Colombia es un país lleno de diversidad en sus regiones. Dentro de los aspectos que lo hacen relevante, la cultura de sus saberes es sin duda la fuerza de una narrativa que es capaz de pasar de lo inmaterial a lo material.
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Específicamente en el Caribe colombiano el tropical que rodea a su fauna y flora acompañado de sus tradiciones indígenas vivas como la tejeduría traducida en elementos cotidianos, como sombreros y mochilas, ahora hacen parte no solo de los propios, sino que también es símbolo para los visitantes.
Es por ello que María del Socorro Pimienta, de la Superintendencia de Industria y Comercio, y Adriana Mejía, gerente de Artesanías de Colombia, presentaron ‘De origen Colombiano’, en colaboración de comunidades locales de las regiones para producir productos con identidad.
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Tejeduría San Jacinto
San Jacinto de Bolívar es un pueblo artesanal por excelencia donde varias generaciones de familias han dedicado su vida al arte del tejido, siendo este un referente en la elaboración de sombreros y hamacas. Sus productos ya han tocado tierras extranjeras.
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Asimismo, los textiles tejidos de este municipio de Bolívar son reconocidos por sus colores vibrantes, calidad y estabilidad.
Su largo proceso de producción abarca desde la recolección del algodón hasta la tintura del material y, finalmente, el tejido.
Tejeduría Wayuu
En la comunidad Wayuu, cada diseño, color y técnica utilizada en sus tejidos reflejan la diversidad. Para ellos, cada prenda tejida representa una historia, un mensaje o una conexión con el entorno natural y espiritual de la comunidad.
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María Canela, fundadora de la marca artesanal Waya, ha trabajado en estrecha colaboración con las tejedoras, muchas de ellas madres cabeza de hogar, manteniendo las tradiciones de estas comunidades ancestrales.
Tejeduría Zenú
En el departamento de Córdoba una gran comunidad de tejedores realiza auténticas piezas de sombreros vueltiaos, en una ardua labor que ha pasado de mano de varias generaciones.
Esta ancestral técnica de tejido ha perdurado a lo largo del tiempo, convirtiéndose en una pieza clave de la identidad y el legado de esta comunidad.
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Las mujeres son las principales protagonistas de esta tradición, ya que son ellas quienes, desde jóvenes, aprenden las diferentes técnicas y diseños que han sido transmitidos durante siglos.
A través del hilado y el tejido de la caña flecha, una planta que crece en la región, estas mujeres crean auténticas obras de arte que se distinguen por su colorido y complejidad.
Café que viene desde la Sierra Nevada de Santa Marta
El café de esta zona es catalogado como uno de los más aclamados por su lavado suave y sus cualidades sensoriales que resultan atractivos tanto para locales como el extranjero.
Sus matices y terminaciones lo hacen muy atractivo al paladar, además de que son versiones de café de cuidado.
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