La fotografía de un niño de escasos 10 años, sin camisa, con el cabello tinturado de amarillo, portando en su mano derecha un revólver calibre 38 y en la izquierda una pistola calibre nueve milímetros, hoy muestra el difícil escenario que rodea a miles de pequeños de los sectores populares de Barranquilla y su área metropolitana, quienes estarían siendo reclutados desde temprana edad por las estructuras criminales que operan desde este territorio.

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Así lo da a entender un texto que acompañaba la imagen viralizada recientemente a través de grupos de WhatsApp. “Alerta ciudadanía...Bandas criminales en Soledad y Malambo están reclutando menores para el cobro de extorsión, sicariato y otras acciones delincuenciales... Registros fotográficos así lo hacen evidenciar en la publicación de perfiles de la red social Facebook, donde se muestran menores de edad, casi niños, utilizando armas de fuego…”.
Además, el mensaje llama la atención en que la imagen del niño usa un emoticón de león (símbolo de ‘los Costeños’), aparentemente, como muestra de una lealtad de los llamados ‘cachorros’ a los “jefes de zonas” de dicha estructura.
Mientras las autoridades buscan datos alrededor de la fotografía e indagan por ese reclutamiento de menores del área metropolitana de Barranquilla para las estructuras criminales, el Gobierno nacional respalda hoy unos acercamientos y a unos diálogos socio-jurídicos con los jefes de estas temibles estructuras criminales, ‘los Costeños’ y ‘los Pepes’, para tratar de contener la violencia y, precisamente, sacar de estos escenarios de sangre y fuego a los más pequeños.

Al respecto, EL HERALDO dialogó con el internacionalista barranquillero, Camilo Pineda Serje, recientemente designado como el facilitador del proceso de paz urbana en Barranquilla con esos grupos criminales y delegado de la Consejería Comisionada de Paz (CCP) en el departamento de Atlántico.
Con apenas dos semanas en el cargo, el funcionario asegura que han sido jornadas maratónicas en las que se ha empapado de información sobre las dos organizaciones en mención, sobre quiénes las representan y, así mismo, aclara otros aspectos que han sido noticia, pero que los califica como “imprecisos”.
¿En qué etapa están los diálogos con las dos estructuras criminales en cabeza de Digno Palomino Rodríguez y Jorge Eliécer Díaz Collazos, alias Castor?
Bueno, primero que todo, mencionar que este proceso que se está adelantando es un proceso de manos extendidas, pero con pulso firme. Mi rol como facilitador tiene como objetivo adelantar unos acercamientos entre los representantes o los apoderados de estas estructuras con el Estado colombiano, en una primera medida. También para definir algunas condiciones para avanzar en procesos de gestión de paz y definir qué cosas se van a implementar en el territorio para garantizar la no repetición, el conocimiento de la verdad y la reparación de víctimas. Haciendo un enfoque, vuelvo y repito, y que es importante que quede claro, es sacar a los niños, niñas y adolescentes de la dinámica propia de la violencia porque ellos son las principales víctimas que dejan todas estas interacciones criminales en Barranquilla y el Atlántico.

Recientemente se ha hablado de treguas, en especial de ‘los Costeños’, que lanzaron un lapso en el que habría un cese de actividades criminales en este territorio y de supuestos encuentros entre ambos cabecillas ¿Se han dado?
Es importante mencionar algo. Si ese espacio se llega a dar no se va a dar para que haya una tregua entre los dos cabecillas de las dos estructuras sino lo que se busca y lo que hay que entender es que si ese espacio se llega a dar va a ser una tregua no entre ellos, sino un acto de paz de ellos y para la gente. Ese es el enfoque que ellos deben entender y que la opinión pública también tiene que tener claro: no se trata de una tregua entre criminales sino de actos de paz de estas personas con la ciudadanía y con el Estado colombiano.
¿Digno Palomino y Castor se han encontrado frente a frente, en el marco de estos diálogos?
Esa es una digamos una de las tantas posibilidades que puede existir en este proceso. Sin embargo, ese encuentro no se ha dado y no está confirmado que se vaya a dar, por lo menos en el corto plazo, en la inmediatez. Eso es algo que si se da, será debidamente comunicado por los canales formales de la presidencia de la República, pero, por lo pronto, todas las demás voces que hagan este tipo de comentarios o si llegan a asegurar esto, pues realmente están careciendo de todo el rigor que amerita un asunto tan delicado como este.

