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'Tengo el corazón arrugado y chiquitico', dijo Jorge Estrada, al ver el estado de ruinas como quedó la farmacia que administra, tras los hechos vandálicos de la noche del martes en Ciénaga, Magdalena.

Mirando los estantes en el suelo y sin los productos que comercializa, manifestó su desconsuelo y pidió a las autoridades más protección.

'Estamos inseguros y eso nos tiene con miedo', anotó.

Indicó que 'hay muchos atracos' y acotó que 'uno sale a trabajar con miedo'.

Ciénaga en alerta y toque de queda por noche de saqueos y disturbios

'A estas personas que se pongan las manos en el corazón, que entiendan que lo que están haciendo es un daño a quienes nos ganamos la vida de buenas maneras', puntualizó.

Dijo que se enteró de lo sucedido por la alarma del negocio. 'De inmediato me trasladé al sitio y me llevé una gran tristeza', precisó.

'Siento un profundo dolor', recalcó.