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Desde la antigüedad, el ser humano ha establecido la belleza como un aspecto importante en la sociedad. Es por ello que la apariencia física se convirtió en un factor de atención que repercute en los estados de ánimo de la población.

Para evitar ese desasosiego, muchos optan por acudir a las cirugías estéticas, que en siglos pasados nacieron como una necesidad para solucionar amputaciones consecutivas a castigos impuestos en las antiguas civilizaciones.

Actualmente, se realizan con la necesidad de obtener una mayor armonía facial y corporal, según las necesidades de cada persona.

Una de las poblaciones que más ha acudido a este tipo de procedimientos con el fin de reafirmar su identidad son las personas transexuales, es decir, para quienes su identidad de género no coincide con el sexo asignado al nacer, y desean hacer una transición al sexo con el que se identifican.

Es por ello que acuden a la cirugía para la reasignación de sexo, cuyo valor es de 50 millones de pesos.

En estas personas puede presentarse una discordancia de género, término que se relaciona con la inconformidad de que su sexo biológico no coincida con el género que se identifican. Un factor que conlleva a la presencia de ansiedad, depresión y otras afecciones de salud mental.

De acuerdo con Jorge Cantini, Jefe del Servicio de Cirugía Plástica del Hospital de San José en Bogotá, y miembro del equipo de disforia de género del mismo centro de salud, llevar a cabo estos procedimientos requiere de un equipo multidisciplinario.

'Está conformado por varias especialidades que son Psiquiatría, Endocrinología, Urología, Ginecología, Otorrinolaringología, Genética, la Oficina de Ética Médica y Cirugía Plástica'.

Para cada uno de los géneros se empiezan ciertos procedimientos.

'En la disforia de género de hombre a mujer se inicia con la feminización facial, feminización de tórax y el manejo final de la voz. En el caso contrario de mujer a hombre se empieza con la cirugía de masculinización de tórax, luego la recepción de los ovarios y del útero, por último la masculinización de la voz. En el caso de la reconstrucción del miembro masculino hay que hacer un procedimiento de microcirugía'.

¿Qué requisitos deben cumplirse?. Según el especialista, estas personas pueden tener una asesoría desde temprana edad para que en la adolescencia se le suministren bloqueadores hormonales hasta cumplir la mayoría de edad y pueda decidir por sí misma si desea iniciar con el tratamiento.

'Hay que cumplir unos protocolos: son dos años viviendo en el rol de mujer sin ningún tipo de cirugía, ser valorado por el equipo multidisciplinario y aprobado por el mismo. La persona debe haber hecho cambio legal de nombre, porque es una de las formas de enfrentarse a la sociedad como mujer u hombre y que tenga dos años de terapia hormonal'.

Además, aclaró que la disforia de género no debe entenderse como una enfermedad y por ello, las personas deben ser valoradas previamente con el fin de descartar cualquier trastorno que impida el curso normal del procedimiento.

En Colombia, este tipo de intervenciones están permitidas y en esto hizo énfasis María Isabel Cadena, Cirujana Plástica Estética y Reconstructiva, y presidenta de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva (Sccp), quien estará presente en la edición 38 del Congreso Nacional de Cirugía Plástica que tendrá lugar en Pereira desde este miércoles hasta el sábado.

'La gente tiene que saber que sí estamos realizando este tipo de procedimiento, y que las personas que deseen hacerlo deben consultar a un médico. Tenemos que cuidar a esta población. Debemos ayudarlos a resolver sus dificultades y la cirugía plástica hace parte de esa solución'.

{"titulo":"Murió Diana Navarro, la barranquillera que luchó por los derechos LGBTIQ+","enlace":"https://www.elheraldo.co/sociedad/diana-navarro-san-juan-activista-trans-barranquillera-por-los-derechos-de-los-lgbti-ha"}

El bálsamo de una secuela

La estigmatización social, discriminación, exclusión y violencia, son algunas de las situaciones que ha enfrentado la población con su presencia en el entorno.

Para la magíster en Psicología Clínica y terapeuta individual con enfoque diferencial en población LGBTIQ+, Eva Méndez, el tema de género es definido como una construcción biopsicosocial.

'La visión que se tiene actualmente no está centrada solo en la biología de que si naciste con pene, eso específicamente te hace hombre y viceversa, porque la feminidad y la masculinidad se va construyendo en relación a los contextos sociales y a la interpretación que uno mismo hace de la realidad'.

La Psicóloga indicó que sentir estar en el cuerpo incorrecto, se convierte en una de las mayores inseguridades para estas personas y por ello, una intervención quirúrgica puede representar un bálsamo.

'Este tipo de intervenciones para la reafirmación de la identidad salvan a las personas porque ellas viven con la inseguridad de que el cuerpo en el que están es el incorrecto, sumándole el rechazo social, y por eso, la reasignación de sexo, les da mucha paz, porque pueden reafirmar el ¿quién soy yo?'.

Un encuentro con la identidad

Desde los 13 años, la barranquillera Dayanna Visconti descubrió que no se identificaba con su sexo biológico, el cual externamente indicaba que era hombre.

Ella inició su proceso de transformación para convertirse en la mujer que hoy es, pese a que afirmó que inicialmente no necesitó procedimientos quirúrgicos para sentirse femenina.

'Esto es algo que viene desde adentro y no hay necesidad de tener un implante para sentirte mujer. Desde niña yo sentía que lo era y los procedimientos fueron una decisión de la que no me arrepiento'.

Dayana se convirtió en la primera mujer trans barranquillera en practicarse una cirugía de cambio de sexo.

En 1998 inició su primera operación que consistió en un implante de senos. A sus 41 años, se los ha renovado en tres ocasiones.

Seguido de ello, deseó cambiar las facciones de su rostro operándose la nariz. Su última cirugía fue el cambio de sexo en el 2015. 'Esta cirugía fue todo un éxito, todo ha sido perfecto y no he tenido problemas'.

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Discordancia de género

La discordancia de género es conocida como la sensación de incomodidad o angustia que pueden sentir las personas cuya identidad de género difiere del sexo asignado al nacer o de las características físicas relacionadas con este.

Se estima que entre el 0,005 % y el 0,014% de los varones al nacer y el 0,002 a el 0,003% de las mujeres al nacer cumplen con los criterios diagnósticos de discordancia de género, así se establece en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5, por sus siglas en inglés).