Al instalar la cuarta y última legislatura del Congreso, el presidente Gustavo Petro dedicó gran parte de su discurso ante el Legislativo en pleno a las cifras de la economía.
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No obstante, arrancó el jefe de Estado ante un Salón Elíptico dividido entre los aplausos del oficialismo y las protestas de la oposición con un recorderis de la fecha del 20 de julio de 1810, Día de la Independencia.
“El 20 de julio es un cabildo abierto, en ese momento existía era una audiencia, y el pueblo decidió tomar el poder: hoy 20 de julio conmemoramos eso, a veces la historia se falsea, pero lo que sabemos de ese día es que no se debió a un florero sino a que el pueblo se cansó, no quería reyes, aristocracia. (...) El pueblo decidió ir a poner preso al representante del rey y gritamos libertad, el primer grito de libertad se dio por la participación popular, por una consulta y una decisión: eso se llama democracia”, dijo.
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También comparó el Congreso de cuando él fue legislador, desde los noventas, con el actual: “Qué diferencia entre el Congreso que yo viví y el de hoy. Ya estamos en el tercer año de mi gobierno y no está el 30% del Congreso preso, diferencia sustancial si es que queremos hablar de democracia. (...) Por obra de una Corte Suprema de Justicia histórica fue a parar a la cárcel por una gobernanza paramilitar”.
Y en alusión al parecer al polémico proyecto de la paz total que radicará el Gobierno, señaló Petro que “por la verdad no se puede temblar, la eficiencia judicial implica pensar más en la verdad que en el castigo, pensar en el castigo es pura venganza, García Márquez tenía razón: nos estamos matando por generaciones y por venganzas, nosotros perdonamos, no odiamos, y la prueba es que aquí no hay nadie que el presidente le dio la orden para interceptar comunicaciones de la oposición”.
Por ello expuso que “una gobernanza paramilitar no se puede llamar una democracia. (...) El Congreso discute hoy de la reforma laboral, aquí lo que ha habido es debate y ya no solo la muerte, ahora debatimos sobre los problemas del pueblo y eso sí se llama democracia”.
Entre tanto, los carteles de la oposición hacían alusión al atentado contra el senador y precandidato Miguel Uribe: “¿Quién dio la orden?”. Y otros tenían que ver con el escándalo de corrupción de la Ungrd: “¿Dónde está Carlos Ramón (González)?”. E, incluso, se vio una máscara de Papá Pitufo, en una referencia al denominado zar del contrabando, con presuntos nexos con la campaña del presidente.
Pasó en este renglón al tema económico: “Recibí un país con una inflación del 13%, y con el 25% de crecimiento anual de los alimentos, que es peor; hemos bajado la inflación a 4,82%, (...) hablé con Venezuela para salvar a Monómeros y pude sacar fertilizantes baratísimos, y los precios de la comida son del orden del 4,6%”.
Así mismo, anunció el mandatario: “Subí el salario mínimo como ninguno, aún me queda un año, voy a aprovechar. Subimos el salario y creció la economía, decían mentiras que bajando el salario crece el empleo. (...) La economía crece al 2,7% y va a crecer más y de qué manera
Y enumeró que la agricultura creció 7,1% real, se registraron 11.878 millones de dólares en exportación de productos agrarios en 2024, 13% más que en 2023; a julio se han gestionado 601 mil hectáreas de tierra fértil, de esas compradas 401 mil hectáreas por $3,4 billones. “El acuerdo de paz habla de 3 millones de hectáreas, en el gobierno de Iván Duque se compraron 1.000 y en el de Juan Manuel Santos 8.000”.
Agregó que un 7,8% creció la venta de carbón en 2021 y cayó -13% en 2024, la extracción de petróleo y gas cayó en 2024 al -0% y era el 60% de las exportaciones del país, mientras que la industria manufacturera creció 3,7% en este año
En crédito agrario se han desembolsado $33 billones, un 68% que al anterior gobierno, dijo Petro Urrego.
“Las divisas por turismo son hoy superiores a las divisas del carbón, en el primer trimestre de este año tuvimos 2.865 millones de dólares, tenemos 7 millones de turistas extranjeros”, concluyó en el tema económico.
Finalmente, abordó el tema de la salud para abonar el terreno de la polémica reforma a la salud 2.0, a la que le restan dos debates en el Senado, donde ya se hundió la reforma 1.0: “La tasa de mortalidad de la niñez ha bajado un 39%, en 2022 había 4.157 niños muertos por desnutrición y hoy está en 2.504 esa cifra”.
E hizo al ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, a ponerse de pie, para que fuera aplaudido por el petrismo que gritó: “Jaramillo, Jaramillo”.
Acto seguido, se refirió al asunto de la seguridad: “El presupuesto para la Policía se ha incrementado en 22% desde el pasado gobierno, la institución ha crecido en 14 mil uniformados, el 36% han sido ascendidos en este gobierno, a la Policía se le ha aumentado su salario un 10% anual, y a los soldados les pagaban en 2021 $300 mil mensuales, y en este gobierno, por eso crece el gasto de funcionamiento, se ganan $1 millón mensuales, por eso las cifras de seguridad han mejorado: 662 municipios de Colombia no tienen homicidios”.
Y cerró este tema afirmando que su gobierno ha incautado un 62% más de cocaína que el gobierno pasado.
Al entrar en materia de educación, Petro señaló: “Ampliamos en 151 mil nuevos cupos los de los jóvenes que entran a estudiar a universidades de manera gratuita, tenemos el 97% de la matrícula cubierta a quien ingresa a un pregrado, hemos pasado de 597 mil estudiantes en 2022 a 902 mil en 2025”.
Al término del extenso discurso, la bancada oficialista gritó: “Sí se pudo, sí se pudo”.