La Guajira: niña perteneciente a la etnia wiwa, de 8 años, falleció y sus padres nunca reclamaron su cuerpo

Un hecho lamentable ocurrió la tarde de este lunes cuando una menor de 8 años, perteneciente al pueblo indígena Wiwa, falleció en un centro asistencial de Maicao por problemas de salud, luego de haber sido internada varios días, y nunca nadie la reclamó.

Al parecer, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), ante la situación, contrató los servicios de una funeraria para que el cuerpo fuera trasladado donde sus familiares en Tomarrazón, un corregimiento ubicado en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, a una hora de Riohacha.

A pesar de los esfuerzos de la funeraria, nadie quiso recibir el cadáver de la menor, indicando que no la conocían y tampoco a sus padres.

'El cuerpo de la niña wiwa de ocho años fue recibido en Maicao por los trabajadores de la funeraria la tarde del lunes festivo y les entregaron instrucciones para que lo condujeran hasta su familia en el corregimiento Tomarrazón, pero cuando estaban allí nadie quiso recibir el cadáver de la menor, indicando que no la conocían y tampoco a sus padres', señala Sonia Bermúdez, directiva de la fundación ‘Gente Como Uno’.

La también administradora del cementerio central de Riohacha indicó que los de la carrosa fúnebre no solo llegaron al corregimiento de Tomarrazón, sino que recorrieron otros pueblos como El Carmen y más adelante de la vereda, El Límón; sin embargo, en ninguno de los pueblos daban cuenta de los familiares de la niña.

Como nadie se quiso hacer cargo del cuerpo de la menor, y teniendo en cuenta que este no fue preservado por respeto a las costumbres de la etnia a la que pertenece, el cuerpo tuvo que ser regresado a Riohacha y entregado a Bermúdez en el cementerio central para que se cumplieran todos los protocolos del caso y estos procedieran a presentar las denuncias que fueran necesarias.

En contra se mostró Bermúdez, quien decidió publicar un video donde protestó y manifiestó que el Instituto es quien debe responder por los protocolos del caso.

'Esto no se va a quedar así porque ahora la voy a dejar en cámara en el cementerio, pero mañana (martes) vamos a ver qué pasa porque a mí alguien me responde por el procedimiento que se debe hacer con el cuerpo de esta niña', sentenció la mujer.

Así las cosas, este martes 13 de junio cuatro funcionarios del Icbf se presentaron en las instalaciones del cementerio dispuestos a formalizar la entrega del cuerpo de la niña para su santa sepultura.

No hubo cortejos, gritos, ni desmayos. No hubo ningún rito usual de su cultura wiwa. En cambio, solo ocurrieron un par de oraciones por parte de Sonia mientras cerraba la tapa de una bóveda ocupada por el pequeño cuerpo de la niña en el cementerio de Riohacha.