo más justo y equitativo, donde todos tengan las mismas oportunidades.
“Estamos disfrutando al máximo, estaremos hasta el 30 de julio en París, y estoy segura de que serán días maravillosos”.





















