
Cansados de esperar que las promesas del Gobierno se hagan realidad, los habitantes de Soplaviento (Bolívar), una de las poblaciones más afectadas por las inundaciones y que aún están bajo las aguas del Dique, se tomaron los bajos de la Gobernación en espera de una solución definitiva a la situación ambiental que viven los 900 pobladores que regresaron después del éxodo.
'No podemos vivir así como animales entre las plagas y resistiendo la mosquitera y las enfermedades que producen estas aguas estancadas', dijo uno de los manifestantes.
Con pancartas alusivas al respeto por los derechos fundamentales los soplavienteros gritaban con una furia casi similar a la fuerza de las aguas del Dique consignas con las que reclamaban al gobierno enviar al municipio los tan anunciados materiales para la reconstrucción de sus jarillones, implementos que les prometieron el año pasado.
Según ellos, el invierno ya se viene otra vez y aún ellos están inundados, pues la mayoría de los pueblos ya han recibido materiales y maquinaria para reconstruir de sus jarillones, pero en Soplaviento continúan a la espera de los trabajos de cierre del boquete que se abrió en la finca Las Mellizas.
Mientras la protesta se adelantaba en las afueras de la Gobernación, en el Salón Amarillo una comisión negociadora trataba de conciliar con el gobernador de Bolívar, Alberto Bernal, para finalizar la protesta, pero al cierre de esta edición no habían llegado a ningún acuerdo. AMN
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