Autoridades priorizan investigaciones de asesinatos de niños en contextos de violencia

Solo en los últimos ocho días resultaron muertos dos menores de edad en medio de contextos de violencia en Barranquilla y en su área metropolitana: el primer caso fue el del niño David de Jesús Molina, de 12 años, víctima de un atentado criminal que se perpetró en el barrio Prado Soledad, y el otro fue el ataque ocurrido en la entrada del cementerio Jardines de la Eternidad del Sur, en donde terminó baleada Dulce María Cervantes Morales, de 15 años.

En este último hecho se dijo que la menor era la acompañante de la otra víctima fatal, una mujer de 28 años llamada Yuleidys Vargas, y que su muerte se dio por los múltiples balazos que recibió al abrazar a la adulta como reacción para protegerse ante la inminente arremetida.

Frente a estos dos casos y los ocurridos con anterioridad, que suman unos 18 menores en total, la consigna de la Policía Nacional y de la Fiscalía General de la Nación es priorizar las investigaciones para poner tras las rejas a los actores de la violencia basada en género y en contra de las niñas, niños y adolescentes.

La Dirección Seccional Atlántico de Fiscalía, en cabeza del fiscal José Manuel Martínez, señala que se trata de una estrategia que no solamente se enfoca en homicidios, sino en otros delitos como violencia sexual y violencia intrafamiliar. Son fenómenos perseguidos penalmente por la Fiscalía General de la Nación como una prioridad en materia de seguridad territorial y de paz.

Adicionalmente, de acuerdo con el ente investigador, las direcciones seccionales reciben en procesos en la etapa de juicio el apoyo del Grupo de Trabajo Nacional de Violencia de Género para la atención de delitos que afecten a mujeres, niñas, niños y adolescentes.

Por ejemplo, en el campo de los feminicidios, existe una estrategia en la investigación de actos consumados, enfocándose en la ejecución oportuna de los actos urgentes. Y de manera similar sucede en los crímenes de los menores.

Este año han ocurrido otros casos sonados en los que resultaron como víctimas menores de edad y que consigo trajeron el rechazo por parte de la comunidad.

En la madrugada del 19 de febrero, en plena víspera de Carnaval, un bazar en el barrio San Vicente, de Soledad, terminó en tragedia. Eran aproximadamente las 12:30 de la madrugada cuando desconocidos llegaron hasta un establecimiento comercial y dispararon en reiteradas ocasiones, asesinando a tres personas, entre ellas a una menor de 15 años. Los otros dos occisos fueron identificados como Norka Maritza Pérez, de 60 años, y Armando José Escarai Lozada.

En el mes de marzo, en medio de una persecución policial resultaron baleadas tres personas en el barrio Terranova, de Soledad, entre ellos un menor de 4 años. Conforme a lo establecido por testigos, al parecer, un miembro de la Policía Metropolitana de Barranquilla estaba en búsqueda del papá del pequeño, quien, supuestamente, entró a su vivienda, el uniformado lo siguió hasta allí y disparó en varias ocasiones.

Uno de los disparos impactó en el abdomen del niño, otro en la pierna de una mujer, y otro más a una joven de 15 años que estaba en la escena.

Ya en mayo se presentó otra masacre en Soledad, precisamente en el barrio Viña del Rey, la cual dejó muertos a Johandry Javier Finol Labarca, de 33 años, Judith Inés Labarca, de 76 años, y a un menor de 7 años. De acuerdo con lo conocido por este medio, llegaron dos sujetos en moto, uno de ellos caminó hacia la vivienda de las víctimas, ingresó y disparó indiscriminadamente, huyendo de inmediato del lugar.

En junio pistoleros a bordo de una motocicleta realizaron varios tiros a una vivienda del barrio Villa del Carmen II, de Soledad, dejando herida a Mariana Zuluaga De Alba, de 12 años, quien fue auxiliada y trasladada a un centro médico, donde lamentablemente falleció. Este ataque, al parecer, iba en contra de un familiar.

