El Heraldo
Las personas capturadas en septiembre pasado presentadas a las autoridades. De último, de izq a der, los hermanos samarios Rafael Enrique Noguera Abello y Enrique Rafael Noguera Ramírez. Cortesía
Judicial

Controladora del Ernesto Cortissoz cayó por su afición a los casinos

Fuentes de la Dijín señalan que la red, con tentáculos en Bogotá, La Guajira, Barranquilla y Magdalena, sacaba $2.000 millones por cada avioneta para el Cartel de Sinaloa.

Una vez los investigadores de la Dijín empezaron a seguir la pista de la controladora aérea del Aeropuerto Ernesto Cortissoz de Barranquilla, Martha Elizabeth Orozco Acevedo, alias Martha, se percataron de un detalle que terminó confirmando las sospechas acerca de su pertenencia a la red narcotraficante que proveía de cocaína al Cartel de Sinaloa: a su celular, que los policiales habían interceptado por orden judicial, llegaban a menudo mensajes de millonarios avances de dinero  en casinos de varias ciudades del país.

Según le dijo a EL HERALDO un investigador del caso, adscrito a la Dijín de la Policía, cuya identidad se reserva en tanto que la investigación sigue su curso, los mensajes en el celular de alias Martha daban cuenta de avances de más de $2 millones por noche, emitidos en distintos casinos de Barranquilla, Bogotá y otras ciudades del país.

Este era, según la fuente, el “vicio” de la controladora aérea del Cortissoz, quien terminó cayendo –al igual que los grandes capos lo hacen por las mujeres, el alcohol o las drogas–, por una de las debilidades humanas: el juego.

La red de la que hacía parte cargaba mensualmente una avioneta con 500 kilos de cocaína, con la que sacaba unos $2 mil millones por viaje, de los cuales le pagaban un ‘impuesto’ del 5% al 20% al recién capturado Elkin Javier López Torres, alias La Silla, para poder operar en la zona del Magdalena y La Guajira.

Los tentáculos

Todo el caso arrancó con la información que una fuente humana le entregó a la DEA, señalando que había una organización de narcotráfico que operaba entre Bogotá, Barranquilla, Magdalena y La Guajira.

El delator dijo además que el modus operandi era permitir entrar y salir del país “aeronaves negras” –como se les conoce en el argot delincuencial–, que llegan desde México, directamente pilotadas por miembros del Cartel de Sinaloa, aterrizan en dos pistas, una en Pivijay, Magdalena, y otra en un sitio no precisado de La Guajira, donde las cargan de cocaína y combustible, y salen de regreso.

De esta manera, asegura la fuente, se abre el expediente desde el 18 de julio de 2017 y poco a poco los investigadores de la Dijín van armando el organigrama de 12 personas: alias Jaison, el líder, con enlaces en Sinaloa directamente ligados a Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán; Harvey Guana, alias Cabezón, el subordinado más cercano a Jaison, y por medio del cual llegan a su esposa, alias Martha, la controladora aérea que pide específicamente los turnos en que llegan las “negras” y que omite las alertas del ingreso de estas al espacio aéreo colombiano. Pero, además, según la Dijín, “quien contacta a los funcionarios de la Aeronáutica Civil para que colaboren con la salida de los cargamentos”.

Una red. Por ello, según el investigador, se incluye dentro de la trama delincuencial, además, un “soborno a funcionarios públicos con quienes realiza las coordinaciones para el acopio, transporte y envío de sustancias estupefacientes”.

También ubica el órgano de inteligencia policial en la estructura a los hermanos y empresarios ganaderos de Santa Marta Rafael y Enrique Noguera Abello –este último señalado por la fuente de coordinar los pagos del ‘impuesto’ a alias La Silla–, encargados de la finca donde se acopia la droga y de la logística necesaria, con otros miembros de la red, para el envío de los cargamentos: “maquinaria, envolturas, cintas, y empaque de los estupefacientes”.

Y entre los principales en la organización la Dijín sitúa a Manuel Pedrozo, alias María Angélica, quien se encargaba de recibir las sumas de dinero provenientes de México y de Los Ángeles, Estados Unidos, en sitios previamente acordados, para, a su vez, distribuirlos a la red en Colombia, generalmente, a través de casas de cambio, donde los reclamaban amigos y seres queridos de los detenidos. Así mismo, llegaban ‘turistas’ mexicanos, que no eran otra cosa que seres queridos de los narcos de Sinaloa, trayendo ‘viáticos’, que en realidad eran pagos para sus secuaces colombianos.

