Lucas Dangond quiere que lo recuerden por su música
El acordeonero, que lleva siete años con Silvestre Dangond, habla del sueño pendiente de ser Rey Vallenato.
El 2 de septiembre de 2013 quedó marcado en la vida de Lucas Dangond Daza como la fecha en que su carrera musical llegó a otro nivel. Ese lunes su primo Silvestre lo anunciaba como su nuevo compañero de fórmula. Según cuenta este acordeonero oriundo de San Diego (Cesar), muchos no apostaban un peso por él, afirmaban que en cuestión de meses se separarían.
Ya han pasado siete años y las notas del “hijo de Palminita”, como lo anuncia el cantautor en sus conciertos y temas, sigue a su lado haciendo música. Estos primos han grabado cuatro álbumes: Sigo invicto (2014), Gente valiente (2017), Esto es vida (2018) y Las locuras mías (2020). Además, con su propuesta han conquistado nuevos países, entre ellos Chile, Paraguay, Argentina y Estados Unidos, entre otros.
El digitador de 30 años, en diálogo con EL HERALDO, se refirió a su trayectoria, al acompañamiento musical que le hace a Elder Dayán Díaz y de cómo se visiona musicalmente.
Muchos no apostaban por su unión con Silvestre, ¿qué tiene para decirles?
Esto ha sido un proceso, al comienzo fue difícil porque estás al lado del artista más representativo en la actualidad de la música vallenata, así que todos los ojos estaban puestos en mí, pero gracias a Dios he dado la talla. Muchos decían que solo duraríamos meses porque no daría la talla, pero he cumplido con las expectativas, ya son siete años de trabajo al lado de mi primo Silvestre. Son varios éxitos los que hemos construido y al final eso es lo que habla bien de una pareja en el vallenato.
¿Se sintió relegado al no salir en las portadas de los cuatro álbumes que han grabado?
En realidad esa polémica viene después del álbum Sigo invicto, que fue el primero que hice con Silvestre. En ese año (2014) salí en la contraportada, pero eso ya se había dado, Diomedes lo hizo, Jorge Oñate también e incluso Silvestre en La novena batalla salió solo en la portada. En los años siguientes tampoco aparecí en la carátula, pero eso no me incomodó, cada vez el disco físico va tomando menos protagonismo, ya hasta los carros vienen con una unidad para insertar memoria o para conectar con bluetooth. No quiero ser recordado por las fotos de los álbumes, sino por mi música; si quieren ver mis fotografías vayan a mis redes, pero si lo que quieren es música, entonces escúchenme.
¿Es cierto que desde niño se preparó para ser acordeonero de Silvestre?
Pues a pesar de que no soy contemporáneo con Silvestre, mis hermanos me llevaban a las casetas donde él tocaba, allí aprendí mucho del estilo de Juancho De la Espriella y cuando llegaba a mi casa me paraba frente al espejo a imitarlo. Soñaba con que Silvestre me invitara a sus toques y gracias a Dios se me dio por Juancho que me abrió esa puerta.
¿Qué se le vino a la mente cuando Silvestre le propuso irse para Estados Unidos a hacer música?
No lo dudé porque he sido una persona a la que siempre le ha gustado la innovación, hemos hecho muchos experimentos musicales y nos han funcionado tanto en Colombia como en otros países. Los folcloristas aún dicen que no estamos haciendo vallenato, pero lo que sí seguimos haciendo es historia. Nuestro género suena ahora en estaciones radiales donde anteriormente nunca sonó un vallenato. También hemos llenado distintos escenarios internacionales, entre ellos el Madison Square Garden.
¿Ha recibido propuestas de otros artistas, está pensando en tomar nuevos aires?
Las propuestas siempre están, es normal que estés haciendo un buen trabajo y se te abran puertas. Claro que han llegado propuestas, pero en el momento no he pensado en separarme de Silvestre, me siento muy bien con él, aparte está la familiaridad, tenemos una buena relación y son cosas que pesan mucho a la hora de tomar cualquier decisión.
¿Cómo se ha sentido junto a Elder Dayán, hay posibilidades de que sigan trabajando?
Me he sentido bien con Elder, es un acompañamiento musical que decidí hacerle con previa autorización de mi primo Silvestre. La idea es ayudarle mientras encuentra a su próxima pareja musical, gracias a Dios tengo una muy buena amistad con él y su mánager, por eso decidí apoyarlo en este trance, pero aclaro, es algo temporal.
¿Cómo es Silvestre Dangond por fuera de los escenarios?
Es una persona muy apasionada, entregada a lo que hace. Él siente mucho la música, piensa demasiado en el público al momento de hacer sus canciones. De hecho ha recibido algunas que son muy buenas, pero si no las visiona cantándolas a su público, las engaveta. En cuanto a lo personal es muy noble, a la hora de comer siempre me pide que escoja el menú, me tiene mucha confianza.
Ahora que habla de comida, tiene usted un restaurante, háblenos de esa faceta empresarial...
Llevo cinco años con un restaurante en Medellín llamado ‘Denver’, lo tengo junto a mi esposa Margarita Vega. Es el primero en Suramérica que cuenta con un sistema de parrillas al centro de la mesa y son los comensales los que le dan el término a las carnes. Es un sistema japonés, duré un año para conseguirlo.
¿Cómo analiza el liderazgo que han ejercido algunos acordeoneros que han creado su propia agrupación?
Me parece excelente, cada persona se visiona cómo quiere estar, qué lo hace feliz y me parece muy positivo que Juancho De la Espriella, El Morre Romero o Iván Zuleta se hayan atrevido. Creo que le hace bien volver a ese concepto del juglar, yo aprendí mucho de mi arte a través de los grandes del acordeón como Calixto Ochoa, Beto Rada, Alejo Durán y Luis Enrique Martínez.
¿Cuáles son sus sueños a nivel musical?
La verdad es que estoy en una etapa en la que lo único que me faltaría es seguir haciendo buena música, ya alcancé el objetivo máximo que es estar al lado del artista líder del género vallenato. Lo que me queda es tratar de seguir innovando. Quiero ser Rey Vallenato, en algún momento volveré a la competencia donde he estado muy cerca de la corona, yo crecí participando en esos festivales donde muchas veces ocupé el segundo puesto.
