En uno de los buses de TransMilenio, donde la rutina del transporte suele ir acompañada del sonido de parlantes portátiles y voces amplificadas, un hombre mayor decidió no quedarse callado. Lo hizo frente a un joven cantante urbano que, como muchos otros artistas callejeros, había subido al articulado para interpretar sus canciones. El cruce entre ambos fue grabado por varios pasajeros y terminó volviéndose viral.
El hecho ocurrió en plena troncal principal, a la vista de todos. El joven, con micrófono en mano y un parlante de alto volumen, comenzó su presentación. No llevaba mucho tiempo cuando un pasajero de edad avanzada lo interrumpió con un reclamo directo: “¡Esto no es una tarima, esto es un bus!”, se le escucha decir en uno de los videos.
La situación escaló rápidamente. “¿Usted cree que puede venir a gritarle a la gente en la cara?”, insistió el hombre, mientras el artista intentaba continuar con su acto. Hubo respuestas de parte y parte, y el ambiente dentro del bus se tensó.
Algunos pasajeros se sumaron al reclamo, otros grabaron la escena. Finalmente, el joven decidió bajarse del articulado. Antes de salir, lanzó una frase que no pasó desapercibida: “Viejo, lo voy a buscar”, dijo, mientras las puertas se cerraban detrás de él.
La grabación fue publicada en redes sociales, especialmente en la cuenta ‘Colombia Oscura’ en X, donde el video ha sido compartido miles de veces. En los comentarios se pueden notar puntos de vista opuestos. “Ese señor representa a muchos. Uno ya no puede viajar en paz”, escribió un usuario. Mientras que otro respondió: “También hay que entender que estos muchachos se rebuscan. El problema es el volumen, no el arte”.
Aunque TransMilenio ha sido por años un espacio donde confluyen vendedores, músicos, predicadores y mimos, el sistema tiene reglas claras: está prohibido realizar actividades comerciales o artísticas dentro de los buses sin autorización. Aun así, el control es limitado, sobre todo en horas pico.
Un vocero del sistema explicó, de manera informal, que “aunque hay personal dispuesto para intervenir, no siempre es posible actuar en el momento, y los usuarios terminan siendo quienes moderan este tipo de situaciones”.
Este episodio ha dejado en evidencia una incomodidad compartida por muchos pasajeros, pero también la falta de canales claros para que los artistas callejeros puedan ejercer su oficio sin invadir el espacio ajeno. Entre tanto, las redes sociales siguen haciendo eco del incidente. Y aunque no hay denuncias ni medidas oficiales tras lo ocurrido, lo cierto es que la escena dejó una imagen poco habitual en el sistema de transporte público capitalino.