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Luego de cinco meses de prepararse el tercer debate de la reforma a la salud 2.0 en la Comisión Séptima del Senado, la misma célula legislativa que hundió la primera reforma, pareciera que el trámite no avanza: hasta después de la semana de receso se votaría por el archivo o no del articulado, impulsado por el Centro Democrático, y respaldado por el Partido Conservador y Cambio Radical, mientras que el gobiernismo, que no tiene los votos suficientes para su ponencia positiva ni respaldará la ponencia alternativa, habla nuevamente de bloqueo en el Congreso y de constituyente, e incluso de apelar el eventual archivo para que se discuta la iniciativa en la plenaria y se resuelva si revive en otra comisión, tal y como sucedió con la reforma laboral.

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Por ahora ninguna de las ponencias tiene mayorías, porque por ejemplo la ponencia positiva recibiría los votos de Martha Peralta, Wilson Arias y Ferney Silva, del Pacto Histórico; Fabián Díaz, de la Alianza Verde, y Omar Restrepo, de Comunes; la de archivo tendría los sufragios de Alirio Barrera y Honorio Henríquez, del Centro Democrático y de Nadia Blel y Esperanza Andrade, del Partido Conservador; y la alternativa tendría los vistos buenos de sus propias autoras, Ana Paola Agudelo, del MIRA; Lorena Ríos, de Colombia Justa Libres, y de Norma Hurtado, de La U.

MinsaludGuillermo Jaramillo, ministro de Salud, ha insistido en la necesidad de reformar por completo el sistema.

Pero no estaría clara la decisión de la senadora Berenice Bedoya, de la ASI, quien había radicado una ponencia alternativa que terminó retirando hace casi dos meses; ni de la de Miguel Ángel Pinto, el presidente de la célula legislativa, quien de todas maneras fue clave en el pasado para el hundimiento de la primera reforma a la salud y de la reforma laboral.

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Entre tanto, Peralta les envió una carta a Hurtado, Ríos y Agudelo, en donde las invita a “plantear la necesidad de abrir un diálogo y trabajo conjunto de concertación técnica y política entre las ponencias positiva y alternativa”, reconociendo que “existen diferencias sustanciales” y que “el país atraviesa una crisis estructural en materia de salud”, por lo que propone que “el debate legislativo debe estar guiado por el interés superior de los colombianos”.

Sin embargo, ha habido ruido en torno a los posibles escenarios de conciliación pues el presidente Gustavo Petro volvió a hablar durante la semana de constituyente al sostener que hizo un acuerdo con Dilian Francisca Toro, gobernadora del Valle del Cauca y ex presidenta del Partido de la U, para hacer una reforma que no “encubra el robo”, pero después afirmó que lo que finalmente se decidió “fue encubrirlo”, añadiendo: “Solo miren cómo la Nueva EPS pudo esconder billones de pesos no pagados y compárenlos con la ponencia alternativa, y verán que esta última, si se vuelve ley, permitirá la misma clase de robos y falta de transparencia”.

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Toro, por su parte, advirtió que le presentó a Petro sus sugerencias, que hasta la fecha no han sido tenidas en cuenta y que dada su condición en el territorio no debe estar incidiendo en el Congreso en reformas: “Desde las regiones, desde donde sufrimos, desde donde vemos a los pacientes que no son atendidos, que no reciben los medicamentos, cuando él quiera lo invito a que discutamos técnicamente la reforma y poder señalar cuáles son esos dolores, los problemas que tienen los pacientes, porque los vivimos todos los días. De esa manera podemos mejorar y lograr una reforma a la salud que realmente beneficie a los pacientes”.

Y el ministro del Interior, Armando Benedetti, habló de que “no queda duda del bloqueo institucional, por eso se abre camino a una constituyente. Al Congreso le queda grande reformar la salud y la justicia”.

De otro lado, Pinto negó que en esta célula legislativa se esté dilatando la discusión: “Llevamos cinco meses, pero haciendo audiencias públicas en el país. Esto no se está dilatando. Lo que nosotros quisimos es escuchar a todos los actores del sistema. Que el Gobierno no los quiera escuchar es otra cosa diferente”.

Al respecto, el senador Antonio Correa, de La U, le dijo a EL HERALDO que “las discusiones que se han dado muestran el poco conocimiento que tenemos de la técnica legislativa e interpretamos que las demoras, discusiones y no votación se constituyen en factores generadores de dilatación, lo que terminará levantando a un gigante dormido que se llama constituyente primario, que va a reclamar sus derechos, entre ellos la salud, por el estado de crisis que se está dando, y podría en esto como la vez pasada el pueblo tomar iniciativas: la vez pasada ante el hundimiento de la reforma de un tajo se habló de consulta popular y de la misma reforma laboral, la cual terminó reviviéndose”.

Receso

La discusión se espera que se retome el martes 14 de octubre, con la votación de la ponencia de archivo, que expuso en la semana Barrera, su autor: “Recibimos una reforma a la salud en la que esperábamos, que con el antecedente de que ya se había hundido la primera, hubiera cambios sustanciales, pero cuando entramos a estudiar los pormenores encontramos que es prácticamente una réplica de la que ya fue hundida por esta comisión”.

Agregó en su exposición que el Gobierno tampoco ha dado garantías sobre la gestión de la salud en el país, pues “las EPS que intervino el Gobierno no mejoraron, agrandaron su hueco fiscal y empeoraron la prestación del servicio y se duplicaron las peticiones, quejas y reclamos”.

Alrededor de esta ponencia de archivo el Partido Conservador ya había anunciado que no respaldaría la reforma a la salud y en este sentido su presidenta, la senadora Blel, expresó a EL HERALDO: “El Partido Conservador, luego de un estudio minucioso, decidió no acompañar la propuesta de reforma a la salud del Gobierno, ya nosotros teníamos una decisión de bancada en torno a eso, atendiendo a que esta propuesta agrava la decisión actual del sistema, que no les están dando citas, tenemos problemas con los medicamentos, con las EPS intervenidas, pero sobre todo que genera muchos más costos y más riesgos, y que no hay unas fuentes claras de financiación, el partido mantiene su decisión y decide por lo tanto acompañar la ponencia de archivo”.

Advirtió sobre los anuncios de apelar un eventual archivo del proyecto que “la apelación no puede ser una vía para suplantar las decisiones de la Comisión Séptima, que es la llamada por Constitución a tratar el tema de la salud y no se puede usar la apelación para suplantar las decisiones de los senadores de esa comisión”, y en torno a las menciones de una constituyente señaló que “esta no es la primera vez que el Gobierno amenaza con un mecanismo de participación, y yo creo que ya el país ha entendido que el presidente y su gabinete no pueden imponer sus reformas, tienen que ser concertadas, tienen que cumplir los requisitos de ley y de Constitución, porque el Gobierno busca imponer sus reformas a la mala, no conciliando y a través de mentiras”.

El representante Andrés Forero, del Centro Democrático, expuso que la reforma se debe archivar “porque es una reforma que no se consultó, fue construida de espaldas a los pacientes, a los médicos, a los académicos, está mal concebida y básicamente privilegia el Gobierno la imposición de sus sesgos ideológicos estatizantes por encima de la atención”.

Además, cuestionó: “El nuevo sistema de salud del magisterio, porque el propio ministro en vísperas del inicio del propio sistema dijo que era el piloto y que eso era lo que se quería, y hemos visto que ha sido un completo desastre después de un año y medio de vigencia, las clínicas y hospitales les cierran las puertas a los maestros”.