Compartir:

Los colores brillantes y la magnitud del lienzo iluminan y le dan vida al salón con luces tenues del Banco de la República, donde está expuesta la obra que evoca una de las más grandes leyendas de la región Caribe: el Hombre Caimán.

La grandeza de las pinceladas del artista colombo-español Alejandro Obregón, logran percibirse a primera vista. El cuerpo humano es diminuto frente a semejante creación de 14,38 m x 7,98 m, hecho con pintura acrílica y cuyo bastidor de hierro fue cambiado por aluminio en la restauración de la obra, que dirigió el maestro Rodolfo Vallín Magaña a finales de 2019.

Tres meses aproximadamente se demoró Obregón en la realización y supervisión de Se va el caimán, telón de boca del Teatro Amira de la Rosa que el pintor entregó para la inauguración del recinto el 25 de junio de 1982, y que fue declarado bien de interés cultural en 2018. El mismo tiempo que utilizó el pintor para la ejecución de la obra, fue el que Rodolfo Vallín demoró en su restauración para que estuviera lista ante el público.

El Banco de la República tenía previsto la apertura del telón a los visitantes en marzo de 2020, pero por la pandemia tuvieron que aplazarla. Así que, en medio de la reactivación cultural y económica de la ciudad, EL HERALDO tuvo acceso en exclusiva a una de las obras más representativas del pintor, que a sus 62 años plasmó en una joya artística la legendaria historia del Hombre Caimán.

{"titulo":"El rastro de las siete obras de Obregón en la ciudad","enlace":"https://www.elheraldo.co/atlantico/el-rastro-de-las-siete-obras-de-obregon-en-la-ciudad-822828"}

Abierta al público

Cuenta la leyenda ribereña de Plato, Magdalena, que Saúl Montenegro, hombre cuya pasión por espiar a mujeres desnudas, vivió la condena de quedar convertido en un ser con cuerpo de caimán y cabeza humana.

Esa fue la historia que inspiró a Alejandro Obregón y la imagen que por cinco años, con el cierre del Amira, no pudo verse hasta ahora. Todos los jueves, a partir del 2 de septiembre, el público tendrá un reencuentro frente a frente con el telón de boca.

El acceso gratuito a Se va el caimán, será en el horario de 8:00 de la mañana a 12:00 del mediodía. Para ingresar, el personal deberá inscribirse por el correo aportoma@banrep.gov.co, y el aforo será de siete personas por visita.

'Esto tiene toda la importancia, no solo por ser el telón que estaba ubicado en el Teatro Amira de la Rosa, sino porque fue intervenido hace dos años por Rodolfo Vallín, que falleció en enero de 2020. Así que las personas no solo van a poder apreciar el valor histórico, ciudadano y comunitario de este telón por lo que representaba en el Teatro, sino también por el proceso de intervención por uno de los más grandes restauradores de arte que hemos tenido en Colombia', dijo a EL HERALDO Katherine Castillo, jefa cultural del Banco de la República en Barranquilla.

Además del contacto directo con el telón de Obregón, los asistentes tendrán una visita guiada en la que podrán conocer la historia de la obra y sobre la restauración que tuvo. Una línea de tiempo representada en imágenes que se encuentra en una pared frente a la pintura, también será parte de la experiencia que vivirá el público.

'En estos momentos en los que hemos pasado tantas dificultades, el arte se convierte en una manera de reactivar la formación ciudadana. Esto está aquí en el Banco, y es una forma también de acercar a las personas a nuestra labor cultural. Es una forma de cruzar fronteras, porque las personas van a poder conocer la historia', expresó Castillo.

{"titulo":"Las pinceladas históricas de Obregón en Barranquilla","enlace":"https://www.elheraldo.co/barranquilla/las-pinceladas-historicas-de-obregon-en-barranquilla-814129"}

Los primeros visitantes

Además de EL HERALDO, cinco personas más tuvieron la oportunidad de ver de cerca las coloridas pinceladas de Obregón. Cristina Bohórquez y sus cuatro hijos: Juan Felipe, Elisa, Inés y Sofía, fueron invitados a conocer el telón de boca del Teatro Amira de la Rosa.

Los bogotanos llegaron a Barranquilla hace cuatro años. Desde entonces, conocieron la leyenda del Hombre Caimán, pero nunca habían visto la inmensa pintura.

'Es la primera vez que vemos esta obra. Desde que llegamos nos habían hablado del Hombre Caimán, pero nunca nos imaginamos tal magnitud y el valor que representa para los barranquilleros. Se me eriza la piel con solo verlo, es inmenso y te da una sensación inexplicable', dijo Cristina.

Ella y sus cuatro hijos visitan frecuentemente los espacios culturales de la ciudad porque es esta la modalidad de aprendizaje de los niños. Juan Felipe, Elisa, Inés y Sofía no asisten a ninguna institución académica por decisión de sus padres, así que adquieren conocimientos a través del lifeschooling (proceso de descubrimiento de los dones y talentos a manera personal), en el que se aprende por las experiencias.

Así como esta familia, más personas tendrán la oportunidad de ver de cerca una de las piezas artísticas más icónicas de la ciudad y que revive la tradición oral y cultural de la Región Caribe.