Las obras de renovación fueron entregadas ayer.Con una inversión de 280 millones de pesos, la Corporación Autónoma Regional del Atlántico logró la recuperación ambiental y paisajística del Parque Santander, un espacio ubicado en el Viejo Prado que estuvo abandonado por años.
Su restauración, un viejo anhelo de los barranquilleros, en especial de la comunidad del sector, es una realidad; y hoy, la estatua del general Francisco de Paula Santander volvió a brillar en medio del emblemático parque.
Entre las obras de adecuación se destacan un sistema de luminarias, empradizado, con andenes y bordillos nuevos, con caminos de piedras mostaza, blanca y negra. Así mismo, para la obra se tuvieron en cuenta los requerimientos técnicos para que el parque sea un espacio realmente apto y duradero para las especies de flora que allí se encuentran.
El director de la CRA, Alberto Escolar Vega, invitó a la comunidad para que acompañe esta obra con su cuidado y protección, para evitar su deterioro.
Agregó que con la nueva cara del parque ubicado a escasos metros de la sede de la CRA se contribuye a mejorar el ambiente y a reducir los efectos del cambio climático.
Historia de la estatua. La Estatua del General Santander llegó al parque por iniciativa del dirigente Politico Alberto Pumarejo y un grupo de barranquilleros comprometidos con su ciudad. Juntos, tras una reunión en el Club ABC decidieron llevarla al parque. Esta estatua estuvo inicialmente en la Aduana. El motivo del traslado fue hacer un homenaje cuando se inauguró el tradicional Barrio Prado.
Cuentan los historiadores, que anteriormente, en la Plazoleta del Parque se hacían honores al general Santander todos los domingos por parte de las autoridades municipales, casi que como un acto cívico obligado los domingos. Tan importante era esta actividad cívica que la sociedad barranquillera asistía con sombreros y guantes blancos, en señal de respeto.
Más adelante la Fundación Altares de la Patria, que nace por sugerencia de Alfredo de la Espriella, bajo el liderazgo de Beatriz Fonnegra, quien es descendiente del general Santander y miembro de la Sociedad Santanderista Colombiana, retomó el cuidado y la protección de la estatua, hasta la presente.