Asimismo, el mismo día del crimen de Zuluaga De Alba, y nuevamente en Viña del Rey, desconocidos mataron a un joven de 16 años mientras este jugaba dominó con unos amigos en la terraza de su casa. La víctima mortal recibió varios impactos de bala en el cuerpo.

Una de las mayores muestras de compromiso ante la escalada de hechos criminales en contra de los niños, niñas y adolescentes se da desde la Policía Metropolitana de Barranquilla. El general Jorge Urquijo, comandante de la institución armada, inicialmente expresa que hoy es lamentable el número de casos ocurridos y afirma que todas las capacidades investigativas están volcadas en la inspección de todos los casos.

'Lo primero es que lamentamos esos hechos violentos donde desafortunadamente en la acción de criminales que disparan de manera indiscriminada resultan lesionados nuestros niños, y en algunos casos han perdido la vida. Por supuesto que las capacidades investigativas están adelantando su labor correspondiente', añade.

Y detalla que con el grupo de Infancia y Adolescencia se le está haciendo un enfoque diferencial, primero en la prevención, pues considera que es importante 'hacer un llamado a los padres para que logremos actividades más preventivas en la protección de los niños, y en lo que nos corresponde a la Policía Nacional adelantamos todas las investigaciones para que primero no se presenten estos hechos, y segundo, cuando desafortunadamente suceden, no queden en la impunidad'.

Por su parte, el coronel Óscar Olarte, jefe de Servicios Especiales de la Policía y de la Unidad de Infancia y Adolescencia, ratifica lo expresado por la Fiscalía en relación a que hoy existe un trabajo en conjunto más fortalecido para la violencia de género.

'Se tienen fiscales destacados y un equipo de policía judicial de Infancia y Adolescencia para estos temas, con la Fiscalía ya se acordó que se va a trabajar en conjunto', asegura.

Eso sí, reconoce que los homicidios son más demorados porque deber haber una conexión del caso en particular, pues deben tomarlos como daños colaterales vinculando la vida del menor al caso por el que asesinaron al adulto y, de esta manera, darle más fuerza a la investigación y al castigo del responsable.

Ingrid Cubides, directora encargada de la Regional Atlántico del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, pide desde su posición que los procesos de investigación por las muertes de los niños y adolescentes 'se hagan con celeridad'.

'Desde el ICBF lamentamos y rechazamos que menores de edad sigan siendo víctimas de hechos violentos. Confiamos en la labor de las autoridades para el esclarecimiento de estos hechos y que los culpables respondan ante la ley', comunica.

Opina que en un país que sueña y trabaja por vivir en paz, 'es inaceptable que sus niños mueran por culpa de las balas de unos pocos que persisten en la violencia como salida. Los niños, niñas y adolescentes deben estar alejados de cualquier acción de conflicto. Una de las principales misiones del ICBF, como organismo del Estado, es su protección, pero su cuidado también está en manos de padres y cuidadores, es decir, todos somos responsables de garantizar su vida y su integridad', sostiene la funcionaria, en concordancia con lo expuesto inicialmente por el general de la Policía.

Finalmente, Cubides cita que la gran apuesta del ICBF está en la prevención y para ello se trabaja desde la primera infancia. 'A través de la atención integral que se brinda a los niños y niñas de cero a cinco años, en donde también se involucra a las familias para que sean parte del proceso de formación desde el momento de la gestación, brindando pautas de crianza, de alimentación, resolución pacífica de conflictos, entre otros aspectos'.

En comunicación con EL HERALDO, la directiva del ICBF informó sobre el inicio de la ‘Estrategia Intersectorial Atrapasueños’, en el marco de un modelo de atención integral para fortalecer las capacidades, habilidades, vocaciones y talentos de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, para consolidar entornos de prevención y protección que velen por su derecho a la vida y la construcción de paz territorial desde la familia y la comunidad.

Paralelo a eso en el barrio El Bosque, de Barranquilla, se construirá una Casa de la Niñez y la Juventud, similar a la que ya funciona en el barrio Mundo Feliz, en Galapa, municipio que hoy mantiene una calma a diferencia de los otros que pertenecen al área metropolitana de Barranquilla.