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“Si contáramos lo que día tras día sucede aquí (en el DAS) la gente no podría dormir”. Esta frase, entregada en una entrevista por un ex director del Departamento Administrativo de Seguridad, hace casi 20 años atrás, todavía cobra vigencia, más para organismos como la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, que busca la verdad, la justicia y la no repetición a violaciones a los derechos humanos.

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La semana anterior dicho tribunal aceptó el sometimiento condicionado de Javier Alfredo Valle Anaya, otrora subdirector del DAS en Barranquilla y quien ostentó también el mismo cargo en el DAS Santa Marta, condenado a 40 años de prisión en 2017 por el asesinato del sociólogo y docente universitario, Alfredo Correa De Andreis, y de su escolta, Edelberto Ochoa Martínez, en hechos ocurridos en septiembre de 2004 en la capital del Atlántico.

A través de un comunicado, la JEP informó que Valle Anaya, pese a que sus aportes de los hechos podrían llegar a ser muy generales y “sin mayor riqueza descriptiva”, tenían el potencial de “impactar positivamente en la develación de patrones de macrocriminalidad”, entre estos la persecución del Estado y los paramilitares a docentes y sindicalistas.

Cabe reseñar que del oscuro capítulo de las Autodefensas Unidas de Colombia en el departamento del Atlántico, cuando a comienzos del nuevo milenio pretendían el control de absolutamente todo como plan de expansión, se perpetraron 2.188 conductas delictivas con 8.006 víctimas registradas. Y solo entre 2004 y 2006, en la capital del Atlántico, se cometieron 1.664 homicidios. De ese extenso listado se desprendieron nombres de docentes, líderes sociales, sindicalistas y desmovilizados de la guerrilla.

Más en detalle, el libro ‘Memoria histórica de la violencia antisindical en Antioquia, Atlántico y Santander (1975-2012)’ recogió que grupos paramilitares asesinaron entre 2000 y 2006 en el departamento del Atlántico al menos 43 miembros de sindicatos.

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Correa De Andreis fue integrante de la Asociación Sindical de Profesores de la Universidad Simón Bolívar, Asoprosimbol. Así lo consignó la JEP. Pero la historia dijo que su asesinato no estuvo asociado a tal representación sino a un plan macabro, algo similar al de los llamados ‘falsos positivos’, pero en esta historia terminaron como víctimas inocentes docentes como él y miembros de sindicatos.

Registros de EL HERALDO señalan que el profesor Correa De Andreis fue detenido por agentes del entonces DAS el 17 de junio de 2004, asociado a una investigación como presunto ideólogo y colaborador del Frente 59 de las Farc.

Permaneció en la cárcel de El Bosque hasta el 14 de julio del mismo 2004 y, dos meses después de recuperar su libertad, el 17 de septiembre, fue asesinado en plena carrera 53 del barrio El Prado, en un punto donde hoy, por casualidades de la vida, funciona una casa funeraria. En el mismo episodio murió su escolta Ochoa Martínez.

El montaje

La Corte Suprema de Justicia, en su momento, concluyó que el crimen del profesor Alfredo Correa había sido el resultado de una temible alianza entre miembros del DAS y de paramilitares del Bloque Norte de las AUC.

Tal y como se estableció en las investigaciones judiciales, los funcionarios del extinto DAS, a partir de falsos testimonios, elaboraban listados de personas acusándolas de ser colaboradores de la guerrilla y luego eran asesinadas en operaciones ejecutadas por paramilitares del Bloque Norte, con la colaboración de miembros de la fuerza pública.

En esa alianza apareció el nombre del investigador Javier Alfredo Valle Anaya.

En la sentencia contra el exjefe paramilitar Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40, proferida por el Juzgado Once Penal del Circuito Especializado de Bogotá en marzo de 2011, sobre el caso Correa De Andreis, se leyó que el entonces director del DAS, Jorge Noguera, le propuso a Valle Anaya y a otro investigador “colaborar con las autodefensas de Rodrigo Tovar Pupo” y la tarea fue “conseguir un listado delincuencial” para hacerlo llegar al grupo criminal.

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Ese encuentro, según la investigación, se hizo en un lujoso hotel de la ciudad de Cartagena y dio los frutos que se buscaban.

Al parecer las palabras de Noguera hicieron eco en Valle Anaya, quien era investigador raso y, al aceptar, fue ascendido al cargo de subdirector de Seccional. El otro investigador que escuchó la propuesta fue declarado insubsistente.

Para la justicia, el detective Valle Anaya fue la persona que “consiguió los testigos desmovilizados que señalaron falsamente a Correa De Andreis como ideólogo de las Farc, preparó informes de policía judicial y lideró el operativo que condujo a su captura”.

De igual manera, a Valle Anaya se le describió en su momento como un “colaborador de dirigentes del frente ‘José Pablo Díaz’ de las AUC con desplazamientos en vehículos oficiales, lo que les permitió evadir a las autoridades.

Hay que señalar que además de la condena de Javier Valle Anaya por el crimen del profesor Correa De Andreis, también ya fueron condenados Jorge Noguera Cotes, ex director del DAS; Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40; Édgar Ignacio Fierro Flores, alias Don Antonio, y Juan Carlos Rodríguez De León, alias El Gato.

Pero ahora, con la aceptación del exdetective en la JEP, todo parece indicar que todavía hay un eslabón de la cadena que no se descubre.

La Jurisdicción fue clara en que los aportes de verdad que Valle Anaya haga ante la JEP podrían ser de interés y utilidad para el Caso 08, el cual investiga los crímenes cometidos por la fuerza pública o por otros agentes del Estado, en asociación con paramilitares o terceros civiles, en el marco del conflicto.