Este primero de octubre se dio a conocer la muerte de un bebé de tan solo siete meses de edad, perteneciente a la etnia indígena wayuu, en jurisdicción del distrito de Riohacha, La Guajira.
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De acuerdo a la información que maneja el Movimiento Indígena Nación Wayuu, la pequeña habría perecido por afecciones respiratorias asociadas a cuadros de desnutrición.
La misma ONG reveló que la niña Yarleini Yasmín Uriana Epieyu, de la comunidad wayuu Kemionmana, estaba vinculada al programa de pilotaje implementado por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) en la zona.
Por su parte, José Silva Duarte, director de la organización, expresó que, “a pesar de las sentencias y medidas cautelares, los niños siguen muriendo por hambre y sed. Hacemos un llamado al Estado colombiano a intensificar sus estrategias en este departamento para evitar más muertes de nuestros niños”.
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De igual manera, el movimiento alertó que esta nueva muerte se suma a la larga lista de fallecimientos prevenibles en el departamento, pese a los llamados de la Corte Constitucional, los compromisos internacionales y las reiteradas advertencias de las comunidades indígenas. Asimismo, exigió una respuesta urgente y estructural del Gobierno nacional para detener la crítica situación humanitaria que atraviesa la niñez wayuu, por causas relacionadas con la desnutrición y la falta de acceso oportuno a la salud.
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