La Universidad de La Guajira abrió un espacio de diálogo con estudiantes wayuu y la Junta Mayor Autónoma de Palabreros o Pütchipü’ü, en el marco del Consejo Académico extraordinario, para propiciar un trabajo colaborativo con el fin mejorar las estrategias institucionales enfocadas en la reducción de los índices de deserción, la flexibilidad académica y la ampliación de cupos para comunidades étnicas.
En el encuentro, Arinda Fuentes Orozco, directora de la Oficina de Admisiones, Registro y Control Académico, precisó que alrededor del 70% de los alumnos que reportan su condición étnica durante el proceso de inscripción, es wayuu. 'Lo que permite a Uniguajira tener mayor claridad para el planteamiento de acciones y el acompañamiento desde el ingreso hasta la graduación exitosa de estos jóvenes', puntualizó.
Sobre esto, la vicerrectora académica Hilda Choles Almazo añadió que también se destacan otras acciones como la realización de preuniversitarios para garantizar el desarrollo de competencias académicas y la implementación de una política de multilingüismo que reconoce y valida al wayuunaiki como la lengua propia de los estudiantes pertenecientes a la etnia y como segunda lengua para aquellos que deseen aprenderla.
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'De manera general, existe una responsabilidad social de la universidad, focalizada en lograr no solo el aumento de las cifras de admisión, sino también un proceso de nivelación y permanencia en la institución de los alumnos, porque no es únicamente admitirlos, sino mantenerlos', agregó la directiva.
Por su parte, Andrónico Urbay, coordinador de la Junta Mayor Autónoma de Pütchipü’ü expresó que es indispensable continuar direccionando los discursos hacia su aplicación y garantizar la protección de los derechos de la población wayuu, entre ellos el del acceso a la educación superior.
'La Alma Mater como centro de pensamiento debe velar porque la sociedad en general tenga conocimiento amplio de la diversidad cultural, lo cual inicia con lo que se imparte en las aulas. Ningún espacio, incluido el académico, se puede extraer de la interculturalidad y por eso insistimos en aclarar, que el pueblo wayuu no es residual, ni complementario ni es subalterno' enfatizó la autoridad tradicional.
El investigador wayuu Guillermo Ojeda Jarariyu, sostuvo que 'este tipo de acercamientos permiten contrastar la información que se tiene de la realidad de los territorios indígenas con los datos que maneja la Universidad de La Guajira a partir de la aplicación de sus estrategias, con el fin de proponer soluciones mucho más efectivas'.
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Ojeda especificó que en las comunidades wayuu se han identificado varios factores que generan el deterioro de sus valores culturales como: el narcotráfico, la prostitución y el suicidio y que su intención está en poder combatirlos con el acceso de los jóvenes a la educación superior. 'Junto a Uniguajira construiremos estrategias para la preparación de los wayuu, el respaldo a su vocación profesional y un aprovechamiento al máximo de sus virtudes de aprendizaje', concluyó.
La universidad afirma que la admisión diferencial y la permanencia estudiantil han sido unas de las tareas prioritarias en los últimos cuatro años. Resultado de ello, es el ingreso a la institución de cerca de 6 mil 300 jóvenes pertenecientes a grupos étnicos entre los más de 19 mil admitidos a los diferentes programas ofertados por la Alma Mater de 2018 a 2021.
Al finalizar la jornada, el estudiante de Derecho Leopoldo Freyle Ipuana presentó una propuesta a los integrantes del Consejo Académico de la Alma Mater, que busca entre otras cosas, formalizar el acompañamiento del pueblo wayuu a las gestiones institucionales a través de una comisión designada por la Junta Mayor Autónoma de Pütchipü’ü y jóvenes de la etnia adscritos a cualquier programa de la universidad. Así como un proceso de amnistía para el reintegro de los alumnos desertores y la asignación de un representante wayuu en el Consejo Superior.



