En los medios de comunicación hay muchas fuentes o se nutren de muchas fuentes muy imprecisas, se nutren de muchas fuentes que en vez de contribuir al proceso, lo que hacen en general muchos ruidos. Esa reunión (entre Digno y Castor) fue una posibilidad en algún momento o fue algo de lo que alguien conversó en un espacio. Sin embargo esa reunión no se ha dado porque el Estado necesita unas garantías especiales para que eso se dé.
Esta semana, el alcalde de Barranquilla Alejandro Char sentó una posición frente a estos diálogos socio-jurídicos. Y el gobernador, Eduardo Verano, fue algo distante de esa posición del Alcalde. ¿Qué opina al respecto?
En el frente político hay que despolarizar la discusión en términos de que solamente el alcalde de Barranquilla y el gobernador del Atlántico tienen un rol en todo esto porque la violencia en Barranquilla y el Atlántico es un hecho metropolitano y así como hemos buscado los espacios de interlocución con la administración departamental y con la administración distrital hemos tenido éxito de interlocución con las administraciones metropolitanas. Entonces no solamente estamos hablando de dos agentes o dos liderazgos políticos sino que son más y en esto, pues hemos ganado acercamientos, hemos ganado espacios. Con relación a lo que plantea el alcalde de Barranquilla yo creo que es posible que también se haya interpretado o solamente se le haya prestado atención a una parte de su intervención. Porque al final de todas estas declaraciones que él da, la conclusión es que no se puede pelear con el Gobierno nacional. Es decir, hay una puerta abierta. Hay una puerta abierta y el escenario no es negativo.
Mi concepto es que es un escenario difícil, en el sentido de que no es un tema fácil, pero no hay puertas cerradas, es mi percepción ahora.
¿Y sobre el rechazo de la comunidad al diálogo con estos dos grupos criminales?
En este frente, la opinión pública es amplia, la opinión pública es muy diversa y lo que he podido percibir es que hay rechazos al proceso, pero también hay voces que entienden que el diálogo y los acuerdos pueden ser una solución.
Entonces decir que en su totalidad la opinión pública está en contra o manifiesta rechazo también considero que puede ser una imprecisión. Eso debe ser objeto de una medición de mucho más detalle. Eso es uno de los puntos que tenemos en agenda para poder trabajar o es una de las herramientas que vamos a usar porque el conocimiento real de la opinión, o de los pensamientos de la opinión pública, a nosotros nos sirve mucho como insumo.
¿Doctor, usted se ha entrevistado con Digno o con Castor?
Todavía no, porque yo llegué hace muy poco a este proceso. Apenas llevo poco más de dos semanas y ha sido maratónico el tema de ponerme al punto o al tanto de los detalles de este proceso, entonces no he tenido la oportunidad de interactuar con ellos personalmente. Mi interacción ha sido directamente con sus abogados y me apoyo mucho también de la gestión que viene adelantando la Dirección Nacional de Inteligencia, DNI. Entonces a tu pregunta no he tenido la oportunidad, también por la premura de ir organizando las agendas. Sin embargo ese encuentro es algo que está en la agenda.
¿Y cuáles son las peticiones que han hecho Digno y Castor a través de sus abogados?
Realmente no puedo dar muchos detalles. Entenderás la naturaleza de confidencialidad y de prudencia que deben tener estos procesos. Sin embargo, puedo decir que se han pedido muchas cosas, unas viables, otras no viables, o que no corresponden a la competencia del Ejecutivo, sino que responden mucho a las decisiones del Poder Judicial. Entonces esta interlocución con los abogados ha estado más orientada a llegar a los puntos medios, a lo que se puede en el marco de la ley, no a lo que desean sus apadrinados, sino a lo que verdaderamente se puede ofrecer o se puede concebir en el marco de lo que la ley permite. Entonces, sí, se han pedido muchas cosas, pero hay unas cosas que definitivamente el Estado no puede garantizar. Hay otras que sí. Entonces estamos justamente en ese proceso para poder informarle oportunamente y de la forma más responsable, más precisa, tanto a los medios de comunicación y a la opinión pública en qué estado va esto.
¿Se tiene clara una caracterización del número de integrantes de estos grupos criminales?
Esa información la ha organizado la contrainteligencia del Estado. Hay una información detallada sobre las estructuras. Y bueno, sobre esa información es la que se comienza a trabajar en términos de definir unas líneas de acción concretas para poder generar el espacio de diálogo socio-jurídico.
¿Por qué se habla de diálogo socio-jurídico y no de unas mesas de paz o mesas de diálogo?
Sobre ese particular que yo sí quiero que la opinión pública conozca que el manejo del lenguaje es importante. Nosotros no hablamos de una mesa de diálogo porque esa figura tiene otras connotaciones jurídicas y está mucho más ligado a lo que puede ser la violencia política con un grupo guerrilleros como lo fueron las Farc y lo que se intentó buscar con el ELN. En este espacio como estamos en un nuevo escenario de conflicto, que no es un conflicto rural sino que es un conflicto urbano, entonces se habla de un espacio de diálogo socio-jurídico. Social, porque involucra a toda la institucionalidad del Estado y necesariamente tiene que involucrar a la ciudadanía y jurídico y bueno, porque es obviamente también un asunto político que hay que abordar y jurídico porque el Gobierno nacional puede querer algunas cosas, pero aquí hay una independencia de poderes y son las decisiones judiciales las que en últimas van a poder viabilizar o no algunas cosas.