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En Barranquilla una pareja de Centroamérica encontró en una operación intrauterina la forma de corregir la espina bífida con la que nacería su hijo Aquí relatan el proceso. John Robledo
Salud

La cirugía que le cambió la vida al bebé de Luz Andrea

En Barranquilla una pareja de Centroamérica encontró en una operación intrauterina la forma de corregir la espina bífida con la que nacería su hijo.

Cuando en medio de un embarazo a la madre se le dice que hay una alta probabilidad de que su hijo nazca con malformaciones la felicidad se transforma en incertidumbre y miedo. Ese fue el caso de Luz Andrea Muñoz, una joven panameña de madre colombiana, que encontró en Barranquilla una opción para ofrecerle a su hijo una mejor calidad de vida. 

Su caso. El embarazo de la joven parecía normal. En los controles prenatales que le hacían en su país no se detectaban anomalías, pero el 15 de julio recibió el diagnóstico que cambió el rumbo de todo.

Luego de un examen de rutina su doctora le dijo que había “una masita extraña” y que era mejor revisarla. Para ello se le autorizó un examen morfológico. 

Infortunadamente los resultados no fueron alentadores. Con 24 semanas de gestación, su bebé fue diagnosticado con mielomeningocele o espina bífida, un “defecto en el cual la médula espinal no se desarrolla de forma correcta”.

El doctor que estaba atendiendo su caso comenzó a explicarle cuáles eran las complicaciones que podría tener su hijo por causa de la enfermedad. 

“Cuando me empiezan hablar yo ni sabía pronunciar mielomeningocele. Anoté la palabra en mi celular y se la mandé a mi esposo, pero él no sabía que era lo que le estaba enviando”.

La mujer recordó que en ese momento entró en shock y le pidió al galeno que le ofreciera alternativas para tratar a su bebé. En ese instante se le pasaron muchas ideas por la cabeza, no quería que su retoño “viniera a este mundo a sufrir”. Añadió que en la consulta el médico le dijo que en Panamá no se ofrecía ninguna opción, excepto la de operar al bebé al momento de nacer.

“Me informó que en otros países si estaba la tecnología para operar a mi hijo antes, entre ellos me mencionó a Colombia”.

Las opciones que le ofrecían en el país centroamericano eran muy pocas. Luego de conocer que en Colombia podría someterse a una operación para aliviar las secuelas de la malformación de su hijo, contactó a una prima en Cali que le ayudó a recopilar información sobre la fetoscopía en el país.

“Ya estaba en la semana 24 por lo que solo tenía 15 días para someterme a la operación. Recuerdo que todos los trámites los empezamos a hacer un jueves. Mi esposo (Ricky Valdez) también me recomendó que buscara la alternativa en este país”.

Su familiar logró conseguirle una teleconsulta con un perinatólogo colombiano. El especialista le dijo que efectivamente su caso se podría tratar en la ciudad. 

“Tomamos la decisión, fue cosa de dos o tres días. El domingo planeamos todo y el martes en la noche ya estábamos en Barranquilla. El miércoles me hicieron los exámenes y me programaron enseguida la operación”. 

Narra que en el momento de los exámenes se veía que él tenía su movilidad normal y la hidrocefalia, causada por la anomalía no era tan grave. “Cuando llego acá me dan un buen pronóstico para la operación porque en realidad el bebé, al parecer, no tenía tanta afectación”.

El perinatólogo Miguel Parra lideró la cirugía. Explicó que el defecto con el que venía el bebé era muy grande. La operación empezó en punto de las 12 del mediodía y estaba programada para durar cinco horas.

Ecografía 3D modo esqueleto en la que se aprecia la malformación. Cortesía

Operación. A Luz Andrea se le practicó la fetoscopía, un procedimiento “mínimamente invasivo en el que se utilizan puertos de 3 milímetros y una cámara de las mismas dimensiones para tratar la malformación”.

Cabe recordar que esta cirugía intrauterina fue diseñada hace más de 20 años y tiene la finalidad de prevenir el daño progresivo que el bebé sufre por causa de la enfermedad.

“Se entra en el útero, se extrae el líquido amniótico, se pone gas CO2 para poder visualizar, se opera y cuando se termina se retira el gas, se inserta nuevamente el líquido amniótico, se introduce el útero dentro del abdomen y se cierra la pared abdominal”, explica Parra.

En el caso de la joven panameña se introdujo una cámara de tres milímetros y elementos quirúrgicos igual de pequeños para realizar el procedimiento. 

El especialista reitera que la operación tuvo que extenderse por cerca de dos horas luego de que se dieran cuenta que el defecto era más grande de lo que se creía. El equipo médico se valió de su experticia y luego de estudiar el caso decidieron hacer un implante autólogo, es decir, con la misma piel que recubría la malformación. “Decidimos hacer un colgajo de piel de la que estaba recubriendo el quiste y la colocamos para terminar de cerrar el defecto”.

Existía, según el especialista, el riesgo de que el bebé se quitara el parche, pero después de 10 días de la operación los movimientos de Ian, como piensan bautizarlo cuando nazca, no han afectado nada del procedimiento, por lo que auguran un buen resultado. “De todos modos hay que esperar que nazca porque hasta la fecha no se tiene un registro de un procedimiento de este tipo”, indica Parra refiriéndose a la técnica de poner un injerto de piel, incluyendo tejidos de la malformación, vía intrauterina”.

Oportunidad en Barranquilla. El galeno explica que actualmente la ciudad está preparada para realizar procedimientos de alta complejidad, como lo fue el caso de la fetoscopía que se le practicó a Luz Andrea.

A principios del 2021, el país registró el primer procedimiento vía intrauterina en la que se intervino a un bebé diagnosticado con espina bífida, permitiéndole nacer por parto vaginal. Las noticias publicadas en medios de comunicación, incluyendo EL HERALDO, sirvieron de soporte para que Luz Andrea tomara la decisión de intervenirse en la capital del Atlántico. 

“Después de todo este proceso considero que la mejor opción es tener a mi hijo en Barranquilla. Ya acá conocen todo el proceso y creo que en Panamá por ser algo tan nuevo no tendría el mismo resultado que puede tener acá”.

La pareja centroamericana está más que agradecida con la atención recibida en la ciudad y promete que cuando Ian crezca, lo traerán regularmente para que conozca la cultura de la ciudad en la que antes de nacer se le dio un rumbo esperanzador a su calidad de vida.

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