Gracias a la Policía Nacional, el apoyo invaluable de la comunidad y empresas privadas, 32 niños de escasos recursos del municipio de Campo de la Cruz vivieron este fin de semana uno de sus mayores sueños: conocer el mar por primera vez. Esta emotiva iniciativa, liderada por la Seccional de Protección y Servicios Especiales del Departamento de Policía Atlántico, bajo la Estrategia de Protección a la Adolescencia e Infancia Segura (PAIS), subraya el compromiso de la institución con el bienestar y el futuro de la niñez colombiana.
La génesis de esta conmovedora actividad surgió del contacto directo de los uniformados del grupo de Infancia y Adolescencia, quienes, durante sus labores de servicio en la Institución Educativa Pánfilo Cantillo de Campo de la Cruz, conocieron las historias de estos estudiantes. Muchos de ellos, debido a sus condiciones económicas, nunca habían tenido la oportunidad de salir de su municipio natal, y su mayor anhelo era, simplemente, contemplar el mar.
Esta realidad motivó profundamente a los policías, quienes, sin dudarlo, iniciaron las coordinaciones necesarias para hacer realidad este sueño. La jornada se llevó a cabo bajo estrictas normas de seguridad y contó con el acompañamiento constante de familiares de los niños y profesores del centro educativo, garantizando así un entorno seguro y de confianza para todos.
El día comenzó a las 8:00 de la mañana, con el inicio del recorrido desde Campo de la Cruz hacia una cabaña ubicada en la Vía al Mar. Allí, los niños fueron recibidos con una celebración especialmente preparada para ellos: una piscina, un divertido show de payasos, sesiones de pintucaritas, diversas actividades lúdicas, y abundante hidratación y refrigerios, culminando con un delicioso almuerzo.
Finalmente, el momento más esperado llegó cuando los niños fueron trasladados a las playas de Tubará. La vista del mar por primera vez dejó a los pequeños “sin palabras”, con sus rostros irradiando una mezcla de asombro, alegría y profundo agradecimiento hacia la Policía Nacional y todos aquellos que hicieron posible este evento. La recompensa más gratificante para los uniformados fue, sin duda, ver esas sonrisas genuinas y la felicidad reflejada en cada uno de ellos.

Más allá del esparcimiento, la jornada también incluyó charlas preventivas cruciales sobre temas como la violencia intrafamiliar, el abuso sexual y el matoneo, delitos que lamentablemente afectan a la infancia y adolescencia. De esta manera, se combinó la alegría de un sueño cumplido con la necesaria concientización para la protección de sus derechos.
Este día perfecto quedará grabado en la memoria de estos niños y sus familias, un testimonio vivo de que los sueños sí pueden hacerse realidad. La Policía Nacional reitera su compromiso de seguir trabajando de la mano con la comunidad para construir un presente y un futuro mejor para los más jóvenes.*
*Con información de la Policía del Atlántico