En los albores de las pesquisas, de hecho, ocurre el evento que ayuda a conducir la investigación: el domingo 5 de noviembre de 2017 alias Martha, según la fuente por un error de coordinación, no logra evitar que otras autoridades noten la entrada de una avioneta tipo Cessna 182 de color blanco por La Guajira, que era la ruta por la que siempre ingresaban al país, pero sí da aviso a la organización de que están siendo perseguidos.

Al poco rato, un avión de reacción SR-560 y dos aviones de combate A-37 salen en la persecución, le alertan a la avioneta que están tras ella, pero esta trata de eludirlas, por lo que la Fuerza Aérea abre fuego e impacta la aeronave, obligándola a aterrizar maltrecha en la pista de Pivijay y queda completamente destrozada en tierra; sin embargo, los pilotos y quienes los esperaban logran darse a la fuga. Las autoridades llegan y descubren cerca del lugar los 515 kilos de clorhidrato de cocaína que pretendían enviar.

Con estas evidencias, la Corte del Distrito Sur de Los Ángeles los pide en extradición: “Requeridos por los delitos de tráfico de narcóticos, cargo uno, concierto para distribuir por lo menos cinco kilogramos de cocaína con la intención, el conocimiento y teniendo causa para creer que la cocaína sería importada ilegalmente a los Estados Unidos”, se lee en el ‘indictment’ o acusación del despacho judicial norteamericano.

Así las cosas, el 19 de septiembre pasado la Dijín, la DEA y la Fiscalía detienen a alias Martha en la madrugada en su casa del barrio Villa Carolina, en Barranquilla, mientras que los demás caen en Bogotá, Santa Marta y La Guajira.

La aeronave derribada en noviembre de 2017.

Pronunciamientos | El proceso en la Corte 

Ministerio de Justicia  señaló a este medio que el caso está surtiendo la etapa judicial que se adelanta en la Corte Suprema de Justicia. “Tan pronto se emita concepto, el Gobierno debe decidir sobre la solicitud dentro de los 15 días siguientes al recibo del concepto” dijo una fuente.

El proceso está en la Corte desde diciembre de 2019.

Entre tanto la Aeronáutica Civil señaló que “no tiene ninguna comunicación en ese sentido” y agregó que el tema es del orden penal. “La Aeronáutica aporta la información que se requiera y apoya a las autoridades competentes en lo que se necesite, pero no hay pronunciamiento al respecto”, señaló una fuente de la entidad.

Este es el perfil de la controladora capturada en el Cortissoz

La Aeronáutica Civil negó en abril de 2019 a Martha Elizabeth Orozco Acevedo su ascenso a controlador de tránsito aéreo grado 28 por no cumplir la competencia lingüística del idioma inglés.

La mujer de 54 años, oriunda de Bogotá, pero radicada desde hace años en Santa Marta, trabajaba como controladora aérea en el aeropuerto Ernesto Cortissoz y fue capturada en septiembre de 2019 por supuestamente haber apoyado a una red de narcotráfico con nexos en México.

En el documento, resultado definitivo de la recomposición del estudio de la verificación de requisitos para otorgamiento de encargo en el nivel de controlador de tránsito aéreo grado 28, se señala que Orozco “no posee  la  competencia lingüística” de acuerdo con lo establecido en la normatividad vigente en el reglamento aeronáutico de Colombia, por lo tanto su acenso en esa oportunidad  fue frenado.

Orozco Acevedo hacía parte de la dependencia del grupo Aeronavegación-Regional Atlántico y el nivel obtenido durante su puesto fue “sobresaliente”.

Según el documento, para el año 2000 realizó el curso de aproximación y Área Radar, además señala que “cumplía con los 96 meses de habilitación vigente como Controlador Radar en la Aviación Civil” para poder optar al cargo.

La fecha de ingreso a la Aerocivil se dio en noviembre de 1988 y su hoja de vida en la página de Función Pública señala que Orozco tiene estudios de secundaria. En el año 2001 fue habilitada en radar.

Orozco Acevedo, según investigaciones de la Dijín y DEA, omitía reportar el tráfico de aeronaves que llegaban a una pista clandestina en Magdalena.

